Cuando nos llegó la notificación de que el habitante de esta casa no había salido y que de ella salía un terrible olor, ya nos esperábamos que haya un muerto allí y fuimos a realizar una inspección rutinaria, lo normal para estos casos.
Cuando íbamos de salida, se nos informó que un caso similar se dio en otro lugar, asi que dividimos el grupo y nos dirigimos a cada una de las escenas.
Cuando llegamos, no encontramos marcas de cerradura forzada y todo estaba en orden, por lo que hasta que se demuestre lo contrario, no fue una intrusión.
Buscamos por cada uno de los lugares y no encontramos nada, aunque cada vez y cuando el olor aumentaba y disminuía cuando pasábamos por un armario bajo las escaleras.
Siguiendo el protocolo, buscamos en orden hasta llegar a ese armario y lo encontramos.
El muerto era un hombre de tal vez cuarenta años, no parecía muy viejo, todo lo contrario y con su mano aun sostenía una pluma con la que había escrito en la última hoja de un manuscrito la frase "Ya no quiero sufrir"
Al parecer el hombre tomo algún tipo de veneno, ya lo dirán en medicina forense, y empezó a escribir con lujo de detalles como se sentía morir de esta manera.
Tuvimos que leer por turnos ya que lo detallado de la agonía resultaba duro de leer y nos provocaba angustia, hasta que uno de los nuestros reconoció al muerto.
Al parecer era un famoso escritor de obras melancólicas, conocido por sus obras que podían calar directamente en el corazón de sus lectores.
Se rumoraba que el solo podía escribir cuando estaba deprimido y que últimamente había tenido un bloqueo ya que estaba encontrando la felicidad en su vida.
Los vecinos nos contaron que un hombre venía a esta casa y solía marcharse llorando, por lo que asumimos que él era la causa de su repentina depresión y posterior suicidio, pero solo conjeturamos, aún faltaba mucha investigación por delante.
Cuando terminamos de analizar la escena, el otro equipo se mostraba inquieto y nos apresuraron para mostrarle la foto que nos enviaron por internet a los vecinos para ver si reconocían a la víctima.
Los vecinos inmediatamente supieron que era el tipo que se marchaba llorando y se lo comunicamos al otro equipo.
Nos dijeron que el hombre, suicidado con veneno de la misma forma que el escritor, trabajaba como editor para una gran editorial y su escritor principal era uno muy famoso, conocido por sus obras melancólicas.
Su último mensaje en sus redes sociales fue "Estoy cansado"
--
Nota del autor
No se nada del mundo editorial así que todo lo que esta aquí es ficción =.=
ESTÁS LEYENDO
Los frutos del tiempo. Relatos cortos
Short StoryEl tiempo fluye constantemente y con el van creciendo los frutos de lo que he sembrado. Esta colección de relatos es solo una pequeña cosecha de aquellas cosas que he aprendido y seguiré aprendiendo, una búsqueda por algo inalcanzable pero que di...