Hace unos meses mi vida era un completo caos. Mi mamá y mi papá no paraban de discutir hasta que un día ella se marchó con mi hermana, quedándome yo acá sola con él, y no me quejo, yo había tomado esa decisión ya que estaba en mi último año de colegio y no quería perdérmelo, no quería separarme de mis amigos ni tampoco quería perderme todo lo mejor del último año de colegio.
Además, mi novio se había muerto y estaba literalmente destruida. Así que comencé a pelear conmigo, con mi cuerpo, con mi alma. Era como una batalla conmigo misma y todas las mañanas maldecía el estar viva.
La única luz en todo esto era Julián, aunque tengo que admitir que también me traía problemas y muchísimas dudas, lo que hacía que mis ganas de matarme crezcan.
Mi mamá y mi hermana volvieron, se reconciliaron ella y mi papá y todo parecía ir por el buen camino, todo estaba "mejorando" aunque no tanto.
Y entonces boom. Mi cerebro comenzó a funcionar mal, se cansó. Se cansó de tanta lucha y tanto sufrimiento.
Fue muy raro mientras tanto, todavía siento que no conozco a la Oriana anterior a todo esto, como si no fuera ella.
Pero aprendí gracias a muchas personas que me lo demostraron, que de los malos momentos se aprende. Cada uno se forma con las cosas que le pasan, sean malas, buenas, tristes o lo que sea. Y aunque sigo pensando que todo fue una mierda, ahora me siento orgullosa de lo que aprendí.
-Qué pensas?
Me pregunta sobresaltándome mi novio.
-Nada.
Le contesto y me hace una expresión extraña.
-Todo.
Le vuelvo a decir.
-Qué es todo?
-Todo.
Le contesto y me da un beso tibio en la frente.
-Qué queres hacer?
-Nada, solo quiero estar con vos.
Le respondo.
Hace dos días salí de la clínica. Cuando desperté estaba un poco perdida o mareada y supongo que por eso me tuve que quedar otra semana más. Pero ya no sufría allí dentro, estaba feliz. Ahora, ya estando en casa, me siento un poco rara. Hace mucho no sentía que nada me interrumpía ser feliz, hace solo un mes era un problema tras otro y no dejaban de aparecer. Ahora ya no hay nada de qué preocuparse, y creo que es por eso que me siento así de rara. Me siento libre, liviana, sin ninguna piedra en mi camino.
Es verano y por la ventana del balcón entra toda la luz del sol que está iluminando la pieza en este momento. Y estamos acostados, sin decir nada, sin hacer nada, me gusta. Me gusta pensar, pensar en todo.
Son cerca de las doce del mediodía, hoy invitamos a Diana (mi ex psicóloga, descubriendo hace poco que a la persona que le hablaba no era nada más ni nada menos que mi suegra) y Yolanda, la hermana de Julián a la cual, aunque no lo crean, no la conozco todavía.
Me levanto de la cama y me dirijo a mi armario en busca de ropa. Tengo puesta solo una remera que tapa mi panza y noto la mirada de Julián fija en mí, lo que hace que mi piel se tiña de rojizo.
-No me mires, estúpido.
Le digo mientras elijo mi ropa y acto seguido le tiro una prenda en la cara. Él se ríe y rápidamente me tira la prenda de vuelta.
-Por qué no te puedo mirar? Sos mi novia.
-Porque me da vergüenza, Julián!
Digo sin poder darme vuelta y dar al descubierto mi cara totalmente roja.
-Ori, te vi así pero sin la remerita ni la bombacha y ya perdí la cuenta de cuántas veces, déjate de joder.
Me dice serio y una carcajada sale de mi boca.
Entonces agarro una pila de remeras y se las revoleo todas, aunque lejos de caer en su cara caen todas desparramadas por el suelo y la cama. Él se levanta rápido de esta y no estoy segura de lo que va a hacer hasta que me toma por las piernas y me levanta, haciendo que quede colgada en su espalda. A continuación me tira en la cama y los resortes de esta hacen que mi cuerpo de varios saltitos.
Mis carcajadas salen como las olas se acercan a la orilla y ya no me da vergüenza el estar casi desnuda, él siempre me hace perder la vergüenza de alguna manera u otra.
De repente siento una bola de ropa cayendo sobre mí y al despejarla de mi cuerpo, Julián me toma una foto con su celular. Está encima mío, con sus piernas a los costados de mi cuerpo.
Me muerdo el labio y hago un par de muecas más dándole a entender que lo odio en este momento y él las captura todas.
Tocan la puerta y nos levantamos rápidamente, exaltados. Agarro las prendas, apurada y Julián me copia.
-Ya va!
Grito para que no abran de repente a la vez que agarro un short del piso y me lo pongo.
-Pase.
Digo cuando ya está todo más o menos en su lugar y los dos estamos más o menos vestidos.
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"El Mejor Amigo De Mi Novio" - Orian
Fiksi PenggemarProhibida su adaptación o copiado. Si la ven en alguna página, por favor, avisen.