Capítulo 36: "Mi vida cobra sentido"

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-Te quiero mucho, Oriana, no sabes cuánto.

Dice el morocho mientras contemplamos las estrellas, tirados en el pasto de un enorme parque repleto de árboles.

-Y te extraño, no sabes cuánto.

Vuelve a hablar.

Lo miro y apoyo mi mano en su mejilla para allí hacerle unas caricias suaves.

-Yo también te quiero, Fede.

Ahora me mira él y nos besamos.

Me despierto con la respiración agitada y me toco el pecho con la mano. Estoy empapada.

Ahora mi vida cobra sentido, ahora siento que mi vida está completa, que no falta nada. Fede. Dónde está? Por qué no me fue a ver a la clínica? Estará enojado?

-Dónde estás?

Digo en un suspiro, como escupiendo las palabras.

(...)

Toca el timbre de salida y salgo con Jenny a mi lado. Hoy, lunes, fue mi primer día de colegio y estoy feliz de que, aunque siga en reposo, por lo menos me dejen salir de casa. Todos me trataron muy bien y me pone contenta y orgullosa que haya recordado algunas cosas. Aunque no lo crean extrañaba el colegio.

-Je, me tenes que ayudar en algo.

-Qué?

Me contesta mi amiga mirándome extrañada.

-Tengo que encontrar a Fede. Sé que mis papás no me van a querer decir nada, como lo hacen con todo. Necesito saber dónde está, necesito abrazarlo y besarlo. Lo extraño mucho.

Con cada palabra que sale de mi boca, mi amiga frunce el ceño y me mira asombrada. Sus ojos parecen dos huevos.

-Dijiste Fede?

Me pregunta con la misma cara.

-Sí, boluda. Hay algún problema?

Digo entre risas.

-No, no. Vamos? Tu papá ya nos debe estar esperando, Ori.

Asiento con la cabeza un poco molesta al notar cómo ignoró mi propuesta y la sigo.

Entramos al auto donde mi papá nos saluda contento y arrancamos para casa.

En cuanto llegamos, subimos a mi pieza y nos quedamos ahí por el resto de la tarde, mientras Jenny me ayuda a ponerme al día con el colegio. En cuanto a eso, no tengo ningún problema. Es decir, por suerte, me acuerdo de todo y sigo siendo la misma chica estudiosa que, por lo que me contaron, lo era antes.

(...)

Escucho el timbre y después de un rato, mi mamá nos llama para cenar. Bajamos prácticamente corriendo con mi amiga y lo veo. Ahí está, parado en frente de mi mamá y mirándome como lo hace siempre. Lo miro por un rato pero luego bajo la mirada. Sigo bajando las escaleras pero ahora más lento.

-Juli se queda a cenar, vino de visita.

Me dice mi mamá mirándome a los ojos.

Asiento y lo saludo con un beso en la mejilla. Él solo me sonríe, me sonríe, me sonríe siempre. Y es que tiene una sonrisa tan linda que me alegro mucho de que la use todo el tiempo. Pero noto que no es una sonrisa de felicidad, está fingiendo, me doy cuenta pero no sé cómo. Tampoco sé por qué la finge, si así es su sonrisa fingida, no me quiero imaginar cómo debe ser la verdadera. Espero algún día poder verla.

Mi amiga lo saluda para luego dirigirnos a la enorme mesa del comedor, donde ya está todo servido.

-Dale tiempo...

Escucho a mi mamá que le dice al chico en un tono bajo pero no le doy importancia y sigo caminando.

En toda la cena él no deja de mirarme y para sumarle, todos están callados. En cuanto mi mamá se da cuenta de esto, comienza a hablar de la nada, haciendo que todos llevemos nuestras miradas a ella.

-Y cómo te fue en el colegio, Ori?

Dice mientras corta un trozo de pollo.

-Muy bien.

Digo con una sonrisa y mirándola a Jenny.

Y otra vez el silencio incómodo reina en esta cena, la cual también es incómoda.

-Éste sábado es el cumpleaños del abuelo y vamos a hacer una fiesta acá, en casa.

Vuelva a hablar mi mamá, cortando por segunda vez el silencio.

-Julián, estás invitado, por supuesto.

Continúa, apoyando su mano en el brazo del chico, quien la mira con la misma sonrisa de siempre.

(...)

La semana pasa tranquila, poniéndome al tanto de todo lo que tenga que ver sobre el colegio, nuestro viaje de egresados, etc. Mi grupo es muy lindo, me apena mucho no poder acordarme de ellos.

A Jenny no le hable más del tema de Federico así que me encargué de empezar a averiguar yo sola. Me fije en mi celular para ver si tengo el contacto y no, no lo tengo así que me decidí por preguntarle a mi mamá pero todavía no me animo, no sé por qué.

Es sábado y mi amiga me está ayudando a alistarme para la gran fiesta que mis papás planearon para mi abuelo. Ya hay bastante gente abajo pero no conozco a ninguna de ellas y, por lo que me dijo Jenny, son todos hombres que trabajan en la empresa de mi papá y de mi abuelo. También me dijo que hay parejas amigas de mis papás, pero son toda gente de clase alta, o así los llamó Jenny.

Me puse un vestido negro que está hecho de encaje por la parte de arriba y abajo es una pollera de cuero. Mi amiga me maquilló un poco y salimos del cuarto, ya listas.

Bajamos las escaleras y hay música tranquila sonando pero lo que más se escucha son las voces de todas las personas, en especial las gruesas. Creo que esta fiesta va a ser un tanto aburrida.

Mi papá me comienza a presentar gente y ya quiero salir corriendo de esta casa.

Escucho el timbre y voy a abrir, sabiendo que mis papás están ocupados como para hacerlo ellos. Mi amiga me sigue y cuando abrimos, el exterior nos da una cachetada de aire fresco pero a la vez lindo. Julián se encuentra del otro lado de la puerta con un traje que le queda pintado. Me quedo mirándolo, al igual que él.     



"El Mejor Amigo De Mi Novio" - OrianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora