Capítulo 9

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Al separarme de él no podía creer lo que acababa de suceder. ¡Había besado a Will y él a mí! Tenía unas ganas terribles de contárselo a Savannah y a Ian.

Me despedí de él con una pequeña sonrisa, conteniendo mi alegría para evitar que notase que me gustaba y se le subiese  la cabeza. Caminé hacia mi coche y al sentarme respiré hondo y di un pequeño grito de alegría. Seguidamente arranqué y puse la radio. Empecé a cantar como una loca mientras conducía hacia casa de Harry. Bueno, mi actual casa.

Aparqué y salí del coche, al abrir la puerta de casa escuché la risa de una chica. Era muy escandalosa y parecía que realmente se lo estaba pasando bien. Rodé los ojos, Harry volvía a tener a un ligue en su casa. ¿Ese chico no se cansaba nunca? ¡Dios! Deseaba que se enamorase de una vez.

Me adentré por el pasillo y encontré a una chica con el pelo largo de color lila claro sentada en el sofá. Harry estaba en el sillón con la cara metida entre sus manos a la vez que negaba con la cabeza.

-Ho…Hola.

Los dos miraron en mi dirección. Me puse nerviosa y miré hacia otro lado.

-Mejor me voy a…-comencé a decir.

-¿Eres Nora? –preguntó la chica.

-Sí.

Miré hacia ella y después miré a Harry y me di cuenta de que los dos tenían rasgos muy iguales. La boca grande, los dientes bonitos, los ojos de la misma forma aunque de diferente color.

Se levantó y de un saltó se puso frente a mí.

-Yo soy Gemma, la hermana mayor de Harry. –y me tendió la mano.

Yo le devolví el saludo a la vez que asentía con la cabeza. Así que por eso me parecían tan iguales. Imaginarme a Harry buscando chicas que se pareciesen a él para mantener relaciones sexuales me parecía gracioso, demasiado ego tendría si eso fuese así.

-Bueno em…me voy a mi cuarto y así os dejo hablar de vuestras cosas.

-Oh, no. Quédate, a mi me parece bien. –sonrió Gemma.

Le devolví la sonrisa, y miré hacia Harry. Él se encogió de hombros en señal de que no le importaba si me quedaba o no.

-Pero quiero cambiarme y esas cosas, así que si me lo permites puede que me una más tarde. –concluí.

Caminé hacia mi habitación y me encerré.  Dejé caer mis zapatos y lancé mi bolso hacia la gran cama de matrimonio que ocupaba la mitad de mi cuarto. Respiré hondo y sonreí tontamente al recordar el beso con Will.

Tenía que contárselo a Savannah y a Ian, pero no quería llamarles porque sabía que iba a gritar al hacerlo y Harry y su hermana se iban a enterar y no quería que me escuchasen en uno de mis momentos de euforia. Más que nada porque sabía que Harry iba a burlarse de mí el resto de mi convivencia con él.

Estaba cambiándome de ropa cuando escuché gritos que venían de fuera. Pegué la oreja a la puerta para escuchar que era lo que estaba pasando. Poco apropiado por mi parte, pero tampoco podía ignorar que eso estaba pasando.

-¿¡QUÉ ES LO QUE NO TE CABE EN LA CABEZA!? MAMÁ QUIERE QUE VUELVAS.

-Gemma, quieres no gritar.

-¿No quieres que grite porque tienes a tu nueva invitada en casa?-sonó irónica.

-No quiero que grites porque no voy a volver a pelearme contigo. Además Nora no tiene porque aguantar esto que es cosa mía.

-Te ha ido de perlas, ¿no? –dijo con malicia- Vas acogiendo a gente de la calle que lo necesita para poder así quedarte solo. ¿Pero qué pasará cuando ella se canse de estar contigo? Porque al fin y al cabo acabas amargando a la gente, como lo hiciste con papá.

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