CAPÍTULO VEINTIDOS: EL ÚLTIMO BESO

418 60 7
                                    

El cielo llora intensamente. El frío se cuela por las puertas y ventanas. Hay una tormenta afuera, así como en el interior de Charlotte. Dos días han pasado desde que vio a Rebeca salir por la puerta y de su vida definitivamente. Es claro que aún no lo ha superado, pero aún así no le parece correcto volver a retomar su historia. Es cierto que lo de ellas fue puro, real... hermoso, pero Rebeca la había sacado de su vida y ya ella se había acostumbrado. Tampoco cree correcto hacerle daño a Katia. Ella realmente ha cambiado, o más bien, recapacitó y volvió a ser la misma chica de la que se enamoró tiempo atrás. Esa divertida, pero orgullosa a la vez; tierna, testaruda, inteligente, soñadora... Volvió a ser la chica que era antes de la muerte de su madre. Ya no hay en sus ojos rebeldía ni capricho, solo hay comprensión y amor. Charlotte siempre vio eso en ella, por eso se enamoró de Katia. Nunca fue mala, solo estaba perdida y solo buscaba un poco de amor.

La chica del pelo rizo está confundida: ¿su primer amor o la mujer que aprendió a amar? Su corazón está divido en dos. Rebeca ha sido una mujer fuerte, decida, alguien que sigue de pies a pesar de la mierda en su vida... Es alguien independiente y luchadora. Nunca ha necesitado de nadie para sobrevivir de la forma en que lo hace. Aunque la última situación la afectó de manera horrible, cuando la vio parada frente a ella, supo que había vuelto a ser la de siempre; supo que se había colocado la armadura para seguir luchando. En cambio Katia, depende mucho de las personas. Es frágil, incapaz de seguir sin la ayuda adecuada; una mala influencia y ya está perdida. Es alguien que debe  protegerse de sí misma. Charlotte la amó y la ama, y por eso no quiere volver a verla perdida. Katia no fue orgullosa como Rebeca: ella le pidió ayuda y reconoció que necesitaba a alguien que la sacara del abismo. Quiso redimirse junto a Charlotte, y eso le agradó. Eso la hizo sentir bien consigo misma. Rebeca la humilló, la arrancó de su vida... Se transformó en lo que más odia de las mujeres. Eso era demasiado para lidiar, y no lo niega, Katia estaba ahí para escucharla, comprenderla y brindarle palabras de aliento. En ese momento, Katia y Charlotte eran dos almas rotas que necesitaban consuelo...

—¿Charlotte?— Katia la llama mientras la observa perdida en sus pensamientos sentada en el sofá.

—¿Si?— Pregunta Charlotte alzando la mirada. Inmediatamente nota las maletas en los pies de Katia. Charlotte frunce el ceño—. ¿Qué es eso?— Pregunta Charlotte nerviosa, y sintiendo una opresión en el pecho.

—Es hora de partir, mein engel.

—¿Qué? ¡ No! ¿Por qué?— Pregunta Charlotte incorporándose y dirigiéndose hacia Katia.

Katia le corre la mirada, incapaz de sostenérsela.

—Siéntate, vamos a hablar— le dice Katia.

Charlotte se sienta, luego Katia hace lo propio a su lado.

—¿Por qué me abandonas?— Pregunta Charlotte en un susurro.

—Porque te amo... Porque ya me salvaste. Ahora tengo que dejar que salves a otra persona...

—Katia...

—Déjame decirte todo lo que siento—. Charlotte asiente—.
No merezco tu amor ni tu comprensión. Me dediqué a joderte por mucho tiempo... Yo... No sabía cómo expresarte lo mucho que te necesitaba... Me salvaste, me devolviste la fe en mí, me hiciste amarte con más intensidad... Pero sería muy egoísta de mi parte si te retengo a mi lado... Sería una maldita si te volviera a alejar de esa mujer que tanto te ama y amas. Conozco su historia, y así no puede terminar. Nuestra historia fue hermosa, pero hace mucho que llegó a su final por mis estupideces. Rebeca te necesita...necesita que la salves, así como lo hiciste conmigo.

—Pero... Tú... Yo...

—Yo estaré bien y sé que me amas... No te preocupes por mí, a tu lado me volví fuerte... A tu lado aprendí a amar... A vivir.

La chica del pelo rizo #WGA2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora