Pretty Harry - LARRY

Capítulo 23

Desde la ventana de su habitación, había visto los enormes y caros vehículos cruzar la verja de entrada y dirigirse hacia las cocheras. Sabía que todos aquellos coches cabrían allí, pues éstas estaban preparadas para que toda la familia Styles al completo pudiese acomodarse en la mansión. Aún no había caído la tarde, sin embargo la gente no dejaba de acudir. Harry se apoyó contra el vidrio para contemplar los elegantes trajes que lucían tanto las mujeres como los hombres, reparando en que ningún niño venía con ellos.

Louis hacía horas que se había marchado y él había pasado el resto de la mañana confinado en su habitación, moviéndose en ella como un animal enjaulado. Sentía un enorme nudo en su estómago y todos los nervios de su cuerpo parecían reclamar su atención... a la vez. No sabía qué hacer para llenar aquellos interminables minutos y, de tanto en tanto, volvía sus ojos hacia el móvil que había dejado sobre la mesa, sin decidirse a marcar el único número que lo tranquilizaría. No quería molestar a Louis con sus inseguridades y miedos ahora... ni tampoco a Zayn. No lo había vuelto a ver desde que se marchó de su cuarto el día anterior y tampoco lo había llamado; porque ¿Qué era lo que podía decirle? ¿Qué había tenido la tentación de besarlo cuando ambos estaban jugando en el césped del jardín? O... ¿Qué había deseado meterse con él en la ducha, minutos después?

Y... luego estaba lo de Louis: él había besado a Zayn. No eran exactamente celos lo que había sentido cuando el abogado le explicó lo que había ocurrido entre su mejor amigo y él, pero el instinto de posesión se había hecho más fuerte en su interior y, aunque una parte de sí mismo quería comprobar si los labios y el cuerpo de Zayn le hacían arder como los de Louis, otra parte de su ser se resistía a compartir el vínculo que tenían los dos, con Zayn. Estaba hecho un puto lío. ¿Y si Zayn, finalmente, tenía razón y sólo estaba encaprichado con él... y nada más? Lo único que sabía con certeza era que amaba a Louis con toda su alma y que no podía concebir que el hombre se alejase de él. Entonces... ¿A qué venía esa fijación con Zayn?

Se lo había preguntado durante aquellas horas improductivas que había pasado dentro de su cuarto y, al final, había llegado a la conclusión de que amaba a Louis por encima de todas las cosas y que sólo sentía un... cariño especial... por Zayn, dado que sus edades e historias de sus vidas eran tan similares.

Suspiró por enésima vez y volvió a pegar su nariz contra el vidrio, contemplando el desfile de modelos de alta costura que se adentraba en la mansión. El que Louis y Zayn no hubiesen llegado aún no le preocupaba, pues estaba seguro de que aparecerían, pero a medida que el tiempo pasaba, su miedo comenzaba a tomar forma en él, atenazándole las tripas.

Cuando escuchó el bullicio del hall de entrada, Harry corrió hacia la puerta y la entreabrió para poder oír mejor todas aquellas voces que se entremezclaban con unos tonos alegres, como era de esperar. ¿A quién no le gustaría asistir a una fiesta en la mansión? Por lo que le había contado Sebastián, y por lo que había podido observar por sí mismo de los preparativos a la fiesta, su tía Priscila no reparaba en gastos a la hora de montar un buen acontecimiento social.

Los primeros que habían llegado habían sido los reporteros de los periódicos más destacados del país, para filmar e inmortalizar con sus cámaras fotográficas y de videos aquel magnífico evento. Los flases y las entrevistas a los distintos miembros de la familia, con respecto a lo poco que ellos sabían de él, se podían captar desde todos los rincones de la casa. Danzaban alrededor de los Styles como satélites enloquecidos, lanzando sus preguntas a todo aquel que se molestaba en contestar, obligando a los guardias de seguridad a actuar, apartando al periodista en cuestión de las zonas de la casa en dónde no procedían estar... una de ellas era la escalera de acceso al piso superior, en dónde se encontraba Harry y que parecía atraerlos como una llama a una polilla.