"El Mejor Amigo De Mi Novio" - Orian

Capítulo 35: "Quién es?"

-Tiempo después-

-Buenas tardes.

Le digo en silencio.

-Buenas tardes, hermosa.

Me contesta.

-Qué hora es?

Me dice, sin cortar con el ambiente sereno que reina en esta hermosa playa.

Me fijo en mi celular.

-Las seis.

Le contesto.

Se endereza y apoya sus codos en la arena. Levanta su cabeza, mirando en dirección al mar. Me mira a mí, con una mueca que no me gusta para nada. Vuelve a mirar al mar y después a mí.

-Ni se te ocurra.

Le digo negando con la cabeza pero no logro terminar mi frase que ya se está sacando su remera para luego pararse, agarrarme de las piernas y alzarme, haciendo que mi cabeza quede del lado de su espalda. Se dirige corriendo al mar y yo parezco una loca de lo mucho que grito. El agua debe estar fría y lo que menos quiero es mojar mi ropa del colegio pero sé que ya es tarde como para evitar que eso pase. Me tira al agua y, como supuse, está helada, lo que hace que todo mi cuerpo empiece a temblar. Saco mi cabeza del agua salada y respiro para luego terminar de pararme, haciendo que el agua me llegue hasta un poco más que las rodillas. El chico que me metió al mar, se está matando de la risa enfrente de mí y eso hace que tenga más bronca.

Me despierto agitada y toco mí frente al sentir un dolor fuerte en ella. Estoy sudando y mi respiración no se calma. Estiro mi mano hasta llegar a la mesita de luz y poder agarrar mi celular. Al desbloquearlo obtengo la respuesta que necesitaba. Las 4:35am.

Luego de ir al baño para lavarme la cara y refrescarme un poco, vuelvo a la cama y me acomodo para volver a cerrar los ojos.

Este chico no para de aparecer en mis sueños, madre mía. Quién es?

-Quién sos?

Murmuro, como si me estuviese escuchando.

Por qué no lo puedo recordar? Por qué siento tanta angustia al verlo y no poder descifrar quién es? Por qué siento que lo conozco por momentos y a los pocos segundos ya no sé ni en quién estoy pensando?

Ni siquiera sé si mis sueños son recuerdos o simplemente sueños y ya.

Estoy confundida, muy. Así que decido cerrar mis ojos y acabar con esta noche ya.

(...)

Despierto otra vez gracias a los rayos del sol que traspasan la persiana y maldigo. Tengo que procurar cerrarla bien antes de dormir.

Voy al baño para higienizarme, como siempre, y bajo las escaleras rápidamente para ir a la cocina por mi desayuno.

-Buenos días, hija.

Dice mi mamá con el diario en una mano y en la otra una taza de yogurt de frutilla.

-Buenos días.

Le contesto.

Me sirvo un vaso del mismo yogurt y me siento en una silla enfrentada a la de mi mamá.

-Ma?

La llamo.

-Si?

Dice para bajar el diario que tapaba todo su rostro y mirarme.