24: Totalmente mío, Styles

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—Sácame una foto con el sombrero de Woody –dijo ella emocionada. Harry caminó con una traviesa sonrisa y sacó su cámara—, soy vaquera –le guiñó un ojo a Harry y él le sacó la foto—. Mira, también está este con las trencitas de Jessie.

Katherine era igual que una niña de cinco años. Estaban en una de las jugueterías más grandes de Nueva York, y la chica se había sacado fotos con más de la mitad de las cosas de la tienda. Harry la seguía sonriendo divertido.

—¡Mira! –dijo señalando un peluche —. ¡Es MATE! –gritó emocionada tomando el auto de peluche de la película Cars—. ¡Foto con Mate!

—Amor, eres igual que una bebé –dijo él mientras le tomaba la foto —, sales hermosa.

—Déjame ser feliz. A cambio de no haber ido jamás a Disneyland, déjame disfrutar aquí. –dijo frunciendo el ceño.

—Iremos a Disneyland juntos ¿está bien? –el muchacho rodeó la cintura de su novia.

—¿Promesa? –arqueó una ceja-

—Promesa princesa –dijo él tomándole la mano—. Iremos antes de tener niños, para disfrutarlo solos, luego los llevaremos.

—¿Niños? ¿Bromeas? –Kate se sorprendió.

—Claro que no bromeo, ¿o acaso planeas dejarme? –dijo frunciendo el ceño.

—Jamás creí que tú quisieras tener bebés –dijo ella divertida mientras tomaba algunos juguetes y se dirigían a la caja.

—Si son tus bebés, claro que sí –Harry le besó la frente—, así tendré la excusa para decirte que quiero intentar tener muchos bebés. Lo intentaremos todas las noches –sonó más que pervertido. Ella se rio divertida.

—Cerdo –le golpeó el brazo. Pagó las cosas y tomó la mano de Harry.

—¿Dónde quieres ir? –preguntó él —, tú conoces mejor la ciudad en todo caso.

—Quiero ir al cine ¿quieres? –el asintió y le robó un beso.

Otra semana había volado. Volver a estar juntos era lo que los había sacado de esa profunda tristeza, es más, se pasaban el día juntos, riéndose y disfrutando de su amor. Además, en la universidad se veían todo el día.

Harry estaba en una clase que topaba con Kate, así que se sentaban juntos y la clase se hacía más fácil.

—¿Qué película? –preguntó Harry.

—No lo sé... ¿una súper romántica?

—Ay mujer, si tú quieres, aunque me quedaré dormido probablemente –dijo rodando los ojos. La chica lo miró frunciendo el ceño.

—Quizás una de terror, para que me abraces. –dijo ella sonriendo coqueta. Harry sonrió.

—Eso está mejor.

—¡Sueña Styles! Veremos... –ella miró la cartelera y Harry dio un respingo—. No me gusta ninguna de amor de las que hay. Styles, ganaste esta vez; veremos La Dama de Negro, solo porque trabaja Radcliffe –dijo mirándolo de reojo.

—Yo te cuidaré para que no te vaya a tragar la pantalla –dijo el rizado divertido. Ella lo miró con odio. Harry la abrazó entre risas.

Durante la película, Kate se asustaba con cualquier cosa que veía en la pantalla. Harry se reía por lo bajo, pero ella lo abrazaba con fuerza, incluso casi le tiró las palomitas al suelo.

—Harry –dijo ella en reclamo cuando otra imagen la había asustado —,dame tu mano. –el muchacho le dio la mano, de lo que luego estaba arrepentido, pues al salir de la película su mano estaba roja por la presión que ejercía la mano de ella cuando algo le asustaba, y por los rasguños y la marca de las uñas de Kate.

Aprendiendo a amar; hsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora