-Annie. Tenemos que hablar.
Suspiro sabiendo que no hay nada que vaya a evitar esta conversación y me giro encarando a Gavan.
-No sé de qué.
Traga saliva incomodo por la presencia de mis hermanos, asi que dandole un voto de confianza les digo a Rose y a Matt que se vayan a casa. Matt coge la mano de Rose y tira de ella para seguir caminando.
-¿Y bien?
Digo todavía observando como mis hermanos se alejan. Rose se da la vuelta mirándome preocupada y yo la sonrío forzosamente.
-¿Por qué me rehúyes Annie?
Me giro para mirarle a los ojos. No sé qué pretende que le conteste a esa pregunta.
Ni siquiera me siento viva y casi me vuelvo a sumir en una depresión como cuando murió mi madre. Ahora solo necesito concentrarme en mis hermanos.
-Creo que no es bueno que la gente nos vea.
-Antes no era un problema para ti.- contesta sin casi darme tiempo a acabar la frase.
Lo dice en un tono desafiante pero sus ojos transmiten tranquilidad.
-He cambiado de opinión.
Gavan se ajusta su gorro mientras el silencio se hace cada vez más incómodo, supongo que está buscando las palabras adecuadas.
-¿Seguro que no tiene nada que ver con Noelia?
-No metas a Noe en esto.- sin quererlo empiezo a hablar más alto. Y siento que ha tocado un tema que no debería tocar. La ira empieza a acumularse incontrolablemente y hago un gran esfuerzo por no marcharme y dejarle allí sin decir nada más.
-Te puedo ayudar.
Me empieza a doler la cabeza, como si esas palabras hubieran sido agujas que se clavan profundamente.
-¡No necesito tu ayuda! ¡No puedes hacer nada!
Grito. Lo grito porque sé que sino lloraré. Y me prometí a mí misma no volver a llorar delante de nadie.
-¡¿Entonces qué te pasa conmigo?! ¡Dime la verdad!
-¡Nada! ¡Quiero que me dejes y que te largues!
Todo el mundo que pasa por la calle nos mira preocupados. Supongo que ver una discusión entre una española y un soldado de Estados Unidos no tiene que tener buen aspecto.
Me quedo callada sin saber que responderle.
Parece que la cabeza me quiere explotar. Y tengo demasiadas preguntas como para seguir gritándole sin sentido, así que tomo aire unas cuantas veces, y luego un poco más calmada le pregunto:
-¿Fuiste tú quien entro en la casa de Noelia?
Gavan suspira pesadamente y luego se pasa una mano por rostro. Creo que de todas las preguntas que tenía en la mente esa era la que más terror me causaba y podría decir que a él también.
-No me mientas.- le incito sin parar de mirarle.
Y en mi cabeza se repite una y otra vez la misma frase.
No quieres saber la verdad. No la quieres saber.
Va a hacerme daño.
Va a doler.
-Sí, estuve allí. Pero fue Thomas quien empezó a disparar.- traga saliva y suspira mirando al suelo.- Había una pequeña mancha de sangre en el suelo pero eso no significaba que la sangre fuera del general Horan. Aun así Thomas empezó a disparar. Le grité que parara pero cuando quise detenerle ya era demasiado tarde.
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El Soldado Del Viento
Teen FictionFinales de la Tercera Guerra Mundial. En una España completamente desolada por la guerra, los soldados americanos invaden cada rincón de las ciudades. Y en una pequeña ciudad cerca de la capital española no es una excepción, varios soldados se encue...