XXXV. Sorpresas

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— ¿Y que... como estas? —su voz se entrecortaba a causa del llanto, trague saliva y suspire.

— Bien, abuela. Lamento no haber llamado en tanto tiempo, seguía mal como para llamar... y luego, no quería saber nada de todo el lugar, digo la ciudad y todo con ella. Lo siento de verdad. —explique arrepentida, después de todo ella me había cuidado primero cuando mi familia murió y había aguantado los días más recientes al suceso, las peores pesadillas.

— Esta bien, Ámbar, no te preocupes por eso. Me alegra tanto que llamaras, es una gran sorpresa.— contestó, escuche como sorbía por la nariz, no sabía cómo excusarme por nunca haber llamado por tantos años y en realidad no había excusa para eso, era desagradecido. Se que Susan la había estado llamando, para informarle de cómo marchaba todo por allá y por acá aunque nunca me hablaba de eso, ni siquiera me insistió para que llamara, solo no hablaba de eso

— A mi también me alegra mucho. ¿Como están todos por allá?  —pregunte un poco entusiasmada por saber de mi familia. — ¿Mis tíos? ¿El abuelo y la abuela? ¿Y mi abuelo Jorge?

— Ah... ¿Susan no...? ¿Ella no te dijo nada?—preguntó con algunos suspiros de por medio, algo estaba mal.

— ¿Nada de...Nada de que? —mi respiración se agito, estaba desesperada por una respuesta, ¿como...? ¿Porque Susan no me dijo si algo estaba mal?

—Tu abuela Rosa murió hace cuatro meses...—contestó, lo único que pude hacer fue balbucear frases, era de las personas a las que más amaba, el llanto silencioso se hizo paso, aun seguía intentando entenderlo todo, ella ya no estaba, ¿porque Susan nunca me dijo? No podía entender porque se había guardado eso, era mi familia, tenía derecho a saber que les sucedía a pesar de que nunca se me hubiera pasado por la cabeza llamar.— tenía muchos problemas en su cuerpo y al parecer tuvo un paro cardíaco por el estrés, no pudo llegar al hospital... Lo siento, Ambar; pensé que Susan te había dicho.

— No, ella no... nunca me dijo. Creo que debería cortar... por si no te lo ha dicho ya, el baile de graduación es hoy y se me esta haciendo tarde para prepararme. — y volvía a hacerlo, huir de las cosas, huir de lo que sentía. Sabía lo que estaba haciendo, el problema era que no podía parar, tal vez ni aunque quisiera.— Debo irme, abuela... adiós, ¿puedes... puedes saludarme a todos por allá? Diles que estoy bien, que los quiero a todos.

— Oh, me alegra... Si, lo hare, Ambar. Te quiero, adiós. —contestó con tristeza y colgó. Cerré los ojos con fuerza y apoye mi cabeza en el teléfono, era como una oleada de tantas dudas y tristezas, de todo.

Me alejé, mira a todos lados para asegurarme de que nadie me estaba viendo y comencé a caminar, no sabía en realidad a dónde iba, sólo caminaba, no soportaba estar en un lugar y entender todo lo que sucedía. Me detuve un momento y pensé en volver al departamento, buscar la ropa que usaría, dinero, mi teléfono y todo lo que necesitaría para hoy y ir a casa de Abril, pasar el día ahí mientras se hacía hora de cambiarnos. Así que di media vuelta y tomé el mismo camino por el que había venido para el hospital.

***

Estaba sentada en mi cama, ya había tomado y organizado todo lo que necesitaba ahí, pero debía detenerme un momento, parar todo lo que hacía y pensar, ¿que estaba haciendo? ¿Que era todo esto? Sólo unas semanas y ha pasado todo esto, tanto estrés y drama en mi vida y no se como manejarlo, esta no es la vida para mi. Sólo en dos semanas y mi vida se ha vuelto un basurero, tantas situaciones por entender, son como explosiones, no sabes en qué momento sucedieron pero ahí está el daño, sabes que paso porque ahí están las consecuencias.

Sacudí mi cabeza intentando que todo lo estresante dentro de esta se fuera, así las cosas sobre baile, cosas de las que me deberías preocupar hoy las reemplazaran. Me levanté, lista para irme, organice mis cosas en una maleta, salí del cuarto. No quería hablar con Susan por ahora, estaba demasiado enojada como para preguntarle sobre todo lo que me había ocultado, no quería hacer una estupidez.

Pain, tears and a promise | L. T. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora