El diagnóstico

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- Angie por favor despierta ...

Un olor llegó a mis fosas nasales. Alcohol. Abrí mis ojos lentamente, El techo era blanco y el lugar limpio. Estaba acostada sobre una camilla.

- Angélica nos tenemos que ir.

A mi lado estaban Mónica y Mitchel con una cara de tristeza y preocupación.

-que ... ¿que hago aquí? - me senté en la camilla mirando a las dos muchachas - yo... yo... - en ese momento recordé el disparo, Andrés, Su sangre. - Dios ¿donde esta Andrés ?!

- tienes que ser fuerte ...- dijo Monica tomando mi mano -

- El recibió un disparo por parte de un hombre llamado Juan Luis . Intentó escapar pero lo pudieron detener.-dijo Mitchel semtandose en el borde de la camilla

Un nudo en la garganta me estaba asfixiando. Lágrimas calidas comenzaron a brotar de mis ojos , aprete mis manos en puños a las finas sábanas de la camilla.

- eso ... eso no puede ser. - dije con un hilo de voz.

- te desmayastes debido a la fuerte impresión . Ahora esta en el quirófano. Están tratando de quitarle la bala de la cabeza.

Mis hombros se empezaron a sacudir y un llanto salió de lo mas profundo de mi. Lágrimas salían una tras otra de mis ojos. No podía creer lo que estaba pasando el se debate entre la vida y la muerte en este momento y todo fue por mi. Ellas me abrazaron tratando de consolarme pero sólo había alguien que podía hacerlo y ese alguien no estaba en condición es ahora.

Después de varios minutos traté de calmarme ya que una enfermera amenazó con poner me un sedante si no lo hacia. Ya había pasado mucho tiempo inconciente.

Tomé mi ropa bajo mi propio y exclusivo consentimiento , me vesti y salí de la habitación junto a mis amigas. Tratando de evitar a la enfermera que estaba a mi cargo llegamos a la sala de espera del hospital.

En ella estaba la familia de Andrés. Su mamá quien estaba siendo abrazada por su padre, sus hermanas y Argentina junto a ella la directora, quienes tenían los ojos rojillos.

Llegué estando frente a ellos tratando de reprimir mis ganas de llorar y tragarme ese nudo que subía por mi garganta en este momento.

- Angie - dijo la mamá de Andrés levantándose abrazandome fuertemente . Yo la abrace de la misma manera aparentando mis labios para no llorar con ella. Pero fue imposible mis traicioneros lágrimas se escapaban de mis ojos espontáneamente como una gran pileta de agua salada.

- lo siento - le dije dolida - fue por mi . El trato de salvarme. Esa ... esa bala venía a mi y el ... se lanzó sin dudar.

Una mano estaba en mi hombro, una mano fuerte y grande. - tranquila muchacha - dijo la gruesa voz acariciando mi hombro - el que disparó ya está en el calabozos aunque eso no va a pagar el daño que ha causado. El que disparo era un imprudente que trató de vengarse de Andrés. El simplemente defendió lo que amaba... Y a la que amaba es a ti.

- debemos dejarlo todo en Las manos de Dios mi niña. - dijo Argentina - ven siéntate con nosotros y recemos esperando que todo salga bien.

Y así pasaron las horas. Cada vez se me hacían más largas. Lo necesitaba. Los recuerdos comenzaron asaltar mi mente. Sus ojos verdes. Su sonrisa. La manera tan extraña y linda que tenía de mirarme. Los cálidos abrazos con que me hacia feliz. Cada broma. Cada risa. Cada baile. Cada música que compartíamos. Travesuras. Cada segundo que en el pasado disfrutamos juntos. Cada minutos de su compañía valió oro en este momento. ¿cómo es posible que uno viva esporádicamente estas cosas?

Andrés marco cada momento en el que estuvo junto a mi. Andrés el que con pequeños gestos se fue robando mi corazón. Andrés el que me hizo creer de nuevo en el amor. Andrés el que me ayudó a luchar contra mis miedos. Andrés mi apoyo y mi refugio.

Después de varias horas un médico con uniforme azul salió del quirófano.

Todos nos paramos cuando lo vimos. Tenía una cara de mucha seriedad. Sus arrugas cortaban levemente su piel y sus ojos negros demostraban seguridad.

-¿ familia Noboa ?

- yo soy el padre - dijo Adrián Noboa

- en este momento acaba de terminar la operación. Fue un éxito. Ahora sólo tenemos que esperar que su hijo despierte y que la bala no afectará ninguna parte de su cerebro.

-¿ que ?¿Que quiere decir? - dijo su madre rápidamente preocupada.

- que lo que teníamos que hacer, ya lo hicimos señora. Ahora sólo depende de él.

La dulce ironía de su nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora