El amanecer que arde.

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Sigo escribiendo cuando no me toca
el sonido del piano que suena en mis auriculares me descoloca como un golpe en la cabeza durante un combate de boxeo, de lo que un día fuimos si esque fuimos algo ya no queda nada.
La estrella fugaz me recuerda a la curva de tu boca y el amanecer me arde en el fondo de mi metafota.

El pasado no se cura.
En el armario imaginario que forma mi alma todavía hay un cadáver que de vez encuando vuelve a respirar para entrelazar sus manos sobre mi garganta. La noche transmuta mi olvido en rencor y me translada a esa época donde disimulabas mejor y tu cuerpo me acompañaba.

Hago el tonto caminando sobre el lago congelado no tengo cuidado de pisar donde el hielo sea mas frágil, si aunque ya no estés aquí siges obsesionada con las tijeras y cortas la cuerda tensa que me sirve de salvavidas.

Usaste nanotermita para derribar mi corazon como el gobierno americano con las torres gemelas. Simplemente me das dolores de cabeza en el barrio te asemejas a las luces de un coche patrulla.

Hablaste de una distancia que si lo piensas no existía.
Tu y yo caminabamos por el mismo camino uno delante del otro persiguiendonos sin encontrarnos, persiguiendonos sin reconocernos cuando estábamos cerca como el sol y la luna.

Mujer descarada ya te quite la mascara que reflejaba a mis demonios yo no me quejaba de tus defectos pero nunca dije que amase la forma en la que me mentias. Bolígrafo me duele la fecha que tachas, me duele el momento que vivimos entre besos y que hoy ella niega su existencia.

Hiroshima((poemas))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora