Cap. 10 (b)

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- Después me gustaría ir a caminar mientras tú terminas las cosas para la cena.

- Si cielo, yo en plato y pongo la mesa mientras tomas el aire.

- Gracias pequeño. *Lo abracé cariñosamente*

- No soy pequeño. *Dijo mientras respondía mi abrazo*

- Eres mi pequeño. ¿Si?

- Soy tuyo. *Pegó su frente con la mía* Pero nuestro pequeño esta dentro de ti.

- Cierto. *Toque mi vientre y lleve una de las manos de Jhair para que tocara junto a mí* Aquí esta nuestro bebé.

- Sí nena. Será tan hermoso como tú.

- No. No. Que yo no soy hermosa.

- Eres mas que hermosa. *Besó mis labios con delicadeza. Aun con su mano en mi vientre agarrada por las mías, y su otra mano acariciando mi cabello*

Terminamos de tomar la merienda, y miré por la ventana suspirando.

- Bueno voy a salir nene. Me llamas cuando necesites mi ayuda o este listo todo. *Terminé de hablar y volví la vista a él*

- Claro amor. Ve tranquila y si te sientes mal llama y voy a por ti. ¿Vale?

- Chi. *Dije como niña pequeña*

- Te amo mi niña. *Me beso mientras se ponía en pié, con las cosas de la merienda en las manos*

Me puse en pie y besé su mejilla, para salir de inmediato corriendo hacía la calle.
Hacía fresco, pero al menos no hacia viento, cuando iba dos calles por bajo, me acorde que tenía que ducharme y vestirme, así que volvería en 20 minutos. Caminar por la calle y ver a los niños con sus padres caminando con unas sonrisas en las caras, solo el pensar que en breve estaríamos en esa situación Jhair y yo, me hacía enternecerme.

- Al fin te veo Dayra. *Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo*

Me volví para ver quién era muy lentamente, con el corazón en la garganta.

- ¿Tu? *Pronuncié con pánico*

- Yo, sí. *Sacó una navaja del bolsillo* Sigueme sin protestar. *Me dijo amenazante*

No abrí la boca y caminé. Sentía un miedo descomunante, acaricie mi vientre mientras caminaba delante de él. Metí las manos despacio en mi bolsillo y saqué mi móvil para llamar a Jhair. Suspire y llamé a Jhair, nada mas lo descolgó lo metí rápidamente en el bolsillo. Quería que oyese todo lo que deciamos.

- ¿Donde vamos?

- A un lugar muy bonito Dayra. De mi nadie huye.

- Pero *Suspire* quiero saber donde vamos. Y no huí de ti, huí de todos. *Aminore el paso*

- Camina mas rápido. *Me dijo dando un empujoncito*

- Cafetería Hada, entramos. Tengo hambre y ganas de ir al servicio. *Me paré y señale la cafetería. Necesitaba ver si seguía en línea Jhair y mi batería*

- No, no entramos. Y comeras cuando yo quiera. Camina.

Seguimos caminando hacia una chabola, cerca de las compuertas de un canal. Fui todo el camino dando señales. No sé si Jhair estaría en línea y eso me asustaba. Aun que creó que mi móvil se apagó antes de llegar o fue algun mensaje llegando, por que estaba silenciado y solo noté una pequeña vibración en la pierna.

- Entra en ahí.

- Pero, esto es muy feo.

- Dame todo lo que tengas encima.

Agarré mi móvil y colge la llamada si esque estaba llamando, por que apague el móvil antes de darselo, también le tendi la cartera con la documentación. No pude ver si había oído todo o se quedo a 10 minutos de este lugar. Ni sé realmente si vibra al quedarse si batería. Estaba tan nerviosa.

- No me haces caso, pues vale. *Me agarró del brazo zamarreadome, dejándome caer al suelo*

- ¡Ah! Cuidado bruto. ¿Y dime ya tu nombre? ¿De que me conoces?

- Estudiábamos en la misma escuela, era compañero tuyo de clase. Aun que nadie se fijaba mucho en mí, aunque eso me daba igual, lo único que no me daba igual es que tu no me veías, para ti era trasparente como para el resto.

- Prosigue. *Le dije sobando mi brazo, mientras el me ataba por los tobillos*

- El día que me hice visible para ti fue él día que hicimos un trabajo juntos de Ciencias.

- Quitate las lentes y gorra. *Él agarró mis muñecas para atarlas* ¿No me oyes?

- Soy Fernando. *Me término de atar*

Se quitó las gafas de sol y se dejo ver el rostro. Sus ojos azules cielo mirandome con deseó me dio miedo.

- Mañana nos vamos tu y yo juntos.

- No puedo irme, tengo seguimientos médicos.

- No te inventes cosas de poco te valdrá.

- No me lo invento, tan listo que eres con la informática, y tanto que sabes de mí. ¿Como no sabes que tengo una ETS o que estoy en estado? *Dije enojada*

- ¿¡Que!? *Su cara era de fiera, su enojo era tan fuerte a oír mis palabras que comenzó a dar patadas a una silla que había y a la mesa*

- Que voy a tener un hijo y que tengo una enfermedad. *Dije tranquilamente*

- Serás * Se callo y me cruzo la cara de un guantazo*

Mis mejillas ardía y tuve realmente mucho miedo por lo que pudiera hacerle a mi bebé.
No se que tiempo llevaría hay dentro pero Fernando sólo daba vueltas en círculos, dando patadas a la silla y mesa que habia en el lugar. De pronto volvió a mirarme con odio y se acercó a mí poniéndose sentado en el suelo como yo. Me miro a los ojos y su cara cambio a amor odió. Eso me dio mas miedo, no sabía si me pegaría o besaría en ese momento, lo que si sabia que prefería un guantazo a un beso suyo.
Sacó su navaja del bolsillo, y miró con malicia al abrirla, me paso la hoja de la navaja por la cara, cuello, y la bajo por el pecho hasta mi vientre. Yo trague sonoramente, el terror que sentía recorría todo mi cuerpo, tenía seco mis labios, y sentía un hambre terrible.

- Tengo hambre. Necesito comer.

- Y yo ganas de sacarte a ese bicho que estas alimentando.

- El único bicho eres tú. *Gruñi*

- Niña que no estoy de humor. *Murmuro advirtiendome*

- Ni yo, ¿o a casó crees que me gusta estar en el suelo tirada, llenándome mi chándal de arena?. Pues para tu información no me gusta, quiero cenar en casa la comida que preparé. Así que sueltame.

- No, no te suelto. No te levantara del suelo, para que te quede claro dormiras en este suelo. Así que hazte a la idea. Y mañana desaparecerás para todo aquel que te conozca. Nos iremos bien lejos.

- Tú no me oyes ¿Verdad? No iré contigo. Y que sepas que estoy segura que me estan buscando.

- ¿Quien? *Rió maliciosamente* ¿Tus papis que están en brasil sin ti?

- No, ellos no. Mi N-O-V-I-O. *Hice énfasis en la palabra «novio»*

- ¡¡¡¡¡CALLATE!!!!! *Su voz me aterrorizó*

Enamorame... Si es que puedes... ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora