Capitulo 17

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Arrodillada en la manta del suelo, _____ se sentía más salvaje y loca que en muchos años. Había desarrollado el gusto por la aventura a fuerza de jugar con sus hermanos y con Martin y últimamente había echado de menos la adrenalina.

Apoyó los brazos en el asiento y la cabeza en ellos. Tenía dos elecciones, o mirar a la puerta o al muslo de Martijn a su derecha. Con la sensación de aventura que la embargaba, miró a la derecha.

La musculosa pierna de Martijn se flexionó al apretar el acelerador haciendo que la tela de sus vaqueros se apretara de forma tentadora justo al lado estaba el borde de la cremallera.

Se le aceleró el pulso al contemplar las consecuencias de su decisión. Por supuesto, si descubrían que no estaban hechos el uno para el otro, tendría que interrumpir todo el programa.

Martijn conectó la radio y una suave música country inundó la cabina. _____ había ido cientos de veces con él escuchando música e incluso cantándola a todo volumen para despertar a los vecinos cuando eran adolescentes. Ahora comprendía que se encontraba siempre más viva al lado de Martin.

- Vamos a entrar en una carretera de tierra en un momento -advirtió Martijn-. Intenta no botar demasiado. En cuanto hayamos salido de ella, probablemente puedas sentarte otra vez.

- ¿Adónde vamos?

- A una pequeña carretera que descubrí hace un par de años. Va hasta el borde de una pequeña meseta donde hay una vista maravillosa del pico Anvil. Aquí llega el cruce.

Apretó el freno y la tela del vaquero se tensó de nuevo.

Contemplar a Martijn conducir desde aquel punto de vista aventajado era una experiencia bastante erótica, decidió _____.

Martijn sujetó el volante con una mano y a _____ por el hombro con la otra mientras miraba hacia atrás. Cuando apartó la mano, ella deseó que no lo hubiera hecho. Quizá su abrazo no fuera a resultarle tan inquietante como había temido.

- De acuerdo. Creo que ya puedes sentarte. Por aquí nunca viene nadie.

- Excepto tú. Pareces conocer muy bien el sitio -dijo _____ mientras se incorporaba y se estiraba el vestido.

- He estado aquí unas cuantas veces.

- ¿Ligando?

- No empieces a hacerme preguntas de ese tipo, _____. Vas a estropear el ambiente.

- 0 sea que ligando -concluyó ella.

Martijn suspiró y encendió los faros.

- Bueno, no soy tan tonta y ¿sabes? Sé por qué los chicos buscan carreteras solitarias -miró a su alrededor. Desde luego, no había ni rastro de la civilización. Al otro lado del valle verde, el pico Anvil se recortaba contra un cielo de color escarlata-. Esto es muy bonito.

- Eso me parece a mí.

- Entonces, ¿a quién has traído aquí?

- ¡_____! Cuando dos personas están juntas, deben concentrarse la una en la otra.

- A menos que quieran explorar el lado de la fantasía.

- ¿Puedes olvidarte de las fantasías por un momento? Por lo que yo sé, estar aquí contigo es mi fantasía.

- ¿De verdad?

- No. No sé lo que me ha hecho decir eso. Olvídalo.

Pero _____ no podía olvidarlo. Y recordó un sueño que había tenido hacía cinco años.

- ¿Has soñado alguna vez conmigo?

- Por supuesto que he soñado contigo. Nos vemos todo el tiempo y yo sueño con la gente que está en mi vida. Todo el mundo lo hace.

- No, me refiero a sueños eróticos.

Martijn vaciló.

- Sí. Una vez.

- Yo también. Contigo.

- Eso debe de ser normal.

- Yo no he dicho que no lo fuera. ¿Qué soñaste?

- Yo... no puedo acordarme...

- No te creo. ¿Me vas a decir qué era?

- No.


Placer & Obsesión || Martin Garrix -Terminada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora