Narra Nora.
Sentí el despertador de mi hermana menor, así que opté por levantarme yo también. Me puse mis zapatillas y bajé a desayunar con mi familia.
-Buenos días, Nora. –dijo mi madre dándome un beso en la cabeza.
-Buenos días mamá.
Estaba preparando tostadas, huevos revueltos y tortitas. Decidí ayudarla y me puse a hacer las tostadas yo. Fueron llegando mi padre, mi hermana y mi hermano y se sentaron en la mesa de la cocina esperando el desayuno.
-Nora date prisa. –gruñó mi hermano pequeño.
-Escucha enano, esto tiene su tiempo y como no te esperes te acabaras comiendo la mesa.
Éste me sacó la lengua y el dedo corazón.
-Nora no seas así con tu hermano. –se quejó mi padre.
-Escuchad. –dijo mi hermana- Ya no vuelve a salir agua caliente de la ducha, y yo así no puedo lavarme el pelo para el instituto, me tengo que ir en menos de una hora e iré así de horrible.
-No estás horrible, Elle. –dijo mi madre poniendo los huevos revueltos en la mesa.
No era la primera vez que se estropeaba algo en nuestra casa. A decir verdad, éramos una familia humilde y teníamos lo justo para vivir y satisfacer a nuestras necesidades.
Yo estaba en la universidad, pero era gracias a una beca, ya que mis padres no podían pagar tanto dinero. Mi hermana, que es un año menor que yo, estaba en último curso del instituto pero no sacaba buenas notas y seguramente no iba a poder ir a la universidad. De hecho, le daba igual porque está haciendo unas prácticas para ser modelo o algo por el estilo.
Sí, modelo. Elle era realmente una muñeca que muchas veces daba miedo tocar. Sus ojos azules cielo resaltaban gracias a unas pestañas postizas que se ponía, su melena castaña era claramente lo que llamaba más la atención; larga, ondulada y perfectamente peinada. Su cuerpo era de envidiar, no tenía ni un gramo de grasa por ningún lado y sus curvas eran algo que no podías evitar mirar ya que se ponía ropa ajustada para realzarlas.
A veces me daban ganas de tirarme por un barranco porque Elle era la que siempre había recibido la atención de los chicos, en cambio, a mi los chicos me habían hecho poco caso, aunque yo también a ellos.
-He estado pensando en buscarme un piso… -comenté sacando una tostada.
Hacía tiempo que quería comentarles eso, de hecho, antes de comenzar el verano, es solo que no encontré trabajo, ni el momento para hablar de eso.
-¿Qué? No, mi niña no se va a ir. –dijo mi madre con los brazos en jarra.
-A ver mamá, aquí a penas puedo estudiar porque escucho a Elle todas las noches hablar por teléfono o a papá mirando la televisión des del comedor. Esta casa no tiene intimidad y es lo que necesito. –Puse el plato de tostadas en la mesa y me senté- Además, he pensado en buscar un trabajo por las tardes para poder pagármelo, me quedaré aquí por un tiempo más pero en cuanto tenga lo suficiente ahorrado para uno o dos meses de alquiler, me iré.
-A mi me parece bien, ¿me podré quedar su cuarto? –comentó Elle.
-¡Elle! –se quejó mi madre.
-¿Qué? Es más grande.
-Chicas, chicas…-puso calma mi padre.
Mi padre era un hombre que era poco serio la mayor parte del tiempo, pero era el que siempre nos hacía callar o nos reñía cuando hacíamos las cosas mal. Papá, era un hombre comprensivo e increíblemente bueno con todo el mundo. Adoraba a mi padre.

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Faced.
FanfictionTodo comienza a raíz de una apuesta, Harry cree que conseguirá ganarla sin mover un dedo. Lo que él no sabe es que aunque juegues y ganes, puedes perder cosas más importantes.