Capítulo 11

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Nunca se me habría pasado por la mente que esa chica iba a llegar tan lejos metiéndose en mi camino y de ninguna manera iba a dejar que lo hiciera, Por otro lado la llamada marcó un antes y un después en mi vida, aunque gracias a ella le conocí a él...

Me había quedado dormida en la comodidad de mi sofá, lo último que recuerdo es haberme acomodado en él. 

La televisión seguía encendida, los apuntes que debería haber pasado a limpio estaban revoleados encima de la mesa y las manillas del reloj marcaban las nueve y cuarto.

Me levanté del sofá y coloqué los apuntes que se habían caído en el suelo sobre la mesa uniéndolos con un clip. 

Al dirigirme a la cocina me di cuenta de que la cafetera seguía encendida, cerré todas las puertas con llaves. Había dormido cinco horas, cualquiera me haría dormir ahora. 

Estiré mi mano para alcanzar el móvil que estaba colocado encima de la mesa, cuatro llamadas perdidas... 

Alice me había llamado y mandado miles de mensajes seguramente para poder quedar.

'' Lo siento, me quede dormida. ¿ Quedamos mañana?''

Le mandé un breve mensaje disculpándome por mi flojera y por no haberla avisado antes. Las otras tres llamadas eran de mi madre, pueden que fueran para poder explicarme el motivo de sus otras llamadas sin respuesta. 

Los llamé varias veces pero no me contestaban. 

¿ Para qué querrían un móvil si no me respondían cuando les llamaba? De todas maneras volvería a intentarlo más tarde.

Subí las escaleras y entré en el baño. Mientras que la bañera se llenaba coloqué la toalla y laas sales de baño para tenerlo todo preparado al salir. 

Las sales de baño se disolvían con la temperatura del agua, se podía ver el vapor subiendo hasta el techo y el cristal empañado por él.

Estaba muy cansada, parecía que en lugar de haber dormido, había corrido un maratón. Introduje el pie izquierdo en el agua y a continuación el derecho. 

Hice un pequeño movimiento para poder colocarme correctamente en la bañera y posicionarme relajadamente en ella. 

Podía sentir como las sales disueltas en esa bañera relajaban todo mi cuerpo produciéndome una tranquilidad absoluta. Era como si el tiempo se parase, me olvidaba del mundo allí metida.

Mi móvil comenzó a sonar y a vibrar en la taza del váter. 

Alcancé la toalla para secarme la mano en ella e inmediatamente contesté la llamada.

- ¿ Mamá?

Noté como la voz de mi madre temblaba a través del teléfono.

- Lucía, ha ocurrido una desgracia...

Yo sabía que mi madre muchas veces podía ser una exagerada, pero el llanto que le impedía continuar con la frase me desconcentró por completo.

- Mamá, tranquila. Relájate y continúa.

- La abuela, la abuela... ha fallecido cariño...

Mis ojos se inundaron de lágrimas, no podía creer lo que estaba escuchando. Mi abuela, a la que quería como a una madre, había fallecido y yo no estaba allí para poder despedirme de ella.

No podía sentir mis manos por el tembliquen que estas tenían, mi móvil cayó al agua. Creí que iba a electrocutarme, pegué un salto del la bañera y me senté en una silla próxima al baño.

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