Capítulo 17

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No quería levantarse. Aún estaba cansado por la larga visita a la "Styles Company" del día anterior y por todo lo que le había ocurrido allí; pero su tía no iba a dejarle dormir ni un minuto más. Ella había enviado a Sebastián para que lo obligase a salir de la cama y el hombre había hecho exactamente eso mismo: entró en la habitación, descorrió las cortinas para que el sol de la mañana la iluminase, apartó las mantas y sábanas del cuerpo de Harry y, cogiéndolo por la chaqueta del pijama, lo levantó de la cama... literalmente.

- El desayuno le está esperando, y su tía también- le había dicho empujándolo hacia el baño- Vamos, dese una buena ducha mientras yo le preparo la ropa.

Harry no tuvo ocasión de protestar, ya que se vio metido en el baño, con la puerta cerrada, antes siquiera de que hubiese abierto los ojos. Se quitó el pijama y los slips de seda azul (en su vida había usado calzoncillos de seda) y se metió en la ducha, regulando la temperatura del termostato incrustado en la grifería antes de abrir el grifo y ponerse bajo él. El agua templada empapó su cabello y resbaló por su piel, llevándose los últimos retazos de sueño. Harry se apoyó contra la pared de azulejos y se echó una cantidad generosa de gel en sus manos antes de comenzar a lavar su cuerpo. En cuanto pasó sus manos por sus costillas, frunció el cejo al notar lo mucho que sobresalían a causa de su delgadez y no pudo evitar el pensamiento que le vino a la cabeza, de que al señor Tomlinson no le gustaría aquello.

Bufó al darse cuenta del giro de sus pensamientos. ¿Por qué había tenido que salir a colación el nombre de él? Ahora su pene se había endurecido entre sus piernas, alzándose orgullosa y palpitante: una clara invitación a ser colmada por él.

Harry bajó una de sus manos enjabonada hasta su miembro, dejando que la espuma cubriese la rosada cabeza, antes de cerrar sus dedos en torno a su grosor. Cerró los ojos y dejó que su mente volase libre, aun sabiendo a dónde le conducirían esos escarceos: como había previsto, sus pensamientos volaron hacia Louis Tomlinson.

Comenzó a bombear su pene, arriba y abajo por toda su longitud, soñando que eran otras las manos que lo acariciaban; otros los dedos que lo tocaban. Se humedeció los labios con la lengua, imaginando que eran besados por él. ¡Joder! Lo que daría ahora mismo porque Louis estuviese allí.

Se dejó resbalar por la pared hasta quedarse sentado en el plato de la ducha, masajeando firmemente su erección y sintiendo cómo su placer aumentaba; sin embargo sabía que le faltaba algo... se sentía vacío aun cuando le ardía la sangre de pasión. Pensó que sólo era debido a que estaba acostumbrado a ser follado, por lo que resbaló su otra mano hasta su trasero y comenzó a empujar un resbaladizo dedo por entre los fruncidos pliegues de su entrada, mordiéndose los labios para no gritar de gozo.

¡Dios! ¡Aquello se sentía divino!

Introdujo un segundo dedo para estirar bien su agujero y muy pronto comenzó a sentir cómo su cabeza giraba en torno a un remolino de placer. Siguió bombeando su pene al mismo tiempo que entraba y sacaba sus dedos de su interior, mientras el vapor caliente lo envolvía como una nube protectora. Casi podía oír la voz del abogado exigiéndole que le dijera qué tal se sentía. Siempre se lo preguntaba. ¡Siempre! Louis Tomlinson siempre estaba preocupado por cómo se sentía él.

Las primeras veces se había preguntado el por qué tenía esa consideración con él, ya que ninguno de sus clientes (a excepción del viejo señor Breggins) se había preocupado nunca por los sentimientos o por el placer del muchacho. Ellos querían un culo o una boca para follar y él se los proporcionaba. Eso era todo. Harry sólo tenía que ocuparse de que fuesen ellos los que acabasen agotados y satisfechos en su cama; pero el señor Tomlinson siempre se había ocupado de su placer y su comodidad. Nunca lo había dejado insatisfecho y siempre tenía la precaución de comprobar los arneses o cualquier cosa que utilizase con él para que no le causaran daño alguno... o al menos, no más daño del que él pudiese soportar.

Pretty Harry - LARRYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora