Aprendiendo a amar; hs

16: Perfecto

Un par de días después, las cosas entre ellos no iban del todo bien. No había peleas o motivos de disgusto, solamente era ella. Estaba muy diferente, y Harry se daba cuenta de que algo pasaba.

No era su Kate, no hablaba, casi ni lo besaba, y prácticamente hablaba solo cuando intentaba conversar con ella acerca de algo.

—Kate, vamos, algo te sucede... –dijo él mientras se sentaban en la cama del rizado.

—Nada Harry, estoy cansada, solo eso –Kate susurró.

Harry suspiró, esa era su respuesta para todo últimamente. Y sabía que no era eso, pero no encontraba la forma de hacerla admitir lo que le pasaba.

¿Qué acaso no confiaba en él?

Se comenzaba a hacer esa clase de preguntas, solamente quería ayudarla, pero ella no respondía, ella solo seguía ignorándolo.

—¿Confías en mí? –preguntó Harry mientras su mano recorría el cabello de la morena.

—Claro que sí –dijo ella mientras miraba al suelo. Harry puso su mano en su mejilla.

—Entonces dime que sucede. –dijo él mientras le levantaba el rostro para que sus miradas se encontraran. Sus ojos marrones no lucían como siempre, estaban opacos. Y el comenzaba a asustarse.

La amaba, y necesitaba protegerla, pero ella estaba haciendo una pared imaginaria contra todo el mundo, escondiéndose y no dejando a la gente que la amaba entrar.

—¿Cuántas veces quieres que te diga que nada? –dijo ella molesta.

—No sé, las que sean necesarias para que termines contándome la verdad –musitó él también molesto—. Se supone que confías en mí, Katherine.

—Confío en ti, y te digo, no me sucede absolutamente nada –respondió cortante.

—Mentirosa –acusó Harry —. ¿Acaso quieres terminar conmigo? Si quieres poner en práctica toda esa mierda de la distancia antes de terminar, solo dímelo enseguida.

—No quiero terminar contigo, solo estoy cansada y algo estresada ¿no puedo tener un par de días sin estar saltando de alegría? –preguntó ella irónicamente.

—No quiero que la distancia comience a hacer efecto –Harry suavizó su tono de voz—. Te amo, y realmente quiero que esto funcione –susurró. Se miraron a los ojos, entonces Harry se acercó a ella y le dio un beso.

Ella lo respondió, movieron sus labios con suavidad, disfrutando los segundos, disfrutándose el uno con el otro. Harry se movió un poco para besarla con más intensidad, sintiendo como el corazón comenzaba a latirle aceleradamente, sintiendo la sangre comenzar a correr por sus venas.

Les comenzaba a faltar el aire, entonces Harry la empujó con cuidado dejándola recostada sobre la cama. Se acomodó sobre ella mientras seguía besándola.

La morena enredó sus dedos en el cabello de Harry, acercándolo más a ella. Harry metió sus manos bajo su camiseta, acariciando su piel, mientras le besaba el cuello—. Te amo demasiado, no te alejes de mí –le susurró con la voz más ronca en el oído.

Ella cerró los ojos, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo ante la sensualidad de su voz. Harry se quitó la camisa que llevaba, y volvió a besarla. La ayudó también a quitarse su camiseta, para atacar sus labios otra vez. Le costaba respirar, sus pulmones exigían aún más aire, pero no podía separar sus labios de los de ella.

Entonces le sacó el sostén y siguió besándola. La poca cordura iba desapareciendo a cada movimiento de sus bocas. Entonces la mano de Harry bajó hasta su vientre, y comenzó a meterla por el pantalón de la muchacha.