Veinte

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Se supone que cuando dos mejores amigas se pelean, se reconcilian al momento por el simple hecho de de no poder seguir enojadas más tiempo. Esa necesidad que te da de hablar con ella como siempre, de seguir bromeando, de seguir hablando mal de la gente que odias, de seguir queriéndose y apoyándose una a la otra.

Pero con Courtney las cosas son muy diferentes.

Todo apesta. El orgullo apesta más, y Courtney es una de las personas más orgullosas que conozco. Pero ella nunca fue orgullosa conmigo; siempre me dijo que era orgullosa con la gente que lo merecía y que por ser yo, no merecía su indiferencia. Cuando nos peleábamos ella era la primera en pedirme perdón, y yo siempre aprecié eso, porque sabía lo orgullosa que era. Pero ahora es diferente; ya no tenemos nueve años.

Ya han pasado cuatro días y ella sigue sin hablarme. ¿Cómo lo hace? No me ha mandado ni un mensaje de texto, ni me ha llamado, ni ha venido a mi casa. ¿De verdad estamos así de mal?

No sé qué más hacer. La he intentado llamar tantas veces que creo que por fin apagó su teléfono. Le he mandado más de cien mensajes; lo he intentado por WhatsApp, Twitter, Instagram. Y no ha pasado nada. Todos éstos cuatro días he intentado aparecerme en su casa, pero su madre aparece y me dice que está durmiendo, o que no está; y nunca me deja pasar a esperarla, simplemente me dice que no y ya. No soy ingenua, Courtney le ha dicho que no quiere verme. Se me acabaron las ideas. No sé que más hacer, lo he intentado todo.

Quiero a mi mejor amiga de vuelta.


Me levanto del sillón de la sala y salgo de casa, guardándome las llaves en el bolsillo de mi pantalón. Me voy a la parada de autobús más cercana y mientras espero a que le bus llegue, saco mi teléfono. Ésta vez no me voy a mensajes, sino a WhatsApp.

Yo: ¿Estás ocupado? Te necesito ahora.

Acosador: ¿Qué pasa? ¿Estás bien?

Yo: Sí, sólo necesito que me ayudes en algo. ¿Podrías?

Acosador: Sí, ¿en dónde te veo?

Yo: En casa de Court. Pero no hagas nada, sólo espérame ahí.

Yo: Y por nada del mundo dejes que ella te vea. Voy en camino.

Acosador: Bien, nos vemos allá en cinco minutos.

Guardo mi teléfono y me subo al bus. Me siento en el asiento de la ventana y me pongo a pensar. Los padres de Court trabajan por la tarde y sobre todo los viernes, así que no habrá ningún problema. Ella va a abrir la puerta. Pero si me ve por el ojo mágico de la puerta entonces no me va a abrir; para eso está Shawn.

Luego de casi ocho minutos de trayecto, me bajo en la estación cerca de la casa de Court. Camino dos cuadras y ya estoy frente a su casa. Miro a ambos lados, en busca de Shawn, pero no lo veo. Me imagino que no ha llegado, así que saco mi teléfono de nuevo para avisarle que ya estoy aquí.

Yo: ¿En dónde estás? Ya llegué.

Acosador: Estoy detrás del árbol, en la parte trasera de la casa.

Miro mi celular confundida. ¿Qué hace allí? Camino alrededor de la casa hasta hacerme detrás de ella, junto al árbol.

—Ya te ví, sal ahora —me río al verlo en cuclillas, tratando de esconderse.

—Hola —se levanta sonriendo y me besa la mejilla.

—Hola. ¿Qué haces aquí?

—Me dijiste que no me dejara ver de Courtney.

Pruébalo ; Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora