Katia
La vibración de mi celular encima de la mesa de noche me hace abrir los ojos abruptamente. ¡Qué jodienda! Quiero dormir un poco más, pero la insistencia de la vibración no me lo permite. De mala gana lo tomo en mis manos, observo la pantalla y es un número no registrado.
—Hello?— Contesto con la voz ronca.
—¿Hablo con la chica rubia que era novia de Charlotte?— La voz masculina del otro lado de la línea suena a molestia y a desespero.
—¿Quién habla?
—Mira, te diré las cosas de manera sencilla. Me llamo Rodrigo, soy el ex de Rebeca, la puta con la que está tu ex. Necesito hablar contigo sobre ellas.
Esta vez, salgo por completo de mi adormilamiento y me siento en la cama.
—¿Ajá? ¿Qué quiere? ¿Cómo tiene mi número?
—Cómo lo obtuve no es lo importante... Lo importante es lo que quiero. Y yo quiero a mi ex de vuelta y tú quieres a la tuya también... Propongo unirnos para lograrlo.
—¿No que es una puta? ¿Por qué querrías volver con ella?
—Eso no le importa.
—Mire, no niego que estoy mordía por lo de esa relación, pero no me interesa unirme a hombres como tú. Así que no pierda su tiempo. Adiós.
Sin más, cuelgo la llamada. Pongo los ojos en blanco. Claro que quiero fastidiar a Rebeca... Claro que no soporto la idea que esté con ella, pero no me uniré a un hombre para ello. Yo puedo solita.
Me doy una ducha. Posteriormente observo la hora en el reloj. ¡Son las cuatro de la tarde! Dios, no puedo seguir así.
Corto unos pedazos de fruta y mientras los degusto, le envío un mensaje a Lola, mi mejor amiga.
Hey, ¿qué haces? ¿Salimos hoy?
Espero impaciente su respuesta. No soporto la idea de estar sola. La tengo solo a ella...
Lo siento... Paso. Tengo cosas que hacer.
Fue su respuesta. Maldigo en mis adentros. Últimamente no quiere salir conmigo y pone cada cuatro excusas.
Me visto y decido ir sola a algún sitio a beber. Sí, se me antoja ir a emborracharme a las putas seis de la tarde.
Salgo de mi apartamento, uno de tres que tengo, hacia el Viejo San Juan. Este queda frente a la Bahía Urbana, por lo tanto puedo ir a pies en busca de la diversión.
En diez minutos me encuentro a segundos de llegar a mi lugar favorito para beber. Justo cuando estoy a punto de llegar, ante mis ojos aparece la novia de mi ex, Luna. Ruedo los ojos cuando la veo. Hubo un tiempo en el que disfrutaba burlarme de ella por su sobrepeso. Jamás imaginé que Felipe tuviera esos gustos tan... enormes. Debo admitir que es bonita de cara... Sé que la jodo demasiado, pero admito que es linda. Ya está, lo dije, sí, es hermosa y eso me molesta aún más. Aunque claro, solo lo admito para mí misma. La fastidio porque sé que Felipe la ama. Está enamorado y eso me da rabia. Envidio cómo la mira... Cómo la defiende. Hubo un tiempo en el que él hacía lo mismo por mí, pero yo no pude ni supe amarlo lo suficiente. No pude porque estaba enamorada de Charlotte; todavía la amo. A pesar de ello, él me brindaba compañía y calor... Me entendía como nadie. Fue egoísta lo que hice, no se lo merecía... Y aunque le pedí perdón mil veces, él nunca escuchó. Él creyó que solo jugaba con él. Al principio fui obligada por los papás de Charlotte, pero luego me di cuenta de lo bueno que era... Traté de decirle, pero estaba aterrada con las amenazas de los papás de Char. Nunca se lo dije porque no quería que pasara por lo mismo que yo. No quería que se desilusionara de sus padres, así como yo lo estaba de los míos. Bueno, más de lo que ya estaba cuando se enteró de que ellos lo planificaron.
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La chica del pelo rizo #WGA2017
RomanceEl amor llegó sin previo aviso destruyéndolo todo como si huracán fuere. Llegó sin permiso instalándose en cada célula, en cada rincón de su ser. La aparente amistad se convirtió en algo más... Rebeca estaba segura de su heterosexualidad, pero llegó...