Capítulo 16.

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Estoy, literalmente, temblando. Álvaro ha preparado todo a conciencia. Incluso lleva colgada la llave que le regalé... Se la regalé para que nunca olvidase todos los momentos especiales, al menos para mí, que habíamos pasado. Sé que es una cursilería, pero qué le vamos a hacer, soy un idiota enamorado.

Le miro a los ojos mientras pienso qué decir. Me siento incapaz de abrir la boca y emitir algún sonido que merezca la pena. Quiero decirle que sí, que estaría dispuesto a fallarle a cualquiera por él, pero... ¿realmente lo estaba? 

-Álv... Te quiero. -Susurro finalmente. -Pero no estoy dispuesto a fallarle a cualquiera. No puedo fallarme a mí mismo.

-Blas...

-Escúchame. -Le interrumpo. -Claro que quiero seguir adelante con todo esto, sea lo que sea, pero tengo que saber que puedo confiar en ti, al cien por cien.

Álvaro se acerca y agarra mi cintura. Me besa dulcemente y siento cómo todos mis músculos se relajan entra sus brazos. 

-Te demostraré que puedes confiarme tu vida, niño. -Susurra sonriendo. 

Rodeo su cuello con mis brazos y un rato después estamos sobre el colchón. Nos acostamos y después comemos lo que Álvaro ha llevado.

Escucho mi teléfono sonar desde mi habitación. Dudo si ir a cogerlo, porque sé de sobra quién me llama, pero al ver a Álvaro a mi lado todas las dudas se disipan. Que le den al móvil.

Vuelvo a mi habitación a la hora de dormir. Hemos decidido que es mejor así, no queremos más líos con nuestros padres, al menos hasta que nosotros mismos estemos seguros de qué es todo esto.

Miro mi teléfono y tengo cientos de mensajes suyos.

-¿Qué quieres? -Pregunto cuando me descuelga.

-Verte... -Gime.

-No... Hoy no puedo.

-Ni hoy, ni ayer... ¿Qué te pasa? 

Me quedo en silencio. Creo que ni siquiera se me escucha respirar.

-¿Es por Álvaro? -Pregunta. -¿Es por él?

-Sí, José. Lo siento. -Murmuro.

Jose y yo habíamos quedado un par de veces después del trío. El chico no estaba nada mal, y con Álvaro era una montaña rusa constante, él decía dónde y cuándo, y yo era incapaz de resistirme. Con Jose ese poder lo tenía yo.

-Voy a tu casa. -Responde.

-¿Qué?

-Que voy a tu casa.

Cuelga sin más. ¿De verdad va a venir? Camino dando vueltas por la habitación. Álvaro está metido en la suya, es muy tarde y posiblemente esté dormido. No sé si decírselo o no. Si le cuento lo que acaba de pasar sabrá que he seguido quedando con Jose, y no sé si quiero que eso pase. Pero si le ve aquí... Supongo que sería mucho peor así.

Voy hasta su habitación y abro la puerta despacio. Está completamente dormido. Le observo y me acerco con cuidado de no hacer ruido, sentándome en el borde de la cama.

-Álvaro... -Susurro. -Despierta...

Acaricio su pecho desnudo con la yema de mis dedos y sé que está despierto cuando sonríe y agarra mi mano, bajándola hasta su erección.

-¡Álv! -Susurro riendo. -Ahora no...

-¿Por qué? -Se incorpora y me besa.

Me encantaría tumbarme sobre él ahora mismo, pero sacudo la cabeza y le aparto de mí.

-Jose... Está viniendo a casa.

El gesto de Álvaro es de sorpresa. 

-¿No querrás otra vez...?

-No, no. -Me apresuro a decir. -Es que...

El timbre suena antes de que pueda terminar la frase. Nos miramos y nos levantamos de la cama. Álvaro se coloca un pantalón corto y bajamos hasta la puerta.

-Abre, Blas. -Dice Jose. -No seas cobarde.

-Lárgate. -Responde Álvaro poniéndose entre la puerta y yo.

-Anda, si la niñera se ha despertado. 

Álvaro abre la puerta cabreado. Se miran en silencio y me escondo tras Álvaro cuando noto los ojos de Jose sobre mí.

-¿Qué quieres? -Le pregunta Álvaro.

-Hablar con Blas. 

-Que te vayas. -Digo soltando a Álvaro. -No tenemos nada que hablar.

-¿Estás seguro? ¿No vamos a comentar lo bueno que fue el polvo de antes de ayer? 

Álvaro me mira sorprendido y agacho la cabeza. Esto no tendría que estar pasando.

-Vete a la mierda. -Empujo a Jose para apartarle de la puerta y la cierro con fuerza.

Salgo corriendo hasta mi habitación y me meto en ella, pero Álvaro aparece un par de minutos después.

-¿Eso iba en serio? -Dice con un hilo de voz.

-Álvaro vete. -Sollozo.

-¡Contesta, joder!

Álvaro grita y en cuestión de segundos nuestros padres aparecen junto a él. Mi madre se lanza a abrazarme al verme llorar y su padre le mira mientras niega con la cabeza. Le agarra de los hombros y lo saca de mi cuarto.

-¿Qué ha pasado, cariño? -Me madre acaricia mi pelo.

-Yo... Yo... Soy un imbécil, lo he mandado todo a la mierda. 

-Blas... ¿Vas a ser sincera conmigo?

La miro y asiento mientras seco mis lágrimas.

-¿Estás enamorado de Álvaro?

-No sabes hasta qué punto. -Murmuro.

Le cuento a mi madre todo lo que siento por Álvaro, cómo es capaz de hacerme sentir bien simplemente sonriéndome y se me encoge el estómago, porque mientras lo digo me voy dando cuenta de que posiblemente le haya perdido.

-Cariño... -Susurra abrazándome cuando termino. -Tranquilo. Mañana será otro día y lo veréis todo distinto.

Vuelvo a quedarme solo. Salgo de la cama y pego la oreja a la puerta. Álvaro está con su padre y mi madre al otro lado. Están discutiendo, no puedo soportar escucharle llorar y menos sabiendo que la culpa es mía. Vuelvo a tumbarme en la cama y tapo mi cabeza con la almohada y me quedo dormido llorando.

Por la mañana me levanto con los ojos hinchados, y no soy el único. Álvaro y yo nos cruzamos en el pasillo. Me mira sin decir nada.

-Álv... -Susurro.

-No sé cómo has podido... 

-Déjame que te lo explique, por favor.

-No hará falta. -Niega con la cabeza. -Me voy a Alcalá después de comer.

Vuelve a entrar en su habitación y cierra la puerta en mi cara. No puedo dejar que se vaya, no después de que me dijera que me quiere. 

Bajo a la cocina, pero no hay nadie. Necesito hablar con su padre, pero parece haber desaparecido. Le mando mil mensajes a mi madre, pero solo me dice que han ido a pasar el día a casa de unos amigos y volverán por la noche.

Saco el teléfono y busco el número de las únicas personas que creo que me pueden ayudar ahora mismo.

-¿David? 

-¿Qué pasa, Blas? -Responde con voz de dormido.

-Te necesito. A ti y a Carlos, os necesito ya.



Hermanastro | blálvaro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora