Capítulo 11: "De un momento a otro"

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Aprovecho que ya no hay nadie en mi cuarto para salir de esa cama. Me siento en la misma y tardo unos segundos en parar el dolor de cabeza y el mareo. Cuando por fin siento que se me va, me paro y me dirijo a esa puerta de vidrio que siempre está brillante, tanto que puedo ver el reflejo de mi cuerpo y mi cara en el. Me asusto de mi misma cuando, después de ver mi cuerpo el cual viste una remera 5 talles más grandes, veo mi cara la cual está demasiado blanca y mis ojos rodeados de una línea negra. Y ni hablar de mi pelo... Si fuera otra persona creería que es una de esas chicas que están en las películas de terror y me iría corriendo, pero no, es solo mi reflejo. Abro la puerta tratando de olvidar el horrible rostro que acabo de ver. Me inclino hacia las barandas para apoyarme en ellas. Respiro profundo tratando de tomar todo el aire fresco que puedo, sabiendo que después tengo que volver a la cama. Después de un rato, vuelvo a entrar y, luego de ir al baño para higienizarme un poco, me siento en la cama apoyando mis manos a los costados de mi cuerpo.

Por qué me tiene que pasar esto a mí? No lo entiendo. Sé que hice muchas cosas malas en mi vida pero también sé que no hice tantas como para merecer todo esto. No puedo dejar de pensar que todo lo de Fede es mi culpa. Mis papás se están separando y yo no hago nada para que eso no ocurra. Y ahora, mi mamá se quiere ir a vivir a Venezuela y dejar todo acá, como si nada. No puedo con todo esto, mi mente va a explotar.

De un momento a otro comienzan a salir desesperadamente lágrimas de mis ojos y mis brazos comienzan a tirar todo lo que está a mí alrededor, como si estos se hubieran salido de mi cuerpo, como si se hubieran liberado. El jarrón de vidrio que se encontraba en la mesita de luz, con flores y agua adentro, ahora está en el piso y toda el agua desparramada por el mismo. Las sábanas de la cama también se encuentran ahí, y lo mismo con casi todo lo que está en mi habitación. Escucho los pasos acelerados de muchas personas subiendo por las escaleras pero no me importa y sigo tirando todo lo que veo. Mi cabeza me duele más que nunca y siento que en cualquier momento esta va a dejar de funcionar al igual que todo mi cuerpo, pero tampoco me importa. Los brazos de una persona, la cual todavía no sé quién es porque no puedo ver su cara, agarran los míos y luego de calmarlos me abraza. Después de unos segundos se separa y puedo notar que es mi papá, quien me mira con preocupación, enojo, tristeza, desilusión y todo junto.

Me vuelven a sentar en mi cama y lo primero que hacen es empezar a vendar mis manos las cuales están sangrando por las cortaduras que provocaron los vidrios de algunas de las cosas que rompí. Luego me acercan un vaso de agua y una pastilla para que tome. Ya acostada y tapada con sábanas nuevas mi mamá se acerca y se sienta al costado de la cama. Hace una seña la cual entiendo una vez que se empiezan a retirar todos de mi habitación y me vuelve a mirar.

-Hija por qué hiciste eso?

Dice acariciando mi mejilla, como lo hacía cuando yo era pequeña y lloraba porque un compañerito me había molestado en el jardín, o porque me había raspado la rodilla aprendiendo a andar en bicicleta.

No logro responderle y mis mejillas comienzan a largar otra vez lágrimas pero esta vez más lento. Ella no tarda en secármelas.

-Nosotros hicimos algo para que vos estés así, porque si es así te prometo que lo cambiamos pero tenés que decirme, mi amor.

-No ma, no hicieron nada. En realidad es toda la situación pero yo no quise hacer lo que hice, solo lo empecé a hacer, sin darme cuenta. Perdón.

Digo bajando la mirada.

-No me tenés que pedir perdón Ori, pero si hay algo que tengamos que cambiar para que vos estés mejor, lo cambiamos, si?

Dice para luego darme un beso en la frente.

"El Mejor Amigo De Mi Novio" - OrianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora