Cap. 12 (a)

4 1 0
                                    

- ¿Lo soy? *Pregunté alzándo mis cejas, acurrucada en él*

- Sí, para mí, sí.

- Pero si no me recuerdas. *Hice puchero*

- No hace falta conocerte, para mirarte a los ojos y saber que eres única. *Acarició mi cara* Y tener la necesidad de enamorarte.

- Eres increíble. Aún que no me acabó de creer que no te acuerdas de las cosas, pero tampoco le veo el por que podrías hacerlo.

- ¿Quien sabe? Ok no, es broma.

- Ves, cosas así me hacen dudar que no recuerdes.

- Sí, no tengo memoria debes hacerme recordar, y sí la tengo pues tendrás que descubrirme.

- ¿Así estamos? ¿Quieres que no sepa si estas mal o bien?

- Quiero que estes a mi lado, en las buenas y en las malas. Quiero hacerte mi esposa.

- Jhair eres un cabrón. *Torcí mi boca* No has perdido nada.

- ¿En que te basas?

- En que sí tu memoria se esfumó no dirías eso de quiero que seas mi esposa.

- Nada que ver, se lo que quiero en el momento que lo veo.

- Me vas a tener en ascuas, sin saber lo que es cierto. Eres un poco mamón.

- Soy todo lo que tú quieras pequeña.

- Pequeño tu.

- ¿Segura?

- Sí, muy segura.

- Quiero irme a casa ya. *Suspiró*

- Y yo, pero no se si te darán de alta tan pronto.

- ¿A mí? Eres tu la que no ves, yo estoy perfecto.

- ¿De verdad lo dices? Jhair, tienes una operación de apéndice, más lo de la apuñalada, y tu supuesta perdida de memoria.

- ¿Por que ha de mentirte?

- No sé, por eso no lo afirmó. *Suspire* Pero seguro que hay algo hay que se me escapa mi vida.

- Piensa como quieras. *Rió*

Pasaron un par de días, dónde nos hicieron algunas pruebas para ver la evolución.
A mí me diero de alta hacía una hora, y a Jhair se la estaban tramitando, con la condición de que tuviera reposó absoluto.

- ¡Agr! Me quiero ir ya a casa. *Se quejó*

- No te quejes feito mío. *Dije agarrando una chaqueta para ponermela*

- ¡Jajaja! *Rió* Te la pones a revés. Camina hacía mí, y te ayudo.

- Sí yo puedo, lo hice a posta para darme cuenta si me miras. *Le mentí, ya que creía estarme poniendo la chamarreta bien*

- ¿Ves aun muy borroso Dayra?

- Sí, quiero ver ya con nitidez. Te amo gordito.

- ¿Tu crees? ¡Jo! Normal aquí en cama todo el día. *Puso tono de penita*

- No seas tonto, éstas divino.

- ¿Como sabes?

- Obvió te tocó y se como estas. Y estas muy, pero muy bueno.

- Calla, me pondrás rojo.

- Jhair, he estado pensando en que cuando nazca el bebé, quiero que sepamos quien...

- No. *Me interrumpió* No le haremos nada, me da igual, no entiendes eso. Ese crió sera nuestro, y si su ADN es de ese tipo, no lo sabremos, es lo mejor cielo.

Enamorame... Si es que puedes... ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora