Capítulo 5.

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Me despierto a la mañana siguiente sintiendo aún el sabor del beso de Blas. Me llevo los dedos a los labios y sonrío casi sin darme cuenta.

Miro por la ventana y sin mirar el reloj ya sé que son más de las nueve, por lo que mi padre ha debido irse a trabajar, al igual que la madre de Blas. Aunque a nosotros nos queda aún casi un mes de vacaciones.

Genial, un mes con la casa sola para mí y mi hermanastro buenorro.

Salgo de mi habitación y me guío por la música suave que me lleva hasta la cocina, donde Blas está desayunando un tazón de cereales, sentado en uno de los taburetes, de espaldas a la puerta. Me acerco sin hacer ruido y me agacho hasta dejar un beso en la base de su cuello. Noto el escalofrío que lo recorre y vuelvo a sonreír.

-Buenos días, niño.

-¿A qué estás jugando? -Pregunta.

-¿Yo? -Respondo, inocente- ¿No se puede ser amable con tu hermanastro?

Blas bufa, obviamente sin creer una sola palabra. Niño listo.

-Desayuna y vístete -Dice, levantándose para salir de la cocina- Tenemos que ir a lo de la Universidad.

Ruedo los ojos y me río para mis adentros. Este niño no se va a librar de mí tan fácilmente.

Mi móvil suena y sonrío al desbloquearlo.

Jose: "¿Nos vemos hoy?"

Yo: "Quizá esta noche. Tengo que hacer cosas de la Uni con el mocoso".

No espero a su respuesta. Bloqueo el móvil, subo, me ducho, me visto y bajo, solo para ver a Blas esperándome con las llaves de mi coche en la mano.

-Venga enano -lo llamo- a ver si terminamos pronto. Me apetece una cerveza.

-Álvaro -responde, en tono de queja- no son ni las once.

-Una cerveza siempre viene bien -Afirmo encogiéndome de hombros.

Al final, todo el papeleo nos lleva más de lo previsto y más que cerveza se nos ha echado encima la hora de comer.

Llegamos a casa y comemos viendo la televisión. Viendo que el aburrimiento puede con nosotros, llamamos a David, Dani y Jose para que vengan. Los tres llegan en menos de media hora, y aparecen con tres botellas.

-¿Qué traéis? -pregunta Blas.

Ay, si es que el niño no puede ser más inocente.

-Tequila -Dice Jose mientras entra y agarra mi camiseta, acercándome a él para darme un beso corto- Tres botellas. Vamos a jugar a algo a base de chupitos.

-¿Qué te pasa enano, te da miedo un poquito de tequila? -me carcajeo mirando a Blas. Quiero que beba.

-Voy a por vasos -Casi gruñe, apretando los dientes.

Una vez que estamos todos sentados y la primera botella abierta, Dani propone.

-Vamos a jugar a 'Yo nunca".

-Yo empiezo -Digo- Yo nunca he querido follarme a alguien de este grupo.

Bebemos Blas, Jose y yo. Bien.

Sigue Blas.

-Yo nunca he besado a alguien de este grupo -me mira y alza una ceja mientras bebe, cuando sabe que todos lo están mirando. Cabrón.

El juego sigue así, con preguntas trampa que hacen que Blas y yo apenas dejemos de beber, y en medio de la borrachera soy capaz de distinguir que alguien propone cambiar de juego. Y estamos jugando a verdad o reto. Y me toca a mí, y elijo reto.

-¡No tienes huevos de besar a tu hermanastro! -Chilla David.

Levanto la cabeza y veo a Blas acomodado en el sofá, mirándome lascivo. Y me levanto. Me acerco donde está el mocoso y le agarro la cara antes de besarlo, con fuerza, haciendo que en algún momento abra la boca y puedo introducir mi lengua. Me siento como en casa. Estoy en casa.

Me separo y me río al ver cómo Blas se acaricia el mentón.

-Me has hecho daño, gilipollas -Dice, y yo sé que es mentira, que no quiere que sea suave, que le ha gustado, pero solo sonrío.

-Deja de quejarte, mocoso.

-Dejad ambos de ser como el perro y el gato -Se queja Dani.

Turno de Jose. Reto. Y vuelve a hablar David.

-Te reto a que consigas que Álvaro se empalme en menos de tres minutos. Y el tiempo empieza ya.

Jose se acerca. Cada movimiento que hace es sexual, y yo no puedo dejar de pensar en que Blas es más sutil, más sensual. Jose se acerca a mi cuello, juega con él. En un acto reflejo llevo la mano bajo su camiseta. Él acaricia mi entrepierna por encima del pantalón. Mis ojos no se separan de los de Blas, ni siquiera cuando beso a Jose. Porque Blas está molesto, pero el muy subnormal está jugando. Se está tocando por encima del pantalón, cuidando que nadie lo vea. Lo está haciendo para mí. Y sí, antes de que pasen los tres minutos estoy empalmado, pero no precisamente por Jose.

Turno de Blas. Habla Dani.

-Te reto a que te vayas con Álvaro a la habitación, y estéis sin salir y sin mataros durante quince minutos.

Lo único que puedo pensar es en que amo a Dani. Salgo rápido para la habitación, con Blas tambaleándose detrás de mi, y cierro la puerta justo cuando él entra.

Lo acorralo contra la pared y ataco su cuello.

-Dimelo -Jadeo contra su oreja- Dime que te molesta que lo bese delante tuya.

-Nunca -balbucea.

-No voy a follarte si no me lo dices -aseguro.

-No lo hagas -Dice, arrastrando las palabras.

Me quito la camiseta y empujo a Blas del hombro hacia abajo. Parece que me entiende, porque en menos de veinte segundos está de rodillas y jugando con su boca por encima de mi pantalón. Se deshace de éste y me mira desde abajo.

Entonces lo veo. Blas está borracho. Muy borracho. No está controlando. Probablemente mañana se acordará, pero ahora mismo va a hacer cualquier cosa que yo le diga sin pararse a pensarla. No sé por qué, pero se me encogen las tripas y soy incapaz de aprovecharme de él en esa situación. Tiro de él hacia arriba y lo abrazo por la cintura, notando cómo él rodea mi cuello con sus brazos. Deja un par de besos en mi cuello que se me hacen difíciles de ignorar, pero tengo que hacerlo. Lo llevo a la cama y lo ayudo a desnudarse. Me meto detrás de él y lo abrazo por la cintura.

Ni siquiera se queja.

Apenas han pasado un par de minutos cuando noto su respiración lenta, pesada. Se ha dormido.

Yo estoy a punto de dormirme también cuando la puerta se abre. Sé que si es Jose estamos en problemas, pero para mi suerte es David, que sonríe y me guiña un ojo antes de volver a cerrar y bajar, imagino que para irse a casa.

Solo pasan segundos hasta que el alcohol y el cansancio hacen que caiga dormido, con mi brazo aún sin soltar el agarre en la cintura de Blas.

Hermanastro | blálvaro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora