Capítulo 13

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El jet aterrizó en la pista del aeropuerto a la hora convenida y, al bajar, se encontraron con una numerosa comitiva de bienvenida: casi todos los Styles estaban allí, esperando para saludar a la matriarca de la familia y echar un ojo al heredero perdido.

Priscila Styles fue la primera en bajar por la empinada escalera, ayudada por la esbelta y simpática azafata y seguida por dos de sus empleados, permitiendo que Harry se tomase su tiempo para salir. Éste se había asomado por una de las pequeñas ventanas del jet, incómodo y asustado al ver a tantas personas reunida. Todos ellos iban elegantemente vestidos, como si se hubiesen arreglado para ir a una fiesta de sociedad; claro que él también vestía así. Su tía-abuela le había comprado ropa "adecuada para su nueva posición social". La tía había hecho quemar las ropas con las que ingresó en el hospital y, desde entonces, le había comprado todo un centenar de prendas: parecía un maniquí de una de esas tiendas de moda. No había conseguido, en cambio, que le cortase sus castaños rizos.

- Vamos, señor Edward- le susurró otro de los asistentes de su tía, que se había quedado con él en el interior del jet- Tenemos que bajar ya. Nos están esperando.

- Sí- susurró reprimiendo un escalofrío de terror, al tiempo que miraba al hombre.

- No van a comerte- le sonrió el asistente con confianza- La señora Priscila no lo consentirá.

Harry miró una vez más por la ventana, observando a aquellos desconocidos que eran su familia y que, una vez que habían dado un caluroso recibimiento a la tía, estiraban sus enjoyados o encorbatados cuellos para poder ver mejor.

- Respire hondo, señor Edward- le dijo el hombre posándole la mano en el hombro para consolarlo- Levante la cabeza y camine con decisión. Usted es un Styles, no lo olvide.

- Hasta hace dos meses yo sólo era Harry, un chapero- susurró el muchacho para sí mismo, fuera del alcance de los oídos del asistente.

- ¿Listo?- insistió el hombre cogiendo la maleta de mano del muchacho.

- Sí- respondió él.

Harry llenó sus pulmones de aire y, con pasos vacilantes salió del avión.

La tía Priscila miró hacia él en cuanto escuchó el murmullo que emitían los Styles allí reunidos y le obsequió una cálida sonrisa al tiempo que extendía la mano hacia él para que se acercase. Harry bajó despacio, casi contando los peldaños que descendían hasta el suelo, inseguro de que no acabaría rodando por ellos, llegó hasta su tía-abuela, quién no se demoró en pasar su brazo por encima de los hombros del muchacho, como si quisiera declarar públicamente que él le pertenecía. Después, se dirigió hacia sus numerosos parientes y les habló.

- ¡Por fin, el hijo pródigo ha vuelto a nosotros!- dijo con una sonrisa de oreja a oreja- Mi sobrino nieto, Harold Edward Styles, el único hijo de mi sobrino Honorio.- se volvió hacia él- Y ésta es tu nueva familia.

Un murmullo (y no precisamente de aprobación) comenzó a alzarse entre los asistentes. En sus caras podía leerse claramente la desaprobación y el disgusto que la aparición del muchacho había ocasionado.

Harry escrutó aquellos rostros desconocidos, reconociendo el rechazo en casi todos ellos; aunque otros se veían sinceramente entusiasmados con el encuentro. Tía Priscila empujó levemente a Harry hacia la multitud que tenía frente a sí. Los besos en las mejillas y los apretones de mano se fueron sucediendo a medida de que sus nuevos parientes se iban presentando a él. Harry los correspondió de forma educada, abrumado por los variados sentimientos que se extendían a su alrededor como la red de una araña y muy pronto no pudo concentrarse en tantos nombres y tantos rostros que se apiñaban a su alrededor. Se sentía mareado y un agudo dolor de cabeza comenzó a amenazarle con partírsele en dos. Cerró los ojos por un momento, luchando por respirar, pero en seguida se vio arrastrado de nuevo al lado de la Tía Priscila.

Pretty Harry - LARRYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora