Cap. 8 (b)

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Eran ya las siete de la tarde, y yo quería irme ya. Tenía hambre, demasiada hambre. Sin olvidar que estaba embarazada y no creó que fuera bueno esforzarse mucho.
Al llegar a la casa, nos fuimos a ducha rápidamente. Una vez ducha y vestida con un vaquero rojo desgastado, una camiseta negra básica y mis botines de lentejuela bajé al salón donde estaba Saray tomando un jugo.

- ¿Quieres un jugo? *Se dirigió a mí amablemente*

- No, gracias Saray. *Le sonreí*

- Toma a siento a mi lado, *Dio unas palmadas en el sofá* no muerdo, jurao *Levantó la mano en forma de juramento*

- Ya voy, perdón es que ando algo desubicada.

- ¿Que te ocurre?

- Es sólo que estoy en casa ajena.

- Aquí eres de la familia, eres la novia de... *Calló*

- ¿Aun te gusta? *Mi corazón latió muy deprisa, no quiera una respuesta afirmativa de su parte*

- Nunca salió de mí corazón, y no se si lo hará. Pero de verdad espero que lo hagas feliz. *Su rostro se entristeció*

- Lo siento. *No sabía que decirle, sólo disculparme por estar con su primo*

Jhair entró en la sala, estaba espectacular, con una camisa ajustada de color rojo y unos pantalones de salir negros, andaba descalzó.

- Amor ven, me tienes que ayudar con los zapatos.

- ¿Que has echó? *Lo miré estrañada* Lo siento Saray, ahora nos vemos.

- Claro, ve. Hasta el rato.

Salí con Jhair de la sala y subimos a la habitación.

- Haber me vas a decir que te pasa ¿Verdad?

- No sé cual ponerme. *Señaló dos zapatos de salí negros, y ambos eran iguales*

- Son iguales, que mas da. *Me irrite*

- Si aparentemente sí, pero uno esta sin usar y el otro me hace daño, me lo puse como tres veces y mis píes terminan destrozados.

- Cielo, coge unos calcetines de deporte son mas gordos y quizás no te hagan daño.

- Amor, gracias. Primero por ayudarme con mi dilema y segundo por llamarme cielo.

Sonreí al oírlo hablar. Su cara era de emoción total. Verlo como se ponía sus zapatos, me hacia sonreí y no sabía por que extraño motivo estaba sonriendo como boba ante algo tan simple.

- ¿Que te hace tanta gracia? *Se levantó de la cama y camino hacia mí para agarrar mi cintura*

- Lo concentrado que te pones los zapatos. ¿Me das un beso? *Mis brazos rodeaba su cuello*

- ¿Me acabas de pedir eso? * Su cara era de asombro*

- ¿Que tiene de malo? *Lo miré haciendo una mueca*

- Nada, solo que no me lo esperaba, eso y que no tienes que pedirlo, solo dámelo.

- Ni yo se por que te lo pedí, pero tengo ganas. ¿Sera que estas consiguiendo que me enamoré?

- No sé. Yo sé que quiero besarte, cuidarte, levantarme cada día y verte a mi lado, y cuando estoy lejos me siento vacío, y un dolor en el pecho, sin olvidar que me pongo muy celoso pensando que puedes estar con otros, y olvidarte de que existo.

- Púes creó que no lo estoy aún, si te extraño al tenerte lejos y ahora quiero un beso, pero no siempre quiero besarte, aun que si tenerte cerca.

- Nena, todo llega a su tiempo. *Besó mis labios muy dulcemente, seguí ese beso disfrutándolo más de lo que pensaba*

- Primo *Abrió la puerta de sopetón Dario, haciendo que nuestros labios se separarán*

- ¿Que pasa? *Miramos a Dario atentamente*

- Pues quería hablar a solas contigo *La voz del joven fue perdiendo intensidad*

- ¿Te paso algo? *Dijo agarrando aun mi cintura*

- A mí no, solo es algo tuyo.

- Primo si es cosa mía puedes hablar delante de ella.

- Vale, pues a Ian creó que le gusta tú novia, por que estábamos hablando y pues, ya sabes su tono pareció molesto a hablar de ustedes dos en la misma oración, ósea, dijo «Puedes creer que esa chica, Dayra este con» hay callo y yo terminé diciendo «Con Jhair» y el con un tono molesto dijo « Pues eso».

- No sé Dario, pero sí le gusta no puedo hacer nada.

- Dario, yo quiero a tu primo Jhair. Es más *Callé pensando si decirle o no lo de mi embarazo*

- ¿Que paso? *Dario nos preguntó a los dos*

- ¿Se lo vas a contar a él primero cielo?

- No sé. ¿Lo hago? *Dije con dudas*

- Sí crees que es el momento, sí. Sino calla hasta que estén todos juntos como tu querías.

- Quiero que tú lo digas, yo no puedo. Me da mucha vergüenza.

- En la cena lo diré yo. Ahora tranquila cielo.

- Chicos, ignoráis mi presencia. *Soltó Dario y lo cierto que por un momento así fue*

- Perdón. *Me disculpé* Creó que te lo diré a ti, pero no digas nada.

- No diré nada. ¿Es gravé? *Su cara era de preocupación*

- No es grave, solo seremos padres. *Soltó con una gran sonrisa Jhair*

- ¿Vas a ser padre con 18 años? ¿Que clase de locura es esta? *Escupió sus palabras muy irritado*

- Ninguna primo, estoy muy seguro de lo que he echó. Quiero una familia con ella. *Jhair dio a entender que mí embarazo fue a posta* Me muero de ganas de ser padre.

- Bueno, si es lo que quieres. Ahora me voy a ayudar ayudar a mi hermana con la computadora, no sabe como perdió los altavoces.

- Vaya como siempre toco los Driver, vaya niña. *Ambos rieron*

- Ya ves, os veo al rato. *Digo dándose la vuelta para irse*

- Adiós, hasta luego. *Nos despedimos ambos, Jhair miro mis labios, a lo que yo no aguanté las ganas de besarlo*

Luego de un beso tan dulce y fogoso a la vez, ambos decidimos ayudar con la comida y a poner la mesa. Mientras yo estaba en la cocina, Jhair fue llamado por Dario e Ian, ellos no sabían como arreglar el problema de la computadora, así que se fue con ellos, mientras su abuela, su madre, sus tías y primas estaban como locas para un lado de la cocina y para el otro, sinceramente me mareó tanto nerviosismo, o quizás era el maldito embarazo el que me daba esos mareos. Mientras a mi me dijeron que pusiera la mesa junto a Diara, que era de mi edad, ella era asmática y la quería lejos de la cocina, ya que se ponía mal con el humo, y había bastante, gracias a dios a mí el asma no me afectaba tanto, como para no estar en lugares con humo.

- Diara a parte del humo, a ti el asma ¿te impide hacer más cosas? *Le pregunte mientras llevábamos unas bandeja con jamón*

- No hago nada de deporte, el simple humo del cigarro me asfixia y no se que más. La verdad es que mis pulmones tiene poca capacidad o algo así.

- Sabes en el gym te ayudarían a ir poco a poco a mejorar, o la piscina. A mí esas cosas han echo que ni me acuerde del asma, hasta hace unos meses que medio de nuevo, y la verdad que otra cosa que ayuda es el cambió de ambiente.

- Lo tendré en cuenta. *Sonrió*


Enamorame... Si es que puedes... ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora