Capítulo 20.

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"Joder, joder, joder."

Vuelvo a la habitación en la que Jose me espera tirado en la cama. Me siento al borde de esta y hundo la cabeza entre mis manos. Jose se acerca, acercándome a él mientras besa mi hombro.

-No. -Le digo levantándome. -No tengo ánimos.

-¿Qué te pasa? ¿Es por Álvaro?

-Sí, siempre es por Álvaro. -Suspiro.

-A lo mejor deberías reconocer que lo vuestro se ha acabado. Que da igual lo que hagas, nunca vais a volver a estar juntos.

-Tú no sabes nada. Él me quiere, lo sé. -Le doy la espalda.

-Blas, no te engañes. Álvaro nunca ha querido a nadie, y no te va a querer a ti.

-¡Lárgate! -Grito.

Sin decir nada más, Jose coge su ropa y se va. Me tumbo en la cama, hundo la cabeza en la almohada y al poco tiempo noto cómo se humedece. Mis sollozos no son lo suficientemente altos, y puedo escuchar los gemidos de Álvaro.

Cuando por fin cesan, se escucha la puerta de casa cerrarse. Salgo de mi habitación y bajo hasta la cocina a preparar algo de comer.

-Yo también tengo hambre. -Una voz me sorprende.

Miro hacia la puerta y ahí está Álvaro, tapado solo con una toalla y aún mojado.

-Pues vete a tu casa a comer. -Respondo.

-Esta también es mi casa, niñato.

Un escalofrío me recorre cuando le escucho llamarme así. Puedo decir que hasta lo echaba de menos. Añado algo más de pasta y cuando termino de cocinarla sirvo dos platos.

-¿No te vas a vestir? -Pregunto al ver que Álvaro aún no se ha puesto la ropa.

-No me apetece. Hace calor. ¿O me vas a decir que tú no tienes calor? -Se acerca a mí. -Sé que sí, tienes mucho calor.

Su boca está prácticamente en mi oído. Y sí, tengo calor, cada vez más.

-Álvaro... -Susurro.

-Cállate. -Pega su erección contra mí. -Estás temblando, ¿tan nervioso estás? No es la primera vez que estamos así.

Su risa se pierde por mi nuca, que se humedece con su lengua lentamente. Suelto un pequeño gemido y agarro sus manos, haciendo que se cuelen debajo de mi camiseta y acaricien mi pecho.

-Así me gusta... -Gime Álvaro mientras besa mi cuello.

Cuando sus manos se cuelan por mi pantalón y comienzan a acariciar mi erección Álvaro se aparta. Vuelve a sentarse en la silla y empieza a comer.

-¿Qué haces? -Digo aún excitado.

-Te vas a quedar con las ganas. -Guiña un ojo. -Me voy.

Come un poco más y se mete en su habitación. Un par de minutos después sale vestido, me da un beso en la mejilla y se larga.

Creo que ya ni siquiera tengo hambre. Me voy al baño y me meto en la ducha, pero aún huele a él. Su perfume inunda toda la estancia.

El agua caliente comienza a caer por mi cabeza, cierro los ojos y pienso en Álvaro. Pienso en sus besos, en sus manos recorriendo mi cuerpo, en su forma de mirarme, en su voz... Vuelvo a estar empalmado.

Llevo mis manos a mi erección y la masajeo mientras sigo pensando en él, en su lengua recorriendo mi cuello. Gimo cada vez más alto, nadie puede escucharme porque estoy solo en casa.

Cuando estoy a punto de correrme la puerta del baño se abre y alguien corre la cortina. Me quedo totalmente en blanco cuando veo a Álvaro desnudo frente a mí.

-¿Qué haces? -Jadeo.

-Lo sabía. ¿Estabas pensando en mí?

-Vete a la mierda. -Corto el agua y hago el amago de salir de la bañera, pero Álvaro me lo impide.

Entra y vuelve a encender el agua. Comienza a besarme con fuerza, con agresividad. Me empuja contra la pared y pega su erección a mi entrada, metiéndose dentro de mí con un ágil movimiento. Al mismo tiempo, lleva sus manos a mi pene y lo masajea con suavidad.

Me embiste con fuerza, al principio me hace daño, pero me acostumbro a él en seguida. Cómo echaba de menos tenerle dentro de mí.

-Córrete para mí, niñato. -Susurra en mi oído.

Su voz desata mi corrida, que se mezcla con el agua de la ducha. Unos segundos después Álvaro se derrama dentro de mí a la vez que muerde mi hombro.

-Nos vemos. -Dice mientras sale de la ducha y se encierra en su habitación de nuevo.

Me quedo bajo el agua hasta que vuelvo a escuchar la puerta de la calle cerrarse. Cuando salgo y me seco, me tumbo con la toalla enrollada en la cintura sobre mi cama.

-¿Carlos? -Agarro mi teléfono.

-¿Qué pasa? -Responde.

-Álvaro y yo acabamos de follar. Te quiero en 10 minutos en mi casa.

Y cuelgo sin darle tiempo a responder.


Hermanastro | blálvaro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora