04: No cambies tu esencia

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Al día siguiente, Harry no quiso ir a la escuela, ya que estaba más deprimido que nunca. La noche anterior, cinco chicas habían estado con ellos. La gran diferencia, es que las chicas de Liam, Niall y Louis, eran chicas que a ellos realmente les gustaban, mientras Niall y él conocían recién a las chicas, como era de esperar, Harry tuvo relaciones con ella, en el baño.

¿Qué pasaba con él?

"Vamos, no puedo ser tan malo, ¿o sí?"

Se preguntó mientras tomaba una ducha. El agua tibia recorría su cuerpo, mientras recordaba a la rubia de la noche anterior. Tenía un cuerpo espectacular, y le había propuesto otra cita, pero él se había negado y había recibido una cachetada. No quería más esta vida, pero no tenía idea de cómo cambiarla.

Salió enseguida a cambiarse.

Su celular de pronto interrumpió sus pensamientos. Contestó, la voz de su mejor amiga, totalmente quebrada y destruida, lo alarmó.

—¿Kate? —preguntó preocupado —. ¿Pasa algo, cielo?

—Escapé del colegio, ¿puedes venir a buscarme? —la chica estaba llorando, su voz lo delataba.

—Claro preciosa, voy enseguida, espérame en la esquina —cortó el teléfono y tomó sus llaves, prácticamente corrió hasta el colegio.

Cansado, agitado y desesperado, llegó hasta aquel lugar.

Efectivamente, en la esquina, estaba ella. Hermosa, como siempre. Un vestido dejaba ver sus bonitas piernas, su figura se veía perfecta. Se acercó a ella tocándole el hombro.

Ella volteó y al verlo, se tiró sobre él y soltó los sollozos reprimidos. Su corazón se apretó al escuchar su llanto, la forma en que la muchacha lloraba era desgarrador.

Él la abrazaba y le decía que todo estaría bien, mientras ella escondida en su pecho, respiraba con dificultad. La tomó de la mano y la hizo caminar, necesitaban llegar a su casa, no quería que nadie la viera así.

Llegaron, él fue por un vaso de agua, la hizo sentarse, la miró mientras ella con cierta dificultad, bebía el vaso de agua. Suspiró largamente mientras cruzaba las piernas y se acomodaba.

Harry miró disimuladamente sus muslos descubiertos, e intentó mantener la compostura. Ella lo provocaba.

—¿Ahora me contarás claramente que pasó? —dijo el rizado mirándola con preocupación.

Ella asintió, Harry se dedicó a observar sus facciones. Sus labio inferior temblaba, siempre le pasaba cuando lloraba o estaba nerviosa, sus ojos cristalinos y rojos producto del feroz llanto, lo miraban con temor, con inseguridad. Sus mejillas tomaron un color sonrosado.

—Amy... —susurró.

Harry como por arte de magia, se dio la idea de lo que Kate iba a decirle.

Amy era una chica que solía juntarse con Harry y ese grupo. Capitana de las porristas, una morena con una figura tonificada, de unos grandes ojos verdes. Se había acostado con la mitad del colegio, o más. Harry no fue la excepción.

—¿Qué te hizo? —preguntó Harry.

Amy odiaba con toda su alma a Katherine, la razón estaba ahí, con su cabello rebelde cayendo por los lados y observándola.

—Me dijo cosas horribles, me gritó que era una arrastrada, delante de todos, Harry, me tiró bebida en el vestido solo porque choqué con ella, luego... —le costaba hablar y describir lo que había pasado —. Me dijo que tú eras mi amigo solo por pena, porque yo era una estúpida que estaba sola todo el día, que ningún chico me pondría atención... le dije que estaba equivocada, pero me dijo que Ryan estuvo con ella ayer por la noche, y que lo mandó a meterse conmigo para que tú te alejaras de mí. Entonces Ryan miró hacia otro lado y yo... me siento mal, me trató horrible, y me dijo que...

Aprendiendo a amar; hsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora