Hunter Pov
Saque el zipper del bolsillo trasero de mi vaquero, y mientras jugaba con el, observe al tipo que los chicos habían atado en la silla.
No tenia pensado intervenir, de echo yo ni si quiera tenia que estar ahí, pero no podía aguantar mas en casa encerrado sin hacer nada. Bueno, nada mas que papeleo. Me sentía una secretaria de esas rubias y pechugonas que se la chupan al jefe.
Necesitaba distraerme. No era la primera vez que me descubría cogiendo esa carretera que me llevaría hasta ella. Por eso acabe viniendo con los chicos a uno de sus interrogatorios, ni si quiera estaba prestando atención a lo que estaban hablando. Mi mente estaba muy lejos de aquí.
- ... El señor Rolley me pidió que lo hiciera...no..fue mi..culpa - hablo el tipo mientras escupía sangre.
Aquel apellido resonó en mi cabeza.
Rolley.
Me enderece separándome de la pared y cerré el zipp, mientras clavaba la vista en el tipo. El silencio reino en la sala, y todos dirigieron sus miradas hacia mi, curiosos. Recorrí su mugroso y machacado cuerpo con la vista.
El chico no debía de tener mas de 22 años, de complexión mas bien delgada, y en este instante con casi un litro menos de sangre en el cuerpo y unos cuantos huesos rotos. Me adelante unos pasos hacia el, y lo mire fijamente.
- ¿Has dicho Rolley? - mi tono de voz fue duro y seco.
Todos apreciamos como el tipo tembló. Los dos muchachos que lo habian estado golpeando retrocedieron, dejándome espacio.
El pobre solo asintio ligeramente y trago saliva con dureza, o todo lo que le permitio su adolorido rostro.
-¿Que es lo que el señor Rolley te encargo? - respire hondo.
No debia dejarme controlar por mis emociones, pero mi corazon martilleaba con fuerza en mi pecho. Necesitaba esa informacion.
Si hubiera sabido antes que ese apellido saldria en el interrogatorio, habria prestado atención desde el principio. Maldita sea.Bueno, luego preguntaria a los chicos que era lo que habia pasado con ese tipo y porque lo andaban interrogando.
-Él...- el tipo se removió incomodo en la silla e hizo una expresion de dolor. - El jefe me...- tosió - ...ordenó que hiciera un encargo - jadeo con dolor, se veia que le costaba respirar - Debia asustar al dueño de un coche,- otro poco de sangre fuera - pero la cosa no salio bien.
El corazon se me paró por un segundo. Un estremecimiento recorrio mi espalda. Y algo dentro de mi se inquieto, tenia un mal presentimiento.
- ¿Que coche? - mi voz se alzo sin poder controlarlo y observe como todos se encogian en sus respectivos lugares.
El muchacho volvió a gemir mientras trataba de enderezar su cabeza. Estaba llegando a las últimas.
- ¿QUE COCHE? - grité.
Pude apreciar como trataba de encogerse en vano en su sitio, me incliné ligeramente hacia delante de forma intimidatoria. Y funcionó, siempre funcionaba.
- S-Solo sé...- genial y ahora tartamudeaba - que era un BMW serie 4 blanco - la sangre se heló en mi interior - lo encontrariamos en la M45 sobre las 8 am - el tipo escupió sangre de nuevo.
Tenia que ser una puta coincidencia.
Esto no podia estar pasando.Agarre al chico por la camisa y lo levante, silla incluida.
Queria golpearlo. Queria sonsacarle hasta el mas minimo detalle, pero ni si quiera estaba seguro de que fuera ese coche.
Solte su camisa, dejandole caer junto con la silla. El tipo gimió pero no me importo lo mas mínimo.
Gire sobre mis talones y me dirigí hacía la salida. Ya tenía algo que hacer, y esta vez no pensaba regresarme hasta que estuviera seguro de que ella estaba bien.
Intercambie una mirada con Peter y este comprendió rapidamente. Con un asentimiento leve, se apartó de la puerta, dejandome via libre hacia la calle.
Con destino Rich Hill.
Mi única prioridad ahora era saber como estaba Savannah. Ella tenía que estar bien. Debía estarlo. Porque si le había pasado algo iba a extinguir a los Rolley personalmente, uno a uno.
Era una promesa.
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Bulletproof
RomanceMi nombre es Savannah Collins, tengo 17 años y voy al St. Jude, una escuela privada solo para mujeres. Mis padres pertenecen a la alta sociedad de Boston. Y yo como su hija, e sido educada desde que tengo uso de razon para ello. Mi vida consiste en...