Capítulo 20

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Capítulo 20:

Maratón 1/3

Uno, dos, tres, cuatro. Cuatro meses, cuatro estúpidos y ocupados meses son los que han pasado. Mi trabajo esta mejor que nunca, conseguí un cargo superior así que más trabajo para mi. Horas y horas en vela, terminando papeleos acerca de los casos que debemos atender en la empresa, siento que el único tiempo que tengo para mi es cuando duermo. En cuándo a Nash, bueno, hemos tenido una que otra discusión acerca de que él o yo estamos muy ocupados.

-Aquí vamos de nuevo- dije estirándome para un nuevo día de trabajo.

Mire el reloj a mi lado, era de esos modernos que de dicen la fecha y la hora. Vi que era uno de mayo, eso quiere decir ¡Día del trabajo! Eh, por fin podría descansar. Me acosté nuevamente en mi cama y recibí una llamada.

-Ábreme la puerta- noté que era Nash.

-Voy- dije riendo.

Camine en pijamas y abrí la puerta en ese instante las puertas del elevador se abren y Nash viene corriendo a la puerta de mi departamento, hasta entrar. Ahí me di cuenta que venía con pijama, dios este chico si que es flojo.

Cerré la puerta y cuando mire de nuevo, estaba Nash, de lo más bien acostado en mi cama.

-Buenos días- dije sonriendo y me acosté a su lado.

-Buenos días- dijo besando mis labios y se acomodó de lado para mirarme- hace tiempo que no estábamos juntos.

-Unos cuatro meses, ya ni parezco tu novia- dije mirándolo.

Oh no, comenzaría otra pelea, genial _________ mereces un aplauso.

-Amor, no quiero pelear más- dijo Nash besando mi cuello.

-Yo tampoco- dije acercándome un poco más a él y Nash enrollo sus fuertes brazos en mi cadera.

-¿Que día es hoy?- dije sonriendo mientras recibía los besos de Nash en mi cuello.

-Jueves, mañana tampoco trabajaremos- me informo Nash y siguió dándome besos en el cuello.

*

Se dieron las dos de la tarde, ambos habíamos almorzado y Nash se había cambiado de ropa, no crean que traía ropa mía. Él tiene una que otra prenda de él en mi casa al igual que yo en la suya. Dejamos a Paco sólo en mi casa con comida y fuimos a dar una vuelta al parque. Era otoño, según yo, es la épica ideal.

-¿Me tomas una foto con Nash?- dijo una chica de unos 18 a 20 años.

-Eh... Claro- dije sonriendo falsamente y les tome la foto.

-Controla tus celos- dijo Nash riendo mientras pasaba su brazo en mi hombro.

-Eso es mentira, no estaba celosa- dije mordiendo mi labio.

-Ahí lo hiciste- dijo Nash.

-¿Que cosa?- dije riendo.

-Te muerdes el labio, siempre cuando te pones celosa te muerdes el labio- dijo Nash y yo me mordí el labio.

-Rayos- dije al darme cuanta de lo que había hecho.

Jugamos un rato en el parque y después subimos al departamento de Nash, eran las siete de la tarde, comimos una pizza echa en casa y nos pusimos a ver una película, era de aliens y ese tipo de cosas. Ya me había aburrido así que me puse a ver mi celular. Estaba hablando con Olivia.

-Me pondré pijama- dije caminado a la pieza de Nash.

-Ok (okey), te espero.

Me fui a la pieza de Nash y me quede en ropa interior, fui en busca de una polera de Nash, encontré una gris y me la coloque, me quedaba como vestido. Me devolví a donde estaba Nash viendo la película y me acomode, colocando mis piernas sobre las suyas. Nash comenzó a acariciar mi pierna y poco a poco sus caricias iban subido.

Gracias dios, pensaba, gracias por hacerme depilar ayer. Deje mi celular sobre la mesa y me levanté del sillón, sentí la mirada de Nash sobre mi así que pensé que podríamos divertirnos un rato.

Caminaba a la habitación de Nash y metí mis manos dentro de la polera pera desabrochar el sostén y dejarlo caer al suelo. Mire a Nash, él me sonrió y me siguió hasta su habitación una vez que entramos los dos al lugar.

Nash junto mis labios con los suyos sin dejarme emitir ni una sola palabra, no me dejo más remedio que hacer... lo que el quisiera porque tanto como él y Yo habíamos perdido completamente la cordura. El aliento de Nash junto a su piel me erizaba los bellos, dios el chico es un maestro ya que nunca note cuando me quitó la ropa y se quitó la suya; de lo que si me daba cuenta era de su lengua explorando mi cuerpo, de su lengua jugando con el arete de su ombligo, sus dientes mordiendo mi cuello y mis senos, todo mi cuerpo vibraba y no podía soportarlo más, no podía tenerlo tan ser a pero a la vez tan lejos, por eso lo agarre del cabello y lo obligue a besarme como yo quería, un beso duro... exigente... Uno de esos besos que te quitan el aliento pero nunca los quieres acabar. Apenas nos recostamos en la cama, ambos ya desnudos, abrí las piernas, dejando que Nash se pusiera entre ellas, el me miro con sorpresa y yo le sonreí, enrolle mis piernas en su cadera, atrapándolo, controlándolo. Jadee cuando el miembro de Nash entro completamente en mi interior, lo había visto una vez vi su pene y no puedo creer que esa cosa tan enorme cupiera toda dentro de mi, pero al parecer si, con las piernas lo obligaba a estar tan cerca de mi como quería. Algo que al comienzo era dolor en dos minutos se convirtió en placer puro, es decir, ocho meses sin sexo hacen sentir a una mujer que ah vuelto a ser virgen.

-Tranquila... podemos ir lento si quieres- dijo Nash susurrando en mi oído.

Maldición, yo no quería nada lento, lo quería fuerte y duro, lo quería sólo a él, quería dejarle eso bien en claro. Cada vez que su miembro se hundía en mi sentía que llegaba al cielo.

-Vamos Nash- dije entre jadeos- muévete más, lo necesito amor.

Arquee mi cuerpo sólo un poco para que mis pezones se rozarán con él, y cuando lo hice ambos gemimos fuerte y ronco... habíamos llegado juntos al tal preciado orgasmo. El peso se él no me molestaba, él estaba sobre mi y no me molestaba, jadeaba repetidas veces mi nombre sacándome una sonrisa entre besos.

*

-¿Estas despierto?- dije levantando mi vista a Nash.

-Si- me respondió y se acomodó mirándome- ¿crees que puedo dormir teniendo a mi chica así?

-¿Qué te refieres con así?- dije mirándolo.

-Así, completamente desnuda, con un cuerpo de diosas- dijo tocando mis curvas y juntando nuestros cuerpos- te haría mía de infinitas formas _____.

-No te preocupes- dije sonriendo- soy sólo tuya.

Me senté en la cama y busque con la mirada algo que ponerme, distinguí mi calzón, así que fui a buscarlo y luego me coloque la polera que antes había usado de Nash. Él se colocó unos bóxers y listo. Me pare frente al espejo y mire mi cuerpo, Nash se puso detrás de mi y me abrazo.

-Lo ves- dijo- tienes unas curvas envidiables.

-Exageras- dije riendo.

-Es verdad- dijo y comenzó a besar mi cuello- te eh dicho cuanto me encanta que uses mis cosas.

-Me parece que no- dije jugando con nuestros dedos mientras caminábamos de vuelta a la cama.

-Me encanta como te ves, te hace ver más sexy aún- dijo besando mis labios.

-¿Jamás te aburrirás de hacerme sonrojar?

-Jamás- me respondió.

Nos acostáramos en la cama, mire el reloj, las 3:49 de la noche, era muy tarde. Nash rodeo mi cintura con su brazo y apoyo su cabeza en mi pecho, así nos quedamos los dos profundamente dormidos.

Vecinos (Nash Grier y tú) II° TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora