19: Sufrimiento tortuoso

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Despertó con un pequeño pitido de su reloj programado. Temía despertar a Harry, así que lo apagó de golpe. El rizado solo se removió un poco y dio un suspiro, para volver a su tranquila y armónica respiración. Ella respiró aliviada, no tenía otra forma de hacerlo, le quedaba ser cobarde solamente. Muy cobarde.

Se vistió rápidamente, y sacó un sobre de su bolso, solo decía: Harry. Estaba tratando de aguantar y no llorar, o lanzarse a los protectores brazos de su novio, pedirle que la secuestrara, lejos de ahí, o cualquier cosa, menos dejarlo.

Dejó el sobre, y miró a su novio. Estaba con la manta hasta la cintura, dejando su pecho descubierto. Sus rulos caían rebeldes por su frente, y tenía sus labios entreabiertos. Respiraba tranquilo, totalmente ajeno a lo que pasaba a su alrededor, viviendo sus sueños, sin tener absoluta conciencia de lo que descubriría en un par de horas.

Ella se inclinó y besó la frente de Harry, cerrando los ojos. Luego besó sus labios, él se movió pero no despertó. Entonces salió sigilosamente. Cerró la puerta de la casa de Harry, la miró y las lágrimas no tardaron en salir.

Corrió al garaje de su casa, lo abrió con cuidado, esperando el taxi que pronto llegaría para llevarla al aeropuerto. Todo estaba listo. Sacó su maleta, mientras miraba Londres con pena e impotencia. El taxi llegó rápidamente, puso el equipaje en el maletero, y subió.

*

Harry despertó perezosamente, e inmediatamente estiró el brazo para asegurarse que su novia seguía allí. Pero no estaba. Abrió los ojos y pestañeó fuertemente. Suspiró, quizás tenía cosas que hacer.

Fue a ducharse. Le dolía la cabeza, maldita resaca. El agua tibia lo relajó, fue a vestirse y a buscar alguna píldora para el dolor de cabeza. Bajó y encontró a su mamá en la cocina.

—Hola mamá –dijo besándole la mejilla.

—¿Kate estuvo aquí? –Anne arqueó una ceja, sonó más a una afirmación que a una pregunta. Harry se puso nervioso.

—Uhm... sí.

—¿Y...? ¿estuvieron... juntos?

—¡Mamá! –se quejó.

—Styles, espero que ustedes dos se estén cuidando –lo apuntó con su dedo—. Porque no quiero que metan la pata a esta edad, sus estudios son primeros, lo sabes ¿verdad?

—Sí mamá, lo sé. Estamos siendo responsables, tampoco me gustaría meter la pata y arruinarle la vida a Kate, bueno, un bebé no es un error pero por ahora estamos concentrados para entrar a la Universidad.

—Eso me gusta más.

—¿La viste salir?

—No.

—¿Y cómo supiste que estuvo aquí? Porque tu comentario hace rato fue una afirmación –Harry sonrió y Anne lo miró seria, para luego negar la cabeza divertida.

—Su perfume quedó en la sala. Así que lo supuse, además, no trajiste el auto. No correrías un riesgo de tener un accidente con Kate a tu lado.

—Sí, lo iré a buscar luego. No te preocupes por eso.

Robin se unió a ellos y almorzaron juntos.

—Tienes una cara, Styles –comentó Robin, riendo.

—Se me pasaron las copas, fue el ambiente –sacudió su húmedo cabello con la mano.

El teléfono celular de Harry comenzó a sonar, se disculpó y contestó—. ¿Louis?

—Harry –el muchacho sonó serio y brusco.

Aprendiendo a amar; hsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora