El salón de baile estaba decorado con todo lujo de detalles, en una muestra de exquisito gusto. Habían colocado cómodos sillones forrados con vistosas telas de damasco pegados a dos de las paredes de color marfil, dejando el centro libre para la danza. A un lado se encontraba la orquesta: seis músicos vestidos de chaqué iban a amenizar la velada. La enorme lámpara de araña que colgaba del centro justo del salón, lanzaba sus destellos por todas partes, y se habían abierto de par en par los grandes ventanales que daban al jardín, permitiendo que la ventilación del mismo fuese la adecuada. Los cinco camareros que habían sido contratados para servir las copas, se habían repartido el salón por zonas, para que ninguno de los invitados tuviese problema alguno para aprovisionarse de su bebida y Sebastián, que se había vestido con un uniforme de gala (negro con líneas rojas y doradas en su chaqueta y pantalones), se había tomado en serio su labor de hacer lo imposible para que todo saliese perfectamente bien.
Una vez acabada la cena, la tía Priscila indicó a Harry que la siguiese hasta el salón, así que el muchacho se levantó de la mesa tras limpiarse las manos y la boca con la servilleta y echó un último vistazo a Louis, antes de seguirla. El Abogado le sonrió con aprobación e hizo un gesto para que obedeciese a su tía.
Se situaron en la entrada del salón de baile, uno al lado del otro, para poder recibir y presentar a Harry a los invitados, uno por uno. Poco después, la familia al completo fue dejando la mesa del comedor y uniéndose a ellos. La tía Priscila saludó a cada uno de los Styles, presentándoles personalmente a Harry. Su voz se escuchaba orgullosa, cuando les anunciaba que él era su sobrino-nieto: Harold Edward Styles Cox. Eso le gustó; el que también nombrase el apellido de su madre, en vez de presentarlo solamente con su apellido paterno. Decía mucho del carácter y la bondad de su tía Priscila y, Harry se vio a sí mismo deseando que las cosas hubieses sido diferentes: que su madre no hubiese muerto para que así pudiera verlo en ésos momentos... estaba seguro de que se hubiese sentido muy orgullosa de él.
Cuando Louis y Zayn llegaron al salón, la tía Priscila se limitó a darle un beso en la mejilla a cada uno. No había necesidad de formalismos con ellos, como había sido en el caso de los Styles, a quienes sólo había besado las mejillas de las mujeres y ofrecido su mano a los varones para que pudiesen besarla allí. Harry había hecho muy bien su papel de anfitrión, al estrechar las manos de los caballeros, mientras era presentado, y besar el dorso de las manos de todas las damas que iban con ellos, y pudo saber con exactitud a quienes la noticia de su aparición le había sentado bien, y a quiénes no les había hecho maldita la gracia de que llegase a la familia... aunque éstos últimos no habían demostrado una clara animadversión por él.
La orquesta abrió el baile con un vals, obligando a la tía Priscila a dejar su posición en la puerta para tomar a Harry de la mano y conducirlo al centro de la pista. Harry tragó saliva y comenzó a palidecer al ver todos aquellos ojos fijos en ellos. ¿Y si se equivocaba de paso? ¿Y si acababa pisándole un pie a su tía? Estaba aterrado ante aquella posibilidad.
--Relájate, Edward- le susurró su tía, sonriéndole con dulzura- Nadie te juzgará por un baile. Sólo unos pasos... unas vueltas y los demás se unirán a nosotros, ya lo verás.
--Es que... no se me da muy bien bailar- se quejó el muchacho con un tono lastimero- No quiero pisar tus pies, tía.
--Tú relájate. Tómame de la cintura con tu mano izquierda y dame tu derecha. --Eso es- le dijo cuando él obedeció- Ahora ponte recto. Sepárate un poco de mí y sigue el compás. No mires a nadie, sólo a mí. Concéntrate en los pasos y disfruta de la música.
Harry hizo una profunda inspiración, antes de posicionarse con su tía para bailar. Buscó con la mirada a Louis y lo vio a pocos metros frente a él, que lo miraba como si quisiera desnudarlo y tomarlo allí mismo, en el centro del salón. Cerró los ojos por unos segundos, imaginando que aquella cintura y aquella mano que sostenía eran las de Louis... sonrió al visionarse a sí mismo bailando el vals con él y, cuando comenzó a moverse al compás, arrastrando a la tía Priscila con él, todo a su alrededor se difuminó en una vorágine de colores, girando y girando al son de aquella dulce melodía.

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Pretty Harry - LARRY
FanfictionHoy les traigo la adaptación de nueva historia Larry. ¡No es mía! Yo no la he creado, solo la adapte, no me doy crédito. Esta historia es de contenido homoerótico, es decir tiene escenas de sexo explícito, si te molesta el tema no lo leas, y si er...