Capítulo 45: "Como en los viejos tiempos?"

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No entiendo lo que me pasa con éste chico, estoy bastante confundida y la verdad es que en este preciso momento no puedo pensar con claridad. Pasar tanto rato con él en esta casa la cual todavía no conozco bien y que hace que me sienta más insegura que de costumbre, esas son las razones por las cuales no puedo pensar con claridad. Pero definitivamente pasa algo.

Y a la vez me siento un poco frustrada, cansada. No puedo dejar de pensar en mi novio... exnovio, en todo lo que dice el doctor, mi mamá o mi papá. Me pesa esta vida, me pesa saber que perdí meses de mi vida, que todo lo que pasó en esos meses fueron en vano porque los olvidé. Y estoy segura de que Julián formó parte de esos meses.

La mirada de él sigue encima de mí y trato de que no se me caiga la toalla con todas mis fuerzas porque si llegara a pasar eso ahí sí que moriría de la vergüenza.

-Eh... yo... ahí te deje unos shorts y una remera para que duermas cómoda.

Dice al fin, sin todavía despegar sus ojos de mi cuerpo envuelto.

-Gracias. Estás seguro que no le molesta a la hermana de Agus?

-Sí, sí! De eso nada.

Dice agitando su cabeza, como saliendo de sus pensamientos.

-Bueno... gracias.

Digo y espero que se dé cuenta de que estoy esperando a que se vaya.

-Eh... sí... denada. Yo... me voy así te podes cambiar.

Tartamudea y sale de la habitación cerrando la puerta detrás de él.

Termino de cambiarme con la ropa prestada que, por cierto, es de una talla más grande supongo que gracias a mis pocas curvas, las cuales la hermana de Agustín si debe tener.

No sé por qué, no puedo evitar imaginármela con un culo y unos pechos enormes. Y de esas chicas las cuales salen cada día de su vida y toman más en un día que yo en mi vida.

Tomo aire fresco al salir el baño, lleno de vapor, producto de la larga ducha que me tomé hace unos minutos. Bajo las escaleras tratando de hacer el menor ruido posible para no llamar la atención pero resulta ser que no me sale y en la mitad de mi camino los tres, que están sentados en el sillón buscando alguna película en Netflix y con pochoclos en manos, se voltean y me miran.

-Encontraron algo?

Digo para acabar con el momento incómodo y me aproximo al sillón, buscando un lugar donde sentarme.

Mi amiga y su morocho están sentados en el sillón grande, en una esquina, abrazados y Julián en uno chiquito. Me decido por el otro extremo del grande y estiro mi brazo para agarrar pochoclos del balde que tiene Jenny.

(...)

En el transcurso de la película que eligieron Jenny y Agustín, la cual es una de terror que me parece muy mala aunque en algunos momentos no puedo evitar dar un saltito del susto, cruzamos algunas miradas con Julián, haciendo que me sienta incómoda.

Por qué siempre me siento incómoda? A veces desearía ser como Jenny y que no me importe nada, ni la opinión de los demás, ni lo que piensen, ni nada. Ser yo y nada más. Pero ser yo incluye ser vergonzosa así que eso sería imposible.

(...)

Me despierto gracias a unas manos que me tocan el brazo, moviéndome despacio de un lado a otro. Abro lentamente mis ojos y lo primero que veo es a Julián diciendo mi nombre.

-Ya termino la película, querés ir a dormir arriba? Porque si no mañana te vas a despertar toda contracturada.

Me limito a asentir y me siento en el lugar. Me refriego los ojos y me paro, chocando con Julián que está más cerca de lo que había calculado.

Aparto mis manos de mis ojos rápidamente y lo miro. A pesar de la oscuridad, puedo notar su mirada fija en la mía. Y otra vez el nerviosismo y la incomodidad inundan mi ser. Es que no puedo estar un momento sin ponerme así?

Lleva una mano hacia mi mejilla y la acaricia con delicadeza, haciendo que se me estremezca todo el cuerpo con sus suaves dedos.

Llevo mi vista a su boca y siento ganas de besarlo, de sentir sus labios contra los míos. Vuelvo a mirarlo a los ojos pero los suyos están clavados en mi boca.

Me agarra por la cintura y abro mi boca, soltando un pequeño suspiro. Noto como la suya se aproxima y puedo sentir su respiración entrecortada, igual que la mía. Puedo sentir su cálido aliento. Y puedo sentir su corazón latir.

Pega sus labios contra los míos y al fin los siento. Son adictivos y juguetones, y me encanta. Me encanta como encajan con los míos, como están hechos los unos para los otros. Nunca había sentido algo igual, ni siquiera con Federico. No sé si sentirme feliz o triste con eso, pero la verdad es que en este momento nada puede hacerme poner triste. Le sigo el beso, despacio.

Nos separamos por falta de aire y luego continuamos, haciendo lo mismo unas cuantas veces más.

Me guía por la sala, sin dejar de besarnos, hasta que mi tobillo choca con un escalón. Su brazo se posa debajo de mis rodillas y me levanta del suelo.

Sin darme cuenta, llegamos a una habitación y Julián cierra la puerta, empujándola con el tobillo cuando ya estamos dentro.

Se sienta en la cama y me pone a horcajadas encima de él. Envuelvo con mis piernas en su espalda y él apoya sus manos en la parte trasera de mis muslos. Yo llevo mis manos hacia su cuello y lo empujo más hacia mí, intensificando el beso que ahora se convirtió en un beso algo más bruto.

Vuelvo a mover mis manos hacia el borde se su remera y la subo despacio hasta sacársela por completo. Las llevo ahora hacia su torso desnudo y las dejo allí, acariciando cada centímetro de piel suave y caliente.

Y cuando me doy cuenta, está encima de mí, con las piernas a los costados y apoyándose en las rodillas para que su cuerpo no me pese tanto. Mi cuerpo no lleva más que la ropa interior y él solo lleva puesto el bóxer. Mis manos recorren cada musculo de su espalda, descubriendo algo nuevo allí.

Arqueo mi espalda y gimo para que me saque el corpiño y así sentirlo más cerca. Vuela por los aires y a continuación nos desprendemos de las pocas prendas que nos quedan para así hacernos uno.

<<Como en los viejos tiempos>>

Como en los viejos tiempos? 

&quot;El Mejor Amigo De Mi Novio&quot; - OrianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora