XXVII. ¿Que quieres que diga?

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— ¿Como te fue? —pregunto Susan al verme entrar, dejo mi abrigo con una sonrisa.

—  Bastante bien en realidad, mas de lo que me esperaba. Arregle todo.

— Me alegra mucho — sonrió terminando de secar los últimos platos para luego dejarlos en los estantes. Apoyo su cuerpo en el mesón secando  sus manos. —  Ahora ve a ponerte tu pijama, es jueves. — sonrió con emoción. Jueves de películas, ya era una tradición que cada jueves rentábamos una película, hacíamos palomitas y hacíamos cine en casa. Camine a mi cuarto con una pequeña sonrisa. Me vestí y salí de mi cuarto encontrándome con Alex al igual que en la mañana, sonrei levemente, todo habia estado muy tenso entre ellos dos, el sonrio de la misma manera, me voltee para salir del pasillo pero el tomo mi hombro con delicadeza acercandose.

— ¿Porque Susan esta tan emocionada porque sea jueves? — susurro caminando fuera del pasillo, sonrió ampliamente, el no lo sabia. Aspire el tentador aroma de las palomitas, pase un mechón de cabello detrás de mi oreja.

—  Jueves de películas, siempre rentamos una película para ver los jueves por la noche. Nunca había mucho que hacer los jueves en la noche por lo que un día Susan decidió que este seria nuestra nueva tradición. — El solto un '' Ohh'' por fin entendiendo, sonrei divertida por su gesto. Susan ya estaba en pijama al igual que Jhon, ella preparaba la comida y el la película.

— ¿Ambar, puedes traer las mantas?  — inquirió Susan echando las palomitas en un tazón, asentí caminando al pequeño cuarto donde guardábamos mantas, toallas, entre otras cosas. Le pedí ayuda a Alex ya que el era mas alto que yo y podía alcanzarlas fácilmente. Luego de unos minutos estábamos todos sentados en el sofá viendo la película de miedo El conjuro, Jhon abrazaba a Susan, la cual de vez en cuando tapaba su rostro para no ver algunas escenas. Al acabar la película le dije a Susan que lavaría los recipientes y terminaría de ordenar todo, ella agradeció y ambos—Jhon y Susan- se despidieron de Alex y de mi con un ''Buenas noches'' yendo a su cuarto.

— Ambar... se que te molesto que quisiera saber de tu pasado, pero me agradas y quería saber que había pasado, me preocupo por ti a pesar de que no nos conozcamos mucho, mi mandíbula se tensa escuchándolo, suspire terminando de enjuagar los tazones.

—  No hablare de esto contigo, Alex — seque mis manos con la mirada en estas dejando la toalla en el mesón, suelto otro suspiro subiendo la mirada viéndolo un par de segundos y caminando a mi cuarto pasando junto a el. Vi de reojo, el estaba inmóvil en el mismo lugar, entre a mi cuarto y escuche sus pasos en el pasillo terminando en mi puerta.

— ¿Que te pasa? — pregunto con un tono algo enojado, voltee a verlo tragando saliva volviendo a negar dando a entender que no hablaría de eso con el pero conteste un ''¿A que te refieres?'' encogiéndome de hombros restando le importancia a la conversación actuando de forma desinteresada. — Solo estas aquí culpándote por lo que paso, guardando todo el dolor y la ira, y cuando finalmente alguien intenta que te expreses y saques todo el odio dentro de ti simplemente lo rechazas e ignoras el tema, solo ''no quieres hablar de eso''.

—mi mandíbula se tenso con la mirada baja, trague saliva sintiendo un nudo en la garganta, respire hondo.  — ¿Que es lo que quieres saber? ¿Que lloro todas las noches? ¿Que siento que su muerte fue mi culpa? ¿Que me da miedo todo siempre, las cosas nuevas, las cosas que no puedo controlar en mi vida, la vida en si? ¿Que no se como avanzar? ¿Que siento que todos siguen son sus vidas y yo estoy aquí... estancada? — solté con la voz rota, apreté los labios intentando no llorar frente a él, trague saliva con los ojos cristalizados, baje la mirada parpadeando varias veces. — ¿Eso es lo quieres saber? Pues bien  —conteste casi en un grito, alzando los hombros apretando de nuevo los labios aun con los ojos a punto de desistir y derramar las lagrimas que había intentado guardar.  — Ya lo sabes  —susurre relamiendo mis labios soltando un suspiro. El me vio a los ojos aunque ocultaba siempre la mirada de la de él, se acerco de repente a mi y me abrazo.

— Yo... Yo estoy aquí, estoy aquí — susurro y sentí como suave mano acariciaba mi cabeza lo que me produjo un sentimiento de tranquilidad que no había sentido hace mucho, seguridad, lo abrace de la misma manera descansando mi cabeza en su hombro cerrando los ojos soltando un par de lagrimas pero calmándome casi al instante sintiéndome mejor, tal vez los abrazos si arreglaban, unían todas las piezas rotas en ti, le dan un poco de magia a tu corazón y brillo a tus ojos.


Pain, tears and a promise | L. T. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora