Capítulo 19.

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*Nota de la autora: Hola a todos! Después de otros dos meses sin actualizar... traigo un capítulo, quizás un poco más corto que el anterior. Pero no quería haceros esperar más.

Sé que es muy difícil leer una historia que sube cada dos meses, intento escribir cuando puedo pero durante este curso no tengo casi tiempo, es todo estudiar y más estudiar.

Gracias una vez más por todos los votos y los comentarios que sin duda me sacanuna gran sonrisa y me ayudan a seguir escribiendo.

Espero poder subir prontito y aprovecho para desearos un feliz San Valentín ♥.

Muchos besos <3

Casi podía notar como su pecho subía y bajaba de forma acelerada. ¿Qué demonios estaba pasando?

-Pensé que podía parar está locura. Pero estoy cansado de ponerme límites que sé que no voy a cumplir.

Sin apenas notarlo su mano busca la mía y la entrelaza lentamente enviando escalofríos por todo mi cuerpo, sin embargo mi mano se queda quieta. Está helado.

-Hace demasiado frío. Deberías irte.- digo susurrando por su proximidad.

-¿Es una orden o una sugerencia?-me pregunta con una sonrisa de medio lado iluminando su rostro.

Un ruido de interferencias nos hace despertar, inmediatamente Gavan lleva su mano al bolsillo y saca un walkie-talkie mientras se lo acerca a su boca aprieta un botón.

-“Soldado Keighley al habla. ¿Me recibe?”

Deja de pulsar el botón y vuelven las interferencias hasta que se oye una voz al otro lado decir:

-“Soldado. Necesitamos ayuda. Venga a la Plaza Mayor. Repito. Venga a la Plaza Mayor. Corto y cambio.”

Gavan suspira guardándose el aparato de nuevo.

-Las órdenes son las órdenes.- dice recogiendo una bolsa del suelo.

Yo me quedo mirando al suelo sin saber bien que decir o hacer.

Con esta conversación más que aclarar las cosas las hemos empeorado.

-Te veré pronto, ¿no?

-Supongo.- digo buscando las llaves de casa en los bolsillos.

-Annie,- me llama él buscándome con la mirada, pero me entretengo buscando las llaves más de lo necesario. Siento que Gavan se mosquea y oigo un suspiro muy largo antes de que diga.- te vendré a ver.

Cuando levanto la mirada ya se ha ido. Yo también suspiro demasiado confundida por todo lo que respecta a Gavan.

Entro en el portal y subo las escaleras dándome cuenta de que mi cansancio es tanto psicológico como físico. Abro la puerta y veo como Rose sale corriendo de nuestra habitación para abrazarme.

-Hola princesa.

-¡Annie tienes que jugar conmigo!- exclama tirando de mi abrigo y con los ojos iluminados de esperanza.

En ese instante se me olvida el cansancio y sólo pienso en pasar un buen rato con Rose.

-Vamos anda.

Jugamos con la muñeca de trapo que le compré por Papá Noel y un juguete de Matt que parece un monstruo. Mientras tanto Matt hace sus deberes quejándose de que no paramos de gritar.

El Soldado Del VientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora