Capítulo 20

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 Fruncí el ceño. ¿Quería que la besara?

-¿Q-Qué? –tartamudeé. Estudié su rostro, esa era Nora. No cabía duda.

-Es lo que tus ojos me dicen. –no vaciló- Hazlo.

Me quedé paralizado y tragué. ¿Tanto se notaba que quería besarla? No, imposible. Yo estaba siendo un poco capullo para mantenerla apartada de mí.

"Bésala, no seas cobarde"

-No. –susurré.

Ella alzó las cejas y me dejó ver una sonrisa.

-Respuesta incorrecta. –soltó.

Antes de que pudiera reaccionar, ella se acercó a mi cuerpo y posicionó sus brazos alrededor de mi cuello. Su pecho se pegó al mío y, poniéndose de puntillas, posó sus labios sobre los míos.

Mi corazón se detuvo y me costó reactivarme. ¿Me estaba besando? ¡Nora me estaba besando! Sentí algo removerse en mi estómago. ¿Qué cojones era esa sensación?

Sin pensármelo más, cerré los ojos y puse mis manos en su cintura. La atraje más a mí. Mis labios empezaron a moverse contra los suyos. Eran tentadoramente dulces y suaves.

Sus dedos se enredaron en mi cabello y estiraron de él. Yo dejé escapar un pequeño gruñido. Muchas chicas habían hecho eso pero ella lo estaba haciendo con tanta delicadeza que me sobrepasaba.

Quería más, necesitaba más. Pero, antes de intentar meter lengua, ella se separó de mí. Y lo hizo demasiado pronto para mi gusto.

-No pensaba que lo harías. –escuché a mi derecha y cuando giré la cabeza vi que era Zayn el que estaba ahí.

Fruncí el ceño.

-Yo tampoco, seguro que ha sido el alcohol de más. –se meció Nora con una pequeña sonrisa.

-¿Perdón? ¿Qué me he perdido? –pregunté.

-Que acabáis de ganar una sesión de spa pagada por nosotros. –dijo Zayn como si no fuese gran cosa- Le he pedido a Nora que ella era la que te tenía que besar, esa era la única forma de poder ganarlo.

Algo dentro de mí se rompió. Así que simplemente me había besado por eso, por la puta apuesta. Tuve que reprimir mis ganas de gritar y pegarle puñetazos a cualquier cosa.

-¿Cuándo es? –preguntó ella curiosa.

-Mañana.

-¿Mañana? ¡Pero si es domingo!

-¿Te crees que los centros de Spa y masajes no abren los domingos? –dijo Zayn vacilante.

Me los quedé mirando incrédulos. ¿Desde cuándo se llevaban bien? ¿Desde cuándo conspiraban a mis putas espaldas? Dios, jodido Zayn.

Ella se encogió de hombros.

-No sé cómo funcionan estas cosas. Pero, Harry... –me miró y levanté la cabeza dándole a entender que hablase- ¿Mañana podrías venir a comer a mi casa? Es que voy a comer con ellos y así cuando tú decidas que es hora de irnos, lo hacemos. De otra forma ellos no dejaran que me vaya nunca y ya que tenemos spa gratis...

Estaba cabreado. Muy, muy cabreado. ¿Cómo se atrevía a besarme solo para conseguir algo? ¿Cómo jugar así con mis sentimientos? Y, para rematar, quería que me fuera a comer con su familia. ¡Estaba loca!

"Pero, eres tú el culpable de todo esto. Tú eres el que comenzó con lo de la apuesta" me recordé.

Asentí sin decirle nada más y ella me dedicó una sonrisa.

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