XXXIV. ¿Y que hago ahora?

16 1 0
                                    

Hoy era el día, el día del baile, el día en el que bailaríamos sin parar, reiríamos y seríamos... Y por sólo un día seríamos recién graduados, hoy era el día.

—respire hondo y me levanté de la cama, fui al baño, me mire en el espejo después de lavarme la cara. Mirándome recordé a Alex, recordé que aún vivía aquí y que podía encontrármelo al salir del cuarto, entonces no saldría, no quería verle a la cara. Estaba tan nerviosa, sentía que mi cabeza explotaría de sólo pensar en algo más, tenía tantas emociones en ella, estaba nerviosa por lo que vendría después de esta noche, no tenía muy claro que iba estudiar y terminar el año sin aun tener una idea clara no era una buena señal, así que decidí tomar una ducha, aclarar mis ideas y tranquilizarme... ¡Si! Eso era lo que necesitaba.

Me bañe detenidamente, no había clases, no había preocupaciones, solo el baile y ya tenía mi ropa lista. Mi cabeza dolía, pero no era lo mismo de antes de ayer, solo era algo pequeño.

El agua me calmó en cuestión de segundos, mi pensamientos estaban mucho más claros, sabía que mi miedo a hacer algo mal, a que perdiera mi tiempo en una carrera que no quería era demasiado. No sabía qué hacer, estaba tan asustada, nadie elegiría por mi, nadie me ayudaría, era yo sola con el mundo y aunque era buena pateando traseros, no sabía qué hacer con mi vida.

Cuando eres un adolescente, lo que más tienes en la cabeza son miedos y a veces hasta te da miedo tenerlos, no sabes quien eres, ni cómo eres, ni aunque tengas la visión más clara de ti en tu cabeza, estás solo, solo tus decisiones y tu, es ahí donde te das cuenta cual es el borde que separa la adolescencia, de ser adulto... El miedo no se va, ni tampoco, las malas decisiones, sólo sabes que tienes que hacer algo, porque ahora no vives de nadie, ni nada, es parte del sacrificio de ser humanos. Nacer, tener miedo, preocuparte y luego descansar de tu vida por una eternidad o tal vez algunas más.

Salí del baño y me acosté unos segundos mirando el techo... tenía estrellas. Nunca me habia dado cuenta de que estaban ahí, tal vez después de que comencé a tener las pesadillas nunca las volví a ver, eran testigos de mis miedos y tristezas. Me cambie y sali para poder desayunar algo.

— Buenos días. —hable saliendo del pasillo y viéndolos a los dos en la cocina haciendo el desayuno mientras reían y se besaban. Ellos correspondieron repitiendo las mismas palabras y sonriendo.

— ¿Como estuvo todo en la fiesta? Y ayer ¿solucionaron todo? — preguntó Susan con una sonrisa. Sentí un nudo en la garganta, sentía que si hablaba comenzaria a llorar y no quería hacerlo frente a Susan y mucho menos hoy que era el baile.

— Pues bien, muy divertida la fiesta — intente sonar lo más animada posible así que intente distraerme mi mente y fui a la ventana,observando el sol y como calentaba todo el lugar.— Y pues...— alargue un poco hablando sin realmente prestar atención a lo que decía. — Ah, pues bien, solucionamos todo, está aclarado todo, así que no habrá más rumores de eso, supongo.

— Me alegro mucho. — contestó Jhon al escucharme. — Inventan muchas cosas hoy en dia.

— Si, supongo. Ah, Susan, ¿sabes si Alex está aquí? — pregunté dirigiendo mi vista desde la ventana hacia ella, oí el chirrido de la puerta y supe que estaba aquí. — Ah, gracias. Voy a salir a correr un rato, tal vez me encuentre con el entrenador. Los veo luego, los quiero — sonreí nerviosa, tomé mis llaves, les di a los dos un beso en la mejilla y sali. No tenía ropa deportiva, así que era obvio que no iría a correr... Una idea apareció en mi cabeza, Louis, lo podía ir a visitar y tal vez decirle a los chicos donde vivia, además de un par de cosas más. Camine hasta el hospital ya que no había llevado dinero, tampoco celular, con tantos nervios al oír que Alex estaba en casa no pensé en nada más que salir. Aun así, me distraje de pensar en algo que arruinara mi actitud mañanera, observe los parques, las personas, los niños jugando, las aves que volaban cerca de vez en cuando, es como si pudiera verlo todo, nunca había sentido tanta paz con solo caminar y observar mi alrededor, era hermoso poder sentir tanta alegría con solo mirar.

Pain, tears and a promise | L. T. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora