Pretty Harry - LARRY

Capítulo 18

Ambos estaban vestidos cuando se presentó Priscila Styles. La mujer había llamado primero a la puerta del despacho, preguntando a Harry si se encontraba bien, pero había podido verlo por ella misma cuando Louis abrió la puerta y la dejó pasar.

La señora Styles entró en la estancia mirando a ambos hombres alternativamente: ambos estaban desaliñados, sus ojos enrojecidos y sus bocas hinchadas... y comprendió lo que había ocurrido allí.

Se dirigió hacia su sobrino, que permanecía sentado en el sillón con la cabeza gacha y evitando su escrutadora mirada y le obligó a levantar la cara tomándolo de la barbilla con su mano. Harry clavó entonces sus ojos en los de ella y la mujer extrajo de él todo aquello que no se atrevía en preguntar con palabras: ambos hombres se amaban; sin embargo, podía percibir la desesperada tristeza en los ojos del muchacho. Ellos se amaban, sí, pero...

- ¿Estás bien, Edward?- le preguntó de nuevo su tía, sin quitarle la vista de encima.

El chico asintió, desviando su mirada hacia Louis, que se había quedado junto a la puerta de entrada y parecía que se había petrificado allí.

- ¿Seguro que estás bien?- insistió tía Priscila.- Estás muy pálido. ¿Te duele de nuevo la cabeza?

- No- susurró Harry con un gesto negativo.

No era la cabeza lo que le dolía, precisamente. Era el corazón; pero eso no podía decírselo a su tía. No sabía qué era lo que había pasado exactamente hacía unos momentos. Aún no podía creer que Louis lo hubiese besado y abrazado de nuevo, diciéndole que lo amaba. ¿Aquello había sido real, o sólo producto de su desesperación? La verdad era que Louis seguía allí de pie, con sus ojos clavados en él, un gesto preocupado en su rostro y un anhelo en su mirada que nunca creyó que vería en él. En efecto, aquello había sucedido de verdad.

No supo por qué no había permitido que Louis lo penetrase: lo había deseado mil veces desde que despertase del coma en aquel hospital, había soñado con ello, excitado sólo con pensar en volver a sentirse llenado por él, así que... ¿Qué era lo que le había ocurrido?

En el momento en el que el señor Tomlinson había tocado su entrada, un miedo irracional se había apoderado de él. No a causa de la tentativa de penetración, eso nunca, pero el pánico lo había invadido cuando comprendió que si el hombre traspasaba ésa barrera y después lo dejaba una vez más, se marchitaría y moriría como una flor en un jarrón seco. No podría soportarlo de nuevo... sin embargo, ahora se arrepentía de su cobardía. Lo había tenido allí mismo, desnudo junto a él, besándolo y acariciándolo, y él se había echado atrás: era un estúpido. Quizás aquella fuese la última oportunidad que tendría de estar tan cerca de Louis; y esa misma conclusión le llegó como una bofetada cuando el gordo señor Walker había aparecido en la puerta con el rostro enrojecido de ira, y le clavó un dedo en el pecho a Louis al tiempo que le gritaba a la cara:

- ¿Cómo se ha atrevido a tratarme a mí y al consejo administrativo de esa manera? ¿Qué pretendía usted al echarnos del despacho y encerrarse con el joven señor Styles? ¡Recoja todas sus pertenencias y márchese de aquí de inmediato!

- ¡No!

Harry no supo que aquel grito había salido de su garganta hasta que no se percató de que tres pares de ojos se volvieron hacia él. Se sintió totalmente cohibido y tan fuera de lugar que le dieron ganas de salir corriendo, pero su tía Priscila le puso la mano en el hombro y le susurró:

- La Styles Company es tuya, querido. Lucha por ella- miró significativamente a Louis antes de volver sus ojos, de nuevo, a él- lucha por él.