"El Mejor Amigo De Mi Novio" - Orian

Capítulo 24: "Un pedacito de mi vida"

"No quiero agregarte otra montaña más" es una frase que está maquinando en mi cabeza desde algunas semanas atrás, cuando Julián se fue volando de mi pieza. Siempre arruino todo, absolutamente todo.

Decidí quedarme en Argentina, no quiero dejar a todos mis amigos, el colegio y de más. Mi mamá y mi hermana partieron ayer a la mañana y las fuimos a despedir con mi papá al aeropuerto. Por lo menos todo termino bien y con un "te quiero" de parte de mi papá hacia mi mamá, cuando se abrazaban en la despedida. Yo creo que cuando vuelva de Venezuela, van a volver a estar juntos. La voy a extrañar demasiado a mi hermana, pero si ella decidió irse con mamá, yo acepto su decisión, además va a venir a visitarnos o yo a ella. Cambiando de tema, la semana que viene, lamentablemente, empezamos las clases y lo único que me motiva es que es mi último año y me propuse pasarla bien y disfrutar cada uno de los días. Respecto a Julián, no lo volví a ver desde aquel día y eso me pone muy triste. Lo necesito tanto. "Solo cuando no lo tienes te das cuenta lo mucho que lo necesitas", es una frase que en este momento me identifica mucho.

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-JENNY, JENNY, ME HABLO! ME HABLO EUGENIA! ME HABLO!

Le grito a mi amiga cuando veo un WhatsApp de parte del chico al que no veo hace tiempo. Toda la gente de la plaza me está mirando y presiento que saben un pedacito de mi vida.

-Oriana te podes calmar y explicarme bien?

-SHHH

La callo mientras mis ojos están concentrados en la pantalla del celular y mis dedos se confunden una y otra vez al tratar de marcar los 4 dígitos para desbloquear el celular.

Juli: Necesito que hablemos, no quiero que quede esto así.

-Quiere que hablemos! Qué le digo?

Hablo dirigiéndome a Jenny.

-Y que sí! Qué le vas a decir?

Dice tan nerviosa como yo.

Ori: A las 7 en el parquecito de diversiones, te copa?

Le pongo, tratando de parecer desinteresada.

Julián: Si, me copa.

Me contesta. Sé que él está seco, no trata de actuarlo al igual que yo.

-Bueno dale! Vamos para tu casa a arreglarte, mira cómo estás Orianita, así va a salir corriendo el chico...

Dice mi amiga, quien estaba viendo toda la conversación.

-Euu!

Digo mientras la miro mal.

-Y bueno qué querés que haga? Que te mienta?

-Nono, vamos.

Digo agarrándola del brazo para luego salir corriendo en dirección a mi casa.

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-Pero Je, no tiene que parecer muy producido boba! Solo quiere "hablar".

Le digo una vez en mi cuarto y con una pila de ropa encima de la cama, en la cual me encuentro yo también sentada.

-Sí, tenés razón!

Me contesta mientras sigue sacando más y más ropa. Ni yo sabía que tenía tanta cantidad.

Al final nos decidimos por un jean negro y una remerita rayada negra y blanca, un poco sueltita, en los pies unas zapatillas un poco grandes para mi talla y encima una camperita en un tono gris oscuro, ya que hace bastante frío como para ser verano. Me cambio con esa ropa y nos dirigimos a la entrada una vez que estoy lista.

-Bueno amiguita, suerte!

-Si igual tampoco es la gran cosa Je, seguro me cuenta lo mucho que me odia.

-Estás loca? Este pibe esta re enamorado.

-No sé si después de lo que le hice...

-Hay sos una tonta Oriana, mejor andá que se te va a hacer tarde.

Dice mientras me da un beso en la mejilla. Me doy vuelta y me dirijo al enorme portón para salir por él y subirme al taxi, el cual me estaba esperando hace un buen rato.

Una vez que llegamos, me bajo del auto amarillo y entro al parque por el gran portón celeste, el cual encima tiene unas letras llamativas que dicen "Parque de diversiones". Los juegos son un poco viejos, pero para mí siempre fue el mejor parque de la zona y de chiquita siempre venía. Además me hace acordar a la vez que vinimos con Julián, ese día que la pase tan bien.

Después de esperar unos minutos y comenzar a pensar que algo pasó y no va a venir, lo veo entrar por el mismo portón celeste por el que entre yo. Camina bastante relajado mientras se despeina el cabello, tirándolo hacia atrás y haciendo que este quede desordenado y desprolijo. Viste una remera blanca lisa y unos jeans azules, me pregunto cómo no tiene frío. Una vez adentro, mira hacia ambos lados, supongo que buscándome a mí, y de repente fija su mirada donde estoy sentada y levanta su mano moviéndola hacia ambos lados en forma de saludo. Su boca forma una sonrisa, aunque sé que es falsa, lo conozco. Sigue caminando hasta que llega a mí y me da un beso en mi mejilla, lo que hace que salga de mis pensamientos.

-Hola.

Dice. Uf cuanto extrañaba su voz.