Cap. 10 (a)

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Después de cenar, nos fuimos a dormir cada uno a su habitación. Ya que teníamos que descansar para mañana preparar todo.

Cuando bajé con mi chándal gris liso, su abuela y Jhair me miraro estrenados.

- ¿Que pasa? ¿Que tengo? *Dije nerviosa mirándome*

- Nada, que éstas en chándal. *Sonrió su abuela* Estas muy guapa, así vestida y sin maquillar.

- Gracias. *Me sonroje*

- Estas hermosa amor. Me gustas demasiado mi niña.

- Nene, gracias.

- Vamos a ponermos manos a la masa, eso si vamos a desayunar antes. *Jhair soltó agarrando un bol*

Preparó dos bol con cereales, un platano partido a trozos y leche, y para su abuela un café con leche, con una tostada de mermelada de fresa con mantequilla.

Cuando acabamos hicimos unos gambones al horno, y un cacho de lomo con chorizo, Jhair corto queso y caña de lomo. Después de preparar la cena navideña, hicimos el almuerzo que no fue gran cosa, una ensalada con queso fresco y una tortilla rellena de salchichas.

- Gracias chicos. *Dijo la abuela nada más sentarnos en la mesa*

- De nada abuela. *Le respondió con una gran sonrisa a su abuela*

Esa sonrisa que sólo Jhair sabía lanzar y que me encanta ver una y otra vez.

- No tienes nada que agradecer. *Les sonreí*

- Hacía 5 años que no estaba acompañada en estas fiestas.

- Pues no volverá a suceder. *Le dije*

- ¿Como amor? *Dijo sorprendido*

- Bueno, eso si tu abuela sube al avión. Por que lo he decidido y tú abuela se viene con nosotros a Brasil. No estará más sola como si no tuviera importancia para nadie. *Le respondí* Sabes le cogí mucho cariño y quiero que se sienta siempre acompañada.

- Gracias hija, pero no tengo tanto dinero como para ir a ese lugar, y menos para hospedarme.

- No las des. *Sonreí* Yo pagaré su vuelo y te quedarás con nosotros hasta que sus nietos y usted aprenda brasileño.

- Gracias hija, pero no quiero ser un estorbó.

- No lo serás. *Me levante y fui a abrazarla, ella me respondió el abrazo de una manera muy protectora y de agradecimiento*

- Bueno quito la mesa y voy al salón. *Murmuro Jhair llendo para la cocina con todo en sus manos*

- Voy a ayudarlo. *Le dije a la abuela*

- Vale, yo voy a descansar un poco. *Dijo poniéndose en pie*

- Claro, ve a descansar. Hasta luego.

La abuela desapareció del salón. Llegue a la cocina y Jhair estaba entretenido fregando todo lo que habíamos ensuciado, pensé por unos segundos en que vivíamos sólos, en ese momento sacudí mi cabeza para sacar mis pensamientos.

- ¿Que haces hay en el marco de la puerta apoyada? * Me dijo sin quitar la vista de los cacharros que fregaba*

- ¿Como sabes que estoy aquí? No hice ruido, ni nada.

- Amor yo te siento. *Jhair apartó la vista de lo que hacía y me miró, sonriendo con esa gran sonrisa que iluminaba todo*

- Eres demasiado en. *Fui hacía él y lo abracé por la espalda, apoyando mi cabeza en el centro de su espalda, oyendo así sus latidos*

- Te amo mi reina. *Volvió a seguir con el fregado*

Cuando acabó, seco sus manos y me cogió en brazos como una princesa, mis manos acariciando su cuello. Jhair subió los peldaños muy lentamente, mirándome con su sonrisa cautivadora, eso me hacía sonrojar demasiado.

- Luego te presentaré a algún amigo. Sí quieres claro.

- Jhair, si claro que quiero. *Lo bese*

- ¿Me has besado? ¡Eso lo apuntó en el calendario con boli rojo! *Dijo sorprendido*

- Eres muy gracioso Jhair. * Lo miré mal de broma*

- Amor ahora te das cuenta. *Rió, mientras me soltaba en la cama*

- Sí, es que soy lenta. *Bromeé*

- Voy a poner la consola y jugamos ¿Te parece?

- ¿Que pondrás? *Me puse sentada como indio en medió de su cama*

- Toma. *Tendió el mando y yo lo agarre* A Gran Turismo 5.

- No sé jugar a coches. *Me rasqué la nuca, sacando la lengua*

- Yo tampoco se jugar mucho a este tipo, estos juegos son los que juegan Ian y Dario.

- ¿Entonces por que lo pones?

- Por que... Sé ne antojó jugar. *Me agarró por el mentó y beso tiernamente* Y por que es el único que hay para dos. *Se sobo la nariz* Bueno si, de fútbol.

- Los coches ne encanta. *Dije para que no lo quitará con un tono bromista*

- A mí me encantas tú. *Dijo para darle luego al botón "X", para comenzar la carrera de coches*

Pasó dos horas y en esas dos horas Jhair voló todas las curvas, y yo a pesar de no salirme de la carretera iba tan lenta que ganaba el siempre.

- Tengo hambre. *Me toqué el estómago y recordé que tenía una criatura creciendo adentro de mí* Tenemos hambre *Sonreí* y mucha.

- Voy a por algo a la pastelería cielo. Ya vengó mi niña hermosa. *Acarició mi tripa y me beso castamente*

Desapareció de su alcoba y yo recogí la consola y fui al baño a echarme agua en la cara, para que se me pasará el mareó.

- Me vas a matar. *Me dije a mí misma mirándome al espejo, después de haber secado mi cara* Es te embarazo sorpresa me va a matar, si, si. No mires así. *Solté la toalla en el toallero, mientras me culpaba por algo que no tenía culpa* ¡Ains! Con lo que debo a pechugar. *Me dirigía hablando sola a la cama de Jhair* Me estoy volviendo loca, definitivamente estar sola me sienta mal. *Me recoste en la cama*

Al rato entro Jhair con un batido de plátano y fresa, con unos dulces de yema. Lo puso en medio de la cama y me tendió la mini botella de 33cl de batido.

- Jhair, ¿y al bebé que le traiste de beber? *Dije bromeando con tono de penita*

- Al bebé le damos un pastel y yasta.

- Pobre se va a engullipar.

- Pues le damos agua. *Se reía por lo bajini*

- Podre, nosotros batido y él agua. Dayra si quieres algo más voy a comprar algo más.

- Eres un encanto. Pero no creó. Ando con mareó. Me voy a morir. *Dije gramáticamente*

- No morirás. Sólo deberás descansar algo más.

- Será eso. *Besé su mejilla con dulzura*

Enamorame... Si es que puedes... ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora