Capítulo 24.

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Sabía de sobra que era Álvaro el que venía a hacer la entrevista, por eso me había quedado. 

Esa noche me planté en la fiesta de David, nervioso, pero entusiasmado. Tenía ganas de volver a ver a los chicos, de darles una sorpresa. Con quien más había hablado todo ese tiempo era con Carlos. Él estaba al tanto de todo. Fue el primero en saber lo de James.

-¿Blas? -David me abre la puerta.

-El mismo... -Sonrío.

Nos fundimos en un tierno abrazo y entramos. Aún no hay mucha gente en la casa. Saludo a algunos conocidos y me dirijo a Carlos.

-Eh, tú. -Digo dándole un cariñoso empujón.

-¡¿Qué haces aquí?! -Gritó saltando a mis brazos.

Estábamos hablando mientras nos servimos unas copas y el resto de gente seguía viniendo.

-¿Has visto a Álvaro? -Pregunta.

-Sí, ha sido... No puedo describirlo. Da igual el tiempo que haya pasado, cuando le veo se me remueve algo dentro. 

-Eso, querido amigo, se llama amor. -Sonríe Carlos. -Y por mucho que os empeñéis en destruirlo, va a seguir ahí.

Suspiro y bajo la cabeza. Cuando la subo mis ojos se encuentran con Álvaro, que acaba de entrar al salón. Nos mira y nos saluda con la mano.

Dudo si acercarme a él o no, pero Carlos sigue dándome conversación, así que me quedo con él. Seguimos bebiendo, riendo, incluso bailamos.

-¿Te gusta la casa? -Escucho una voz detrás de mí. Álvaro.

-Sí, es genial. -Asiento.

-Me costó mucho convencerles de que se quedaran con ella. -Sonríe. -Lo hice solo porque vivo cerca de aquí, y David cocina muy bien... 

Reímos y nuestras miradas se cruzan. Y sí, todo lo que sentía por él, vuelve a estallar. Mis ojos se clavan en sus labios. Intento disimularlo, pero no puedo. Me muero de ganas de besarle.

Le miro sonriente y me alejo de él poco a poco. Comienza a seguirme hasta que llegamos a un pasillo. Al final de este, el baño. Miro a Álvaro de nuevo y me dirijo hacia él. Entro y cierro la puerta. Pero a penas unos segundos después, Álvaro entra detrás de mí.

-Así que... James, ¿no? -Mira su vaso.

-Eso es... James. Le conocí de casualidad. Mi compañera de piso y él eran amigos.

-Uhm... Me alegro por ti.

-¿Qué hay de ti? -Pregunto temiendo la respuesta.

-Como siempre. -Sonríe. -Van y vienen.

Suspiro y miro a Álvaro. Está realmente guapo. Lleva un jersey negro que se ajusta perfectamente a su cuerpo. Y su pantalón... No deja lugar a la imaginación.

Cuando puedo darme cuenta, mis manos recorren su pelo. Sus ojos están clavados en los míos, y cada vez estamos más cerca. Sé que no debo, pero no puedo evitarlo.

-Blas... -Susurra posando sus labios en los míos. -Por fin.

Sonrío y le beso. Mis manos se enredan en su pelo y bajan por su cuello, colándose dentro de su jersey. Al principio los besos son pausados, pero a medida que aumentan las caricias Álvaro me hace sentir que me necesita.

Todo son sonrisas y besos entre los dos, hasta que mi móvil suena. James me está llamando. Sacó el teléfono y le enseño la pantalla a Álvaro.

-Tengo que... -Susurro.

-Claro.

Se hace a un lado para dejarme salir. James solo me llama para decirme que me echa de menos. Mantengo una corta pero pastelosa conversación con él y cuelo. 

-Álv... -Abro la puerta del baño. -Creo que es mejor que me vaya.

-Sí, supongo. -Dice sin mirarme.

Me acerco a él y le doy un último beso, mientras agarro su mano y la llevo a mi erección. Le obligo a tocarla mientras le beso y ambos gemimos.

-Sigo siendo tuyo... -Susurro en sus labios.

Sin decir nada más me marcho. Me despido de Carlos y David y cojo un taxi hasta el hotel. Cuando llego James me está esperando aún despierto.

Me tumo junto a él y comienza a besarme. Pero mientras nos besamos, solo puedo pensar en Álvaro. No debería haber pasado, ahora estoy prácticamente como antes. Solo que no puedo dejar que Álvaro lo sepa.

-I love you, babe. -Susurra James.

-I love you more. -Gimo mientras se introduce dentro de mí.

Cierro los ojos y pienso en él, en Álvaro. En su voz, en sus manos, en su risa... En todas esas cosas que me gustan de él.

Me masturbo mientras James me embiste con fuerza. Y cuando me corro, sigo pensando que es Álvaro el que va a tumbarse junto a mí ahora.

Pero no lo es. Es James el que se acurruca en mi pecho después de limpiarlo. Y yo no puedo evitar que se me escapen un par de lágrimas.

Porque habrán pasado los años, pero sigo tan jodidamente enamorado de él como el primer día. 


Hermanastro | blálvaro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora