Capítulo 11

13.8K 715 448
                                    

Jamás en mi vida me había sentido imponente,mis emociones eran un caos, pero no podía hacer nada porque sino mi mamá sufriría por culpa de mis acciones. La azotea estaba en completa calma, como si nada estuviera pasando, solo el viento helado arremetía contra nuestros rostros, pero nadie se inmutaba.
El señor infundía miedo y pánico, vestía un impecable traje blanco, su postura marcaba su autoridad sobre las personas.
Nada de esto iba a atemorizarme tan fácilmente.

-Sueltala- dije entre dientes.

-¿O sino que?- contestó desafiante

Ante su respuesta levanté una ceja, mi acción pareció desconcertarlo ya que me veía diferente. Él creía que me volvería sumisa al instante, pero no sería así.

-!Contesta!- exclamó molesto- ¿!A caso te comió la lengua el ratón¡?

-No.

Estupido, si seguía así acabaría muy rápido con mi paciencia.

-¿Sabes quien soy?- me preguntó mientras ahorcaba más a mi mamá.

-No lo sé y tampoco me interesa- respondí seca.

-Alguien debería enseñarte modales, tal vez tu mamá- añadió sonriendo de una manera malevola- Claro ella no podrá, porque antes de que lo haga estará muerta.

Aguanté las enormes ganas de acercarme y darle un merecido puñetazo, pero si lo hacía expondría a mi mamá.

-Dejala ir- pedí suspirando ruidosamente.

-No, sólo la liberaré hasta que haga lo que le pedí y al paso que va creó que nunca se librará de mi- Ella giró un poco la cabeza para mirarlo mal y acto seguido le escupió en la cara.

-Nunca volveré a trabajar para ti maldito cerdo- de disponía a escupirle otra vez pero la bofetada que recibió la dejó desconcertada.

-Asi aprenderás a respetar a tu jefe- la furia invadió mi cuerpo y esta vez no sería capaz de contenerme.

-!Ya basta!- grité con la voz cargada de ira y entrecortada a causa de las lágrimas de impotencia.

Todos permanecían callados, me observaban atónitos sin poder creer que yo había gritado de esa manera. Hasta Lucas que estaba a mi lado mi miraba de esa forma. Los únicos sonidos que ahora predominaban eran los quejidos de los infectados y las hélices del helicóptero, el cual esperaba poder partir cuanto antes.

-¿Y si hacemos un intercambio?- pregunté analizando cada movimiento y expresión que él hiciera.

-¿Y qué podrías tener tu, que yo quisiera?- su pregunta me dejó pensando por unos segundos.

¿Que podría tener yo?

Sinceramente ni siquiera sabía la respuesta.

-Hmm....- meditó mi amigo en silencio- Nosotros tenemos armas, te las damos a cambio de Vero.

-¿Armas?, Ja, eso no es suficiente, además para que las quiero si tengo demasiadas- dijo mostrando una sonrisa egocéntrica.

-Mejor largense antes de que los asesine con mis propias manos- y comenzó a tirar de mi mamá hacia el helicóptero.

-Sueltame Frederick- chillaba ella, a la vez que lo golpeaba en el abdomen.

Cada vez estaba más cerca de su transporte y esto me afligía enormemente. Con mis ojos busque la cara de Lucas y me tope con una expresión reconfortante, apretó mi mano tratando de tranquilizarme, pero fue todo lo contrario solo provoco que me preocupara mas.

El VIRUS [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora