Capítulo 13

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Era de noche, corría desesperada a través de una pradera, el pasto estaba seco y las flores marchitas.
Conforme avanzaba más miraba hacia atrás, el miedo se apoderaba de mi cuerpo, mi único consuelo era que Lucas permanecía a mi lado, sus expresiones y movimientos demostraban que compartíamos las mismas sensaciones. Giré mi cabeza para corroborar que nada malo sucediera.
Infectados, corrían por todas partes, en busca de sus proximas víctimas y esos seríamos nosotros. Un bosque estaba cerca pero nuestras piernas se negaban a continuar corriendo.
Volteé otra vez provocando que cayera gracias a una piedra, mi esfuerzo por pararme fue en vano, mi tobillo se había torcido.
Quería pedirle ayuda a mi amigo, pero este era ajeno a lo que me acababa de ocurrir, los infectados estaban muy cerca, entonces él me vio tristemente, para luego salir huyendo, dejandome completamente sola mientras los infectados hacían mi cuerpo pedazos.

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Desperté bañada de sudor, respiraba entrecortadamente tratando de asimilar la pesadilla que había tenido, no creía que Lucas fuera capaz de abandonarme y menos en ese tipo de situaciones.
Quería sacar de mi cabeza esas terribles imagenes que se repetían una y otra vez. Cerre los ojos para poder conciliar el sueño, pero después de un tiempo intentándolo no lo conseguí. Decidí que era tiempo de levantarme, en mi habitación tenía un reloj y gracias a este me di cuenta de que eran las cuatro de la mañana, puse mis pies sobre el piso helado ocasionando que un escalofrío recorriera toda mi columna.
Me cerciore de que Lizzie siguiera durmiendo y sin hacer ruido me encaminé a la puerta, al abrirla crujió, asi qué salí rápido.
Toda la casa permanecía en silencio, en penumbras bajé las escaleras para buscar un pequeño despacho que estaba cerca de la sala. Al llegar ahí busqué por todos lados lo que había dejado la última vez que vine. Me disponía a regresar a mi cuarto cuando unas voces provenientes de la cocina llamaron mi atención, agucé el oído en un intentó por saber quienes eran. Me mantuve en tensión durante ese momento, pero la voces empezaron a escucharse más cerca, parecía que en cualquier instante entrarían en donde me encontraba, busqué un sitio para esconderme y lo haye justo dejabo del escritorio, sin dudarlo me metí y espere a que entraran.
Escuché cuando cerraron la puerta indicando que alguien estaba aquí.
El cuarto se sumergió en el silencio hasta que las personas retomaron la conversación.

El VIRUS [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora