Capítulo 15

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Al salir de Starbucks, Sara me llevó a casa para ayudarme a prepararme. Cada minuto que pasaba me sentía más nerviosa.

- Te he preparado el baño, métete mientras yo inspecciono tu armario.

Inmediatamente le hice caso a lo que me dijo, metida en la bañera podía ver cómo Sara rebuscaba en mi armario.

- Ni se te ocurra sacar eso.

Pude reaccionar antes de que me preguntara, había sacado un vestido ajustadísimo de color rojo, a ella le parecía perfecto, pero a mi me parecía una locura. 

Con ese vestido no iba a dejar que Kyle me prestara la atención suficiente, yo quería que me quisiera por quien soy no por lo que llevaba puesto.

- Creo que ya lo tengo.

Salí de la bañera emocionada, ella había cerrado la puerta para que no pudiese opinar desde donde estaba, no quería ni imaginar que había cogido otro vestido ajustado.

- Prométeme antes de verlo que te lo pondrás.

- No puedo hacer eso...

- Confía en mi, te encantará.

Al abrir la puerta de mi cuarto vi tirada en la cama una camisa de botones de color rosa palo, era una camisa cerrada pero con transparencias que no dejaba que se notara demasiado. 

Abajo se hallaba una falda corta con caída de color blanca. Era el conjunto perfecto, Sara había hecho un trabajo magnífico.

- Déjame prepararte.

- ¿ Qué me vas a hacer en el pelo?

Sacó las tenacillas y el secador de mi cómoda, comenzó a secar mi pelo y a definir los rizos con las tenazillas, casi se llevó dos horas peinándome y el momento de irme se iba acercando.                                                                  

Cuando terminó con mi pelo comenzó a maquillarme, me lo hizo muy natural, justo como a mi me gustaba.

- Vístete y ya estas lista, date prisa que dentro de nada llegará Kyle, te espero abajo.

- Gracias por todo Sara.

Bajó las escaleras mientras que yo me vestía, cuando terminé me miré en el espejo.

Estaba increíble, no me imaginaba que yo pudiera acabar de esa manera, parecía una estrella de cine.

- ¡Te sigo esperando!

A Sara se le escuchaba desde mi cuarto, estaba deseando de ver su obra maestra. Bajé las escaleras con mucho cuidado, poniéndole atención a ese maldito último escalón que provocaba tantas caídas. 

Me dirigí hacia el salón dónde ella se encontraba sentada en el sofá.

- Dios mío... me quedo sin palabras. ¡ Estás preciosa!

No era una chica acostumbrada a recibir muchos cumplidos y no sabía cómo actuar ante ellos, me dedicaba a ponerme roja y sonreír. 

Ya eran las nueve en punto, Kyle no aparecía y yo me ponía más nerviosa al ver las agujas pasar.

- Yo me tengo que ir Lucy, llámame mañana.

- Claro, mañana te llamo y te cuento todo.

Se despidió dándome un beso en la mejilla y salió por la puerta trasera que se encontraba en la cocina. ¿ Dónde estaría Kyle?

Dieron las diez de la noche cuando el timbre sonó, abrí la puerta y allí estaba él. Iba guapísimo, unos pantalones negros, una camisa y una americana encima.

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