Un sonido interminable parecido a los latidos de mi corazón no dejan de aturdir mis oídos. Estoy inmóvil y no siento mi cuerpo. Abro mis ojos con cuidado y recorro con la vista la sala en la que me encuentro, pero todavía no veo del todo bien. Alguien que estaba sentado en un sillón color blanco como la mayoría de las cosas en este lugar, se acerca corriendo sorprendido y con una sonrisa muy bonita, la cual me suena muchísimo. Toma mi mano, entrelazando sus dedos con los... míos? Quién soy?
-Tranquila, todo va a estar bien, mi amor.
Mi amor?
Un hombre alto entra por las puertas de la habitación y, gracias a su atuendo, adivino que es un médico. Se acerca a mí apurado y habla con el chico que todavía sostiene mi mano con fuerza, el cual se va después de unos segundos.
-Oriana, te vamos a hacer algunos estudios para ver cómo estás. Te voy a inyectar una anestesia para que no te duela, vas a estar bien.
Me dice aquel señor y poco a poco vuelvo a cerrar mis ojos.
Abro mis ojos. Estoy en la misma habitación que antes. Una mujer muy bonita está llorando, un hombre muy guapo le está pasando un brazo por detrás y aquel hombre alto, el que supuse que era un médico, les está hablando. Giro mi vista y el chico con sonrisa linda se encuentra sentado en el mismo sillón que antes, pero está vez, tiene la cabeza gacha y sus manos en su cabeza. Está tenso. Estará enojado? Una lágrima cae a su pantalón de jean azul. No se puede llorar cuando estás enojado, o si? Quiénes serán todas estas personas y por qué estarán acá? Qué hago acá? Quién soy? Cómo me llamo? Vuelvo a cerrar mis ojos, pero no me duermo. Escucho perfectamente las palabras que el hombre de bata blanca dice.
-...nosotros creemos que, si se cuida y no deja el tratamiento, en algunas semanas ya se va a acordar de la mayoría de las cosas. Pero no les puedo asegurar que se acuerde de todo, la mayoría de los recuerdos de la infancia son casi imposibles que los recuerde. Va a saber quiénes son pero no lo que sentía por ustedes. Digamos, ustedes son los padres pero estoy hablando de amigos, del novio, en fin. Tiene que cumplir al pie de la letra con el tratamiento.
-Muchas gracias, vamos a hacerlo.
Dice una voz gruesa encima de los llantos que se escuchan detrás.
-Todo va a estar bien, amor, te lo prometo.
Habla la misma voz.
Abro de a poco mis ojos y, no sé por qué, son nulas mis ganas de ver lo que allí se encuentra. El señor de bata blanca ya no está y ahora son solo tres personas, conmigo cuatro, en esta habitación. Pero yo no cuento, porque no sé ni siquiera quién soy. Tampoco sé quiénes son todos ellos pero por lo menos puedo verlos, sé que están acá, que ocupan un espacio en la tierra. Y yo?
La mujer que se encuentra llorando desconsoladamente en los brazos de aquel hombre, abre sus ojos como dos platos y se desprende de los brazos que la rodeaban para acercarse lentamente a mí, haciendo que también se de vuelta el hombre y se pare el chico que estuvo sentado en aquel sillón blanco llorando también él.
Se acercan los tres y sé que soy alguien, o algo.
-No le podemos decir nada, hay que dejarla descansar, Cathy.
Dice el hombre que habló todo este tiempo. Puedo preguntarles los nombres? Al parecer, "Cathy" se llama la mujer.
"Cathy" me toca la frente y la acaricia por un largo rato para luego llevarse la misma mano hacia la boca y largar un llanto profundo. Y, de la nada, vuelvo a cerrar mis ojos y a sentirme vulnerable, como casi todo este tiempo.
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"El Mejor Amigo De Mi Novio" - Orian
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