Las Crónicas de Narnia: Los telmarinos que salvaron Narnia

Miraz ha aceptado 《Maraton 2/4》

Editado 09.01.18

-“Yo, Peter, Rey de Narnia, por el don de Aslan, por elección y conquista, Señor de Cair Paravel, Emperador de las Islas Solitarias. Con el fin de prevenir el abominante derramamiento de sangre, me permito desafiar al usurpador Miraz a un combate cuerpo a cuerpo en el campo de batalla. Será un combate a muerte, la recompensa será la rendición" -termino Edmund mientras, enrollaba el pergamino escrito por Peter. Sobre el se encontraban las miradas de todos los Lords de su alrededor, además de la de Miraz.

-Dime príncipe Edmund. . . - empezó Miraz, pero Edmund lo interrumpió.

-Rey -corrigió Edmund.

-¿Discúlpame?

-Soy Rey Edmund, en realidad. Solo Rey, claro. Peter es el gran Rey -a Edmund le pareció divertido ver la confusión en la cara de Miraz y de los demás presentes-. Lo sé, es confuso.

-¿Por qué aceptaría esa propuesta, cuando mis tropas los aplastaran para el amanecer?

-¿No esta subestimando demasiado nuestro numero? Porque hace una semana los Narnianos estaban extintos.

-Y eso se repetirá.

-Entonces no tiene nada que temer -Miraz soltó una carcajada.

-Esto no tiene nada que ver con la valentía.

-Es tan valiente que rechaza enfrentar a un espadachín de la mitad de su edad -dijo Edmund con sarcasmo, pero aunque fuera una broma, pareció afectar a Miraz.

-Nunca dije que no lo haría -se defendió Miraz.

-Tiene nuestro apoyo, majestad, sin importar su decisión -opinó un Lord, sentado a su izquierda.

-Señor, nuestra ventaja actual militar, provee una perfecta escusa para evitar. . . -empezó Lord Sopespian, pero Miraz interrumpió su oración.

-¡Mientes! -gritó mientras, se levantaba enfadado y apuntaba con una espada el cuello se el hombre. Edmund observaba curioso y atento la escena-. ¡Yo no evito nada!

-Solamente pensé que mi señor tiene todo el derecho a negarse -corrigió Lord Sopespian.

-Su majestad jamás se negaría, le deleita la oportunidad de demostrarle al pueblo el coraje de su Rey -interrumpió el General Glozelle

-Rey Edmund -dijo Miraz con vos tranquila, pero era tan grande la desconfianza que sentía Edmund, que presintió que Miraz ocultaba algo-. Dime ¿Qué tan bueno es tu hermano con la espada?

-Es uno de los mejores espadachines que he visto -dijo Edmund sin vacilar ni tartamudear.

-Bueno esto es una prueba de lo que le haré en el combate -luego Glozelle tomo ambas manos de Edmund y las coloco en su espalda dejándolo indefenso. Miraz se acerco con una sonrisa maléfica y luego le dio un golpe a Edmund en el abdomen.

Edmund dirigió su cara, con una mueca adolorida, a Miraz. Este aprovecho y le dio una cachetada a Edmund, y luego otra, y otra. Al sentir la sangre que salía de su labio inferior, recordó a la bruja blanca y el maltratado que ella le había hecho. Miraz dirigió su espada a Edmund, quien se alejo de él y su espada.

Aquel no podía ser su fin.

-Tu, ojala la espada de tu hermano llegue a ser mas filosa de lo que escribe -Edmund lo miro mal. Luego de que Caspián le habia dicho que el no se atrevería a matarlo; de que Buscatrufas, Reepichepp, incluso el Q.A., le dijeran que él era uno de los Reyes más valientes e inteligentes que habia tenido Narnia y que Miraz no lograría matarlo; luego de que Peter le dijera que era la persona indicada para esa misión y que nadie lo lograría, excepto él, de que Lucy y Susan lo abrazaran y le dijeran que estaban seguras que volverían con la noticia que Miraz habia aceptado. Pero en especial, después de que Kayla le habia suplicado que volviera. . .