Mi Mayor Pecado: Tú [Death Note (LightxL) Yaoi]

Capítulo 3

[Narra Light]

Sentí mi corazón dejar de latir y mi respiración cortarse por un par de segundos. Pero... no tenía sentido, he escrito su nombre en la Death Note de todas las formas posibles. ¿Y aún así seguía vivo? No tenía sentido, y como causa de muerte he escrito "atropellado". Obviamente, no iba a recorrer todo Tokio para comprobar que había muerto, no sé nada sobre él, y no pienso malgastar mi tiempo en un imbécil como él. Un imbécil el cual había hecho daño a L, ese es mi móvil: agresión a L. Y yo que contaba con que no lo volvería a ver en la vida y que nadie más molestaría a L... Si es que los sueños nunca se cumplen, son todo fruto de la imaginación humana.

No me lo podía creer, la Death Note me había fallado, era la primera vez que no hacía lo que  se escribía en ella desde que empecé a usarla, o sea, desde hace un mes. Sólo hay dos posibilidades que sean el motivo por el cual no ha funcionado: o Ayato Amano no es su verdadero nombre o él también es dueño de otra Death Note.

Sólo actué normal, no me iba a alterar delante de Ryuga, mejor dicho, de L. No quería ser descubierto, y menos porque aquel cabrón no había muerto como yo había previsto. Soy demasiado ingenuo, Ayato Amano no es sólo el segundo mejor estudiante en Japón, también es X, el mejor detective del mundo después de L. He investigado, y la verdad es que en todos los casos en los que L ha participado, X siempre le preguntaba si estaba dispuesto a colaborar. Pero la respuesta siempre era la misma: no. Se ve que se odian a muerte, me gustaría saber porqué.

L y yo seguíamos caminando, incluso pasamos por delante de Ayato y al parecer no se dio cuenta, o eso creía porque oí que mi nombre y su irritante voz. No lo conozco ni desde hace veinticuatro horas y siento que quiero matarlo con mis propias manos. Ni Death Note ni ostias, lo quiero disparar, apuñalar, envenenar, lo que fuera. Pero quiero hacerlo yo mismo, sin tener que utilizar el cuaderno.

Lo ignoré como si no le hubiese escuchado, haciéndome el desinteresado en otra cosa que un fuera L. Aunque ahora ya no me interesa nada más que él, me siento raro cuando estoy con él. Me sentía en las nubes, en otro planeta.

-¡Yagami! -llamó por quinta vez.

-¿Qué? -repliqué yo, molesto.

-Ayer me pasé contigo, tú sólo llegaste, no tenías nada que ver y... Bueno, resumiendo, que estamos en paz.

Muy simpático está éste. No pienso fiarme, no después de lo que vi. Luego encontraré otra forma de darle su merecido.

-Amano, no te hagas el tonto. ¿Cuál es el truco? Conozco a mucha gente así, no pienso creer nada de lo que me dices.

-¿Cómo osas?

-Anda y que te den.

Seguí caminando con L, quien se había quedado mudo de asombro, hasta que oí que alguien gritaba mi nombre.

-¡Light, cuidado! -era él.

No me di la vuelta, pero sentí un fuerte golpe en mi cabeza y oí el ruido de un cristal rompiéndose antes de caer al suelo.

[Narra L]

Esto... Esto es el colmo, es imperdonable, algo muy serio. No había visto algo así en toda mi vida, y me he encontrado con todo tipo de asesinatos en mi carrera como L.

El desgraciado de Amano había cogido una botella de cristal pequeña, pero por pequeña que fuera, la ha estampado con todas sus fuerzas contra la cabeza de Light. No lo ha matado de milagro. Mi cuerpo empezó a temblar como un flan del miedo, pero no porque le temiera a Amano, sino por lo que le hubiera pasado a Light. Había cristales repartidos alrededor de él, el cuello de la botella seguía entre los dedos de mi rival. Miré a este último con odio, no pienso que me haga nada más ni a Light ni a mí. Ya está bien de tener que sufrir por él.