La chica del pelo rizo #WGA2017

CAPÍTULO DIECISIETE: SIN ALMA

Con enormes ojeras, el pelo apuntando en diferentes direcciones y el sentimiento de impotencia y coraje instalado en su ser, el investigador Morales observa una vez más las fotos tomadas en la escena del crimen y los informes de las menores asesinadas.

Nombre de la víctima: Rosaura Méndez Rivera

Edad: 14 años

Estatura: 5'2

Causa de muerte: Degollamiento

Nombre de la víctima: Rosa González Mendoza

Edad: 15 años

Estatura: 5'3

Causa de muerte: Asfixia

Nombre de la víctima: Stephanie Pérez Aguilar

Edad: 16 años

Estatura: 5'1

Causa de muerte: Envenenamiento

Nombre de la víctima: Coral Quiñones Madrigal

Edad: 19 años

Estatura: 5'4

Causa de muerte: Desangramiento

Se pasa las manos por el rostro en señal de frustración. Este caso ha sido uno de los más agotadores e impactantes de toda su carrera como investigador policiaco. Lleva más de veinte años en este puesto y jamás un caso le había estremecido tanto como este. Y es que, ¿cómo es posible que sea el propio padre el que haya entregado a su hija a esos enfermos para que la torturaran de esa manera? Bueno, solo si ese padre también sea un enfermo y en efecto, también lo era. Al parecer, Rafael Quiñones junto a José Rivera Morales, se dedicaban a secuestrar a adolescentes y luego las vendían cuando necesitaban dinero, pero muchas veces ellos eran los que se dedicaban a hacerles toda clase de torturas a esas niñas. Desde hace mucho, el FBI les seguía la pista, pero nunca habían dado con ellos. Es que sabían bien cómo burlar al sistema. Esto se debía a la experiencia adquirida de Quiñones en la milicia. Pero fue su enfermedad mental la que lo llevó a su captura, pues este tenía cierta fantasía con su propia sangre. Llevaba años buscando a Rebeca Quiñones Madrigal, la hermana de una de las víctimas, hasta que la encontró. ¿Cómo lo logró? Es un misterio para el investigador. Tantos años de búsqueda por parte del victimario por el extranjero hasta que se dio cuenta que su hija aún vivía en Puerto Rico. El sospechoso enfrenta cargos por Secuestro, Asesinato en Primer Grado, Trata Humana, Tortura, Restricción a la Libertad, Incesto y Violaciones a la Ley de Armas. El enfermo pasará el resto de sus días en prisión, pero ¿acaso eso es suficiente?

Ve el rostro de la rubia en la fotografía y su corazón se estruja en su pecho. Dentro de pocos minutos el agente Ramos le dará la noticia a la hermana de
la cuarta víctima. Ella, su novia y el novio de la chica que está en la fotografía se encuentran en la oficina adyacente. Aunque él es el investigador a cargo, no quiere ser el portavoz de tan atroz noticia. No podría mirar a los ojos a la señorita Quiñones y decirle que le había fallado, que el sistema y él como investigador había fracasado...

—¡NO! Mi hermana ¡ NO! ¡¿Por qué?! ES MENTIRA... USTED ESTÁ MINTIENDO.

Los gritos provenientes de la oficina de al lado hacen que al investigador Morales se le encrespen los pelos. Le había fallado a esas menores; había fracasado como investigador...

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Tres pastillas bajan por su garganta. Se acuesta en la cama a esperar que estas hagan su maravilloso efecto. En tres minutos los sentidos se alejan, el alma sale de su cuerpo y ya no siente sus pedazos rotos. Ya nada puede hacerle más daño... Ya no hay dolor... Se van los demonios... Sus ojos se cierran lentamente y por fin, llegará a la oscuridad que le permite no sentir.