Cap. 2 (b)

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Jhair llego con los pasteles, y los batidos, sin olvidarse su hermosa sonrisa.

- Dayra, no se que puedo preparar de cenar ¿Que te gustaría comer?

- Macarrones con queso, una ensalada y pescado en adobo. Pero me vale cualquier cosa, no vas a estar metido en la cocina tanto rato.

- ¿Qué ensalada te gusta? Eso si el pescado en adobo lo comprare echó en un sitió que se te caerá la baba de lo rico que lo hace, mi madre siempre me lo compra cuando vengo con ella. Y tendrás unos macarrones con queso echó por mí.

- ¿Enserio? ¡Ains! Déjame ayudarte entonces, por favor.

- Lo único que te dejo hacer si quieres es hablar mientras yo preparo todo. Ahora dime ¿Que ensalada de gusta?

- ¿Cuantos tipos de ensalada hay? Osea se poco de cocina la verdad se hacer lo típico.

- Ensalada griega, de pasta, de pollo, mixta, con arroz, no sé si alguna mas ahora mismo no caigo.

- Cualquiera viene bien. Gracias por ser tan amable conmigo. Se te coge cariño rápido pequeño.

- No quiero que me cojas cariño, pero para empezar ésta bien. *Me puso un mechón de cabello atrás de la oreja* Yo quiero tu amor. *Se acercó a mí y se mordió el labio*

Pensé que me besaría, pero no lo hizo soló me miraba a los ojos fijamente, mordiendo su labio. No entiendo por que no intenta nada, ósea Félix cuando me dijo que le gustaba yo no me dejó responder, cuando tenía su lengua en mi garganta, cosa qué me dio algo de asco, aún no se por que comencé mi relación con él.

- ¿Si te beso te molestaría? *Me preguntó muy suavemente*

- Nunca oí a nadie pedir permiso para ello, siempre escuche lo de no hay nada mejor que un beso robado.

- Pero a noche te lo robe y no querías que lo robase.

- Eres un niño *Me levante, y quité los vasos de la mesa* no preguntes eso, es un consejo, hay cosas que no se pregunta.

- Vale, perdón. *Se puso atrás de mí abrazándome por detrás* No soy un niño, y te lo voy a demostrar, simplemente no quería que estés incómoda. *De un movimiento ágil me giró*

Tenía en una mano el estropajo y en la otra un vaso. Mi cuerpo estaba entre la encimera y su cuerpo. Su frente contra la mía, sus manos en mi cintura que me atraían más a él. Jhair acercó sus labios a los míos y muy lentamente me beso, yo estaba inmóvil, y al sentir unas de sus manos acariciar mi espalda, el vaso que sostenía y el estropajo callo al suelo. Al impacto del vaso contra el suelo, se retiró y miró el suelo, me cogió a pulso y sentó en el filo del fregadero.

- Quieta ahí. Dime dónde esta la escoba y la fregona.

- Está en el ropero empotrado de la entrada.

- Voy a limpiar esto. *Desapareció de mi vista*

Mi corazón iba muy deprisa, y a mi mente vino la idea absurda de que él quería hacerme lo mismo que Félix, gusto cuando quería seguir el besó, en mi cabeza apareció la imagen de Félix, de lo que ocurrió, no se porqué sentí tanto miedo, si Jhair no es Félix, no se parece en nada.
Entró Jhair con la cosas para limpiar el estropicio que ocasioné. Una vez se aseguró que no había nada fue a guardar las cosas a su sitió. Cuando regresó, se puso entré mis piernas, agarrándome por la cintura.

- Me hiciste caso. *Me sonrió de lado*

- Sí, y perdón. *Dije mirando el suelo*

- Dayra, * Me cogió en pulso* no te disculpes, es mi culpa.

- No, no que va. Es mía, no sé me siento rara con todo lo que ha pasado.

- ¡Shhh! *Buscó mis labios y me besó, esta vez era apasionado*

Comenzó a andar, y yo me agarré a su cuello, al agarrarlo sentí la necesidad de besadlo, cerré mis ojos, sentía deseó, o eso creó. De momento sentí mi espalda sobre el colchón. Abrí mis ojos y puse las manos sobre su pecho. Él me las agarró con una de sus manos, mientras no paraba de comerme mis labios, me los mordisqueaba ha veces.

- ¿Sabes...? *Me retiré un poco de sus labios para poder hablar* Me gusta como besas, besas bien.

- Gracias, ¿Confías en mí?

- Sí. *Moví también mi cabeza afirmando*

- Déjate llevar, yo paro cuando me digas, te lo juro. Pero déjate llevar por el momento.

- Vale, pero prométeme que pararas si te lo digo. Y esto no significa que seas mi novio o que este enamorada, sólo que me caes bien y siento atracción y deseo por ti de alguna manera. ¿Vale?

- Vale, pero no dejaré de preguntarte si me dejas enamorarte, hasta que me contestes.

- Que persistente eres. Te responderé cuando sepa que decirte.

Me sonrió y volvió a besarme, mis ojos cerrados hacía que sintiera cada beso mas profundamente, una de sus manos fueron bajando de mi cintura a mi muslo desnudo, sentí que el vestido se levantó unos centímetros, eso me tensó un poco.

- ¡Shhh! Tranquila *Beso mi cuello. Eso hizo que me estremeciera*

- Lo intento * Le solté sin apenas voz, mientras no había mis ojos y mi respiración era algo agitada* ¿Sabes lo que haces?

- Yo sí. Sólo déjate llevar, tu pones el límite. ¿Tu lo sabes? ¿Sabes que quiero? ¿Quieres que pase?

- Ya empiezas con las preguntas. *Dije con dificultad* Lo que hago no lo sé, lo que quieres sí, y no se si quiero que pase, pero ahora estoy cómoda, rara, pero cómoda.

- Pues, calla y sólo puedes decir para. *Me dijo mientras sentía su mirada hacía mí*

No quería abrir mis ojos, y sentí como su mano agarró mi vestido y lo comenzó a subir, abrí mis ojos y se encontró con los suyos, se puso de rodilla entré mis piernas y me término de sacar el vestido, sentí mis mejillas arder.

- No te me pongas roja, que no es malo, ni raro. Y que sepas que te ves hermosa.

- Como no eres tu el que éstas en mi pellejo, ni en mi posición.

- Lo he estado, y si quieres cambiamos posición.

- ¡Amm! No mejor no. ¿No te quitas la ropa?

- Te esperó. Espero que tu lo hagas.

- ¿Que? *Mi corazón latía mas y mas rápido*

- Qué me desnudes tú.

Me agarró y me incorporó en la cama, cogió mis manos y me las puso en él filo de su chaleco, y me soltó, su mirada estaba en todo momento en mis ojos, no bajo la mirada, en ningún momento.
Agarre el chaleco y se lo saqué, vi su cuerpo atlético, estaba muy bien definido, no se por que pero acaricie su pecho, estaba perfectamente marcado, estaba muy bien a sus 18 años de edad. Trague sonoramente y suspire.

- Podemos parar un poco, necesito agua, y estabilizar mi respiración, nervios. ¿Podemos parar?

- Podemos parar, si claro. Podemos dejarlo aquí, no hace falta seguir.

- No sé, si quiero parar de todo o tomar aire, déjame tomar agua primero.

- Corre guapa. * Me sonrió muy dulce. Corrí en ropa interior a por él vaso de agua*

Enamorame... Si es que puedes... ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora