Capítulo 15

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La noche había caído muy rápido, mis amigos aún no regresaban, el silencio en la casa era palpable al igual que el frio, el sistema de calefacción seguía sin funcionar la electricidad empezaba a hacer mucha falta, antes del invierno debíamos arreglar eso o moriríamos congelados, aun que esto fuera Los Ángeles el clima ya no era el mismo todo estaba cambiando y ahora en vez de sentir el calor abrasador, se sentía el frio que calaba hasta los huesos. Hacia tiempo que Lizzie se durmió, no tenia a nadie para platicar, me encontraba totalmente sola y en penumbras por temor a atraer infectados.

Decidí ir a caminar así despejaría mi mente, deje a la pequeña en mi cuarto, no sin antes cubrirla con varias mantas para que no tuviera frio, después cerré la puerta procurando no causar demasiado ruido, una vez fuera de la habitación camine hacia las escaleras, casi me caigo mientras las bajaba, todo se veía tétrico y lleno de sombras entre las cuales estaba la mía.

Estaba por salir de la casa cuando escuche sonidos extraños provenientes de la cocina, busque algo con que defenderme pero todas las armas se las habían llevado lo único que encontré fue un paraguas, la punta de este podría ser de gran ayuda,
Me armé de valor y me dirigí a la cocina, me coloqué contra la pared, con movimientos lentos asomé la cabeza intentando ver quien estaba ahí.
Un infectado iba de un lado hacia otro chocando con unas cazuelas provocando el ruido.
Lo que me impactó fue que vestía de la misma manera que Edward, era la ropa que él tenía en la mañana.
Otra persona que moría en lo que va del mes, si seguíamos asi cuando acabe el año no quedará nadie vivo.

Me acerqué cuidadosamente y sin permitir que pudiera atacarme, en este punto el miedo a matar ya no surgía efecto en mi.

Coloqué mi cuerpo atrás de la barra e hice algunos sonidos para atraer su atención. Al instante volteó en busca de su proximo alimento, era demasiado lento y tonto, ante esto pude matarlo rápido, al final el paraguas había funcionado.

No podía dejar el cuerpo de Edward aquí, por esa razón empecé a tirar de sus piernas, arrastré el cadáver por toda la estancia hasta dar con la puerta de servicio. Encontré un sitio adecuado para lo que tenía planeado hacer, regresé a la cocina en busca de fósforos y aceite, rocíe el líquido flamante sobre el que era uno de los nuestros, encendí un fósforo y lo aventé a su cuerpo, observé como las llamas poco a poco lo iban consumiendo, esperé bastante tiempo para recoger las cenizas,las guardé en una caja que encontré y me senté en el pasto mientras apreciaba el hermoso cielo nocturno.
Mis amigos aún no volvían haciendo que me entrará una gran preocupación, ellos deberían de estar bien sabían como cuidarse además llevaban armas. Para matar el tiempo y por seguridad quise revisar la reja, todo parecía normal nada estaba fuera de lugar, excepto por los quejidos que emitía un infectado, me dejé guiar por mi sentido auditivo hasta llegar al sitio de donde venían los quejidos. Se suponía que esta era la parte vigilada por Lucas, pero toda la reja se encontraba manchada de sangre, lo que me sorprendió fue que ésta aún estaba fresca, cuando debería estar seca, además mi amigo no tuvo oportunidad de cuidar su parte ya que salió por proviciones, definitivamente aquí había algo que no encajaba.

Una linterna tenía que traer si quería ver más allá de lo que la oscuridad permitía. Tuve que volver a la casa y sobre todo entrar al sótano, choqué con muchas cosas en mi intento desesperado por alcanzar las linternas, este lugar quedaría hecho un desastre y me obligarían a limpiar, pero mi curiosidad era muy fuerte. Por fortuna las baterías funcionaban a la perfección.
Huí de ahí como loca sólo para llegar a la escena misteriosa, este era el momento en el que me sentía como detective.
Sostuve la pequeña lámpara a la altura de mi barbilla apuntando a unos arbustos que había afuera de la reja. Cuando la prendí me llevé un gran susto al ver varios cuerpos destrozados, casi irreconocibles parecía como si alguien se hubiera divertido torturándolos, iluminé a los alrededores, sin llevarme otro susto. Estaba tan aburrida que comencé a jugar con la linterna.

Encendida, apagada, encendida, apagada, encendi... Genial se terminaron las baterías.

La aventé lejos de mi, me recargue en el borde de la reja, ahora no tenía nada con que pasar el tiempo. A menos que contará las estrellas no sonaba mal pero jamás acabaría. Antes de continuar aquí necesitaba ir y revisar que Lizzie siguiera dormida, así fue ella descansaba plácidamente entre las mantas, yo era todo lo contrario no podía dormír y me faltaban mantas para cubrirme.

En el cuarto de mi mamá haye bastantes cobijas, en este momento ella no las usaría por ende las tomé prestadas. Abandoné la casa y caminé en el jardín para volver al lugar agradable que descubrí.
Extendí las mantas sobre el pasto y me acosté en ellas para mirar las constelaciones además de olvidar por un rato las preocupaciones.

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Espero que esten disfrutando el maratón, el capítulo 16 lo publicaré más tarde porque aún no lo termino.
También quería desearles una Feliz Navidad y que se la hayan pasado bien en Noche Buena,yo me dormí a las 4:00 am por estar escribiendo pero valió la pena jajaja.
Los quiero y disfruten este día
Nos leemos más tarde.

El VIRUS [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora